17. Iré Contigo

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   C A P I T U L O   1 7

Me senté en la silla que quedaba justo en frente de Mark, prácticamente hacíamos todo lo necesario para mantener la mirada en un perfecto contacto visual, comencé a mirar las órdenes de la carta, e inflé mis mejillas.

— Ya elegiste—me susurro papá desde mi lado, no se oyó como una pregunta.

Hice un sonido con mi boca, en señal de que mi orden ya estaba lista para decirla. O al menos eso pensé.

— Barbacoa cocida, por favor —escuché decir a Mark, no tengo idea si fue una forma de recordarme la vez que cenó en mi casa.

Bebí de mi vaso con agua para tranquilizar mi mente, escuchando lo que papá y Helena pedían.

— Emm...—actúe como si estuviese pensando —Espagueti italiano. Por favor. —dije al final. El mesero tomó nota asintiendo.

Aunque lo único que tenía en mente era el pavo quemado esta mañana en el microondas. Por Dios. Olía tan bien.
Lástima que papá hubiera interrumpido mi desayuno, literalmente parecía decir: Para la reina de la casa.

No fue así, por que ningún letrero en el pavo llevaba tal pensamiento que vagaba por mi cabeza.

— ¿Pedimos vino de uva? —Les preguntó papá a ellos. Claro, mi opinión no importa por ahora, igual no tengo de que quejarme, amo el vino de uva.

— Lo que usted quiera —dijo Helena dirigiéndo su vista a papá y Mark rió en positivismo.

— ¿Tienen oreo? —volví hablar, en tono bajo.

— Andreina —masculló papá, luego dió una sonrisa de boca cerrada. Lo miré incrédula.

El mesero rió —No, me temo que no tenemos oreo.

El mesero estaba guapo o era mi imaginación. Un cabello ondulado casi rubio, ojos color gris, alto, no tanto como Mark, pero para mi tamaño si que lo era. La forma de su rostro era muy buena, aunque tenía un poco de barba arriba de su labio inferior, lo que hacía que no fuera mi tipo.

Asentí dándole una sonrisa y volví a beber de mi vaso.

Papá le dijo algo a Helena sobre el programa y cuando volví a mirar al mesero, el chico me guiñó un ojo. Ok, me quedé estilo Jackie Chan cuando recibe una patada de su enemigo. Exacto, con la boca media abierta.

No me veía bien o ¿sí?

Abrí los ojos más de lo normal y aclaré la garganta volteando a ver al suelo. Había estado en este sitio un par de veces más, en el cumpleaños de mamá y en una celebración de amigos, cuando me gradué de la preparatoria, sin embargo nunca había le visto a él. No, nunca.

UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk) Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora