UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk)

44. Mañana

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— A lo mejor no fue una buena idea —dije al ver a Risher vomitando.

—Eres muy estúpido, comiste una hamburguesa nada pequeña y luego subiste a una montaña rusa. Dios —le mencionó Gisele.

Mark golpeó la espalda de su amigo, y él siguió en su fregadero de vómito.

— He terminado —habló al fin Risher bebiendo de su botella de agua.

Gisele se acomodó la gorra color lila, poniendo la cubierta de la misma hacia atrás.

— ¿Les parece ir a los carruseles? —opinó Mark.

— Me apunto —hablé y me apagué a la coexistencia de Mark.

— Vayan ustedes, me parece que necesitan más tiempo solos —comentó Gisele —además voy a vigilar a Risher, parece un niño, hay que andar tras él en todo momento. —se excusó.

— Vale, entonces iré con ella —afirmó el chico de ojos extremadamente verdes y me dio una mirada que solo hizo que el cereza bien resaltado en mis mejillas tomará poder en mí.

Baje la mirada, por suerte las gafas de sol y la gorra cubrían el ardor de mis pómulos.

— ¿Has notado lo bien que ha sido el destino en nuestras vidas?, nos dió jugadas que no esperábamos.—planteó él.

Lo miré, el no llevaba lentes, solo usaba mascarilla color negro y gorra blanca al igual que su conjunto deportivo Nike. Indagué un momento en su pregunta hasta volver a mirar en mi enfrente.

— Creo que hubiese sido mejor si no hubiera puesto tantas intervenciones en nuestra relación, si al menos no... —Mark me interrumpió.

— El pasado no hace efecto en el presente cuando tienes en claro lo que quieres.—conversó y me tomó de la mano. Nos detuvimos frente a la rueda de la fortuna, cuya sitio era alumbrado por luces, luces de tantos colores.

Agarré ambas manos de Mark y alcé mi vista a su coexistencia.

— Ten por seguro que en este momento tengo bastante claro lo que quiero. —miré sus manos, aquellas palpaban de frío— Y lo que quiero eres tú Mark, a ti, mi Marky —le aclaré.

Puse mis gafas encima de mi cabello, me levanté de puntillas y bajé su mascarilla hasta que quedase en su quijada, mis labios alcanzarán los suyos, Mark no dudo en inclinar su cabeza hacia un lado para que pudiéramos tener una sincronía tan correcta, cerré los ojos dejándome llevar en la suavidad de sus labios, una oleada de electricidad bagaba por mi pecho, sentía claramente como mi corazón latía descaradamente acelerado, presionó aún más sus labios contra los míos impidiendo que acabáramos el beso, y no me quejaba, hace mucho que no habíamos tenido un beso como este. Él soltó mis manos, las cuales unos segundos después tocaron mis hombros. Nos alejamos por falta de aire. Por un momento quedé inmóvil y eso fue motivo para que Mark extendiera una sonrisa en su rojos labios, le codie y subí su mascarilla.