54. Verdad o desafío

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          C A P I T U L O   5 4

¿Cómo que conversar con tus amigos en el patio trasero de tu casa, no es un buen plan?

Lo es, das a conocer la importancia que le tienes a cada ser, si no nos mostramos interesados con ellos ¿cómo reconocerán él verdadero valor de la amistad?

Sosteniendo mi taza de café, observó a los chicos que me rodean, el brazo de Gisele posa encima del hombro de Patty, entre tanto Risher posa su cabeza en el hombro de Patty. El gélido clima ha provocado que la nariz de cada uno esté tan roja como una cereza, Mark, hace poco entró a casa por unas galletas y aún no ha vuelto a salir, en cuanto Tatiana también se ha dispuesto a beber de su café y Valery está leyendo un libro acostada en el césped, una gruesa sabana envuelta entre Giselle, Risher y Patty, yo solo tengo una cobija fina cubriendo mis piernas, a pesar de que todos llevamos chaquetas bastante acolchadas, el gélido clima no está de nuestro lado.

—Este clima provoca abrazar y besar a alguien —opinó Giselle, dándole calor a sus manos con su aliento.

— No estoy disponible —opinó Risher uniéndose más a Patty.

Ella se rió, agarró su taza de café de encima del banco y bebió del mismo.

— ¿Alguien quiere pastel? —llegó Mark, trayendo entre sus manos un pastel mediano de oreo. Dios. Oreos.

— ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! —dije se inmediato levantándome para poder ir hasta él, le ayudé colocando el pastel en el banco libre.

— Iré por el cuchillo y los platos —comenté.

Mark asintió, su nariz estaba bastante roja, este frío era temible, aún usando calcetines, gorro, y suéter holgado seguia teniendo bastante frío.

Entré a casa, y sólo la luz de la cocina estaba encendido, aún no anochecía, no faltaba mucho para qué anochezca, aún así el cielo estaba oscuro provocando que las luces de las casas ya estuvieran encendidas a ésta hora.

Por lo visto, el cuchillo y los pequeños platos de porcelana ya estaban listos encima del mesón, una nota adhesiva color celeste estaba encima de ellos.

Miré la clara letra de Mark, su escritura era bastante buena a diferencia de la mía.

Te amo

Sentí el rubor expandirse en mis mejillas.

Guardé la nota en el bolsillo delantero de mi suéter, y agarré los platos con el pequeño cuchillo encima de ellos.

Caminé lentamente hasta fuera de casa, los chicos habían cambiado de sitio, ahora estaban en el espacio vacío que quedaba afuera de la bodega, un territorio con cerámica color blanco, por suerte había limpiado la misma esta mañana. Recuerdo el polvo que saqué hace poco de allí.

Avancé hasta ellos, pose los patos en la mesa donde estaba el pastel. Supongo que mi café está frío una rebanada de pastel de oreo combina mejor con un vaso de leche o yogurt.

— Yo partiré el pastel —se ofreció Giselle.

— Vale, iré por leche —dije.

Ella asintió y empezó a cortar el pastel, mientras que mi coexistencia empezó a caminar.

                              (...)

La media noche estaba próxima, sin embargo a nadie le importó ver la hora, y sí, tenía bastante sueño, pero prefería amanecer riendo junto a estos locos.

—¿Qué sigue? ¿A alguien se le ocurre algo?, hemos estado charlando toda la tarde. —conversó Risher.

— Juguemos algo. —dijo Gisele.

UN POSIBLE AMOR © [EN PROCESO] (libro 1 Fisk) Where stories live. Discover now