Capitulo. I. El chico rubio.

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__ Pero... profesor. —su voz apaga la mía.

__ ¡Fui claro! —finaliza lanzándome una mirada acusadora.

¡Genial! Ahora castigada ¿Mi vida puede ser peor? Por supuesto que no. Al finalizar las clases decido ir al baño antes de ir al castigo. Con melancolía, de pronto una pareja llama mi atención.

__ Amor gracias por acompañarme. —Le dice la chica besándolo.

__Estúpido amor, estúpida pareja. —susurro mientras entro al baño.

Nunca ningún chico me miró y justo ahora menos, todos creen que soy rara para salir conmigo, vivir con humanos es un dolor de cabeza ellos no nos aceptan, bueno Peter es uno de nosotros, pero el si es popular. Para mi desgracia no deja de acosarme y entonces son fans andan por allí tratando de hacerme quedar mal.

Cuando entro veo una nota sobre el escritorio. "señorita Towsend el castigo se levantara por hoy ya que se presentó un inconveniente la espero mañana"

Dejo escapar un suspiro y salgo.

Lucas.

El viaje en tren es lo que más odio, pero es la única manera de volver a mi pueblo querido. Un auto me espera le di una mirada el vidrio baja y veo una cara familiar. Leonard un amigo de la infancia.

__ ¡Hermano! —dice saliendo del auto. —Es un milagro verte por aquí, Ana morirá al verte no sabes cómo se pone tu hermana cuando le da por extrañarte.

Leonard estuvo casado con mi hermana Ana, pero la verdad nadie duraría casado con ella por mucho tiempo es una refunfuñona extrema. Alzo la mirada y al ver estas calles recuerdo a una persona que no he podido olvidar aun Bianca.

__ Lucas vamos amigo saca esos recuerdos de tu mente. —Indica Leonard.

__ tienes razón ella ya eligió a su amado. —suspiro.

Durante el camino ninguno de los dos dijo algo; una parte de mí está tranquilo al saber que mi padre está lejos de Londres. Decidí volver por que aún no supero a Bianca; lo mejor es afrontar mis problemas y ver como esta, ya han pasado diecisiete años desde entonces. La voz de mi hermana me saca de mis pensamientos.

__ ¡Lucas querido! —dice extendiéndome los brazos. —Te extrañe mucho.

Sin dudar la abrazo con fuerza. Yo también extrañaba este lugar y a mi familia.

__ Yo también querida.

__ Lo sé. —dice confiada. —entremos.

Mi vista estudia cada parte de la casa todo sigue igual, y eso me alegró mucho. Puedo decir que me siento vivo de nuevo, al volver a casa. Después de hablar por horas decido retirarme a mi habitación, abro la puerta para encontrarme todo igual tal como lo recuerdo. Cierro los ojos y me dejo caer sobre la cálida cama. Sin demora me despojo de mi ropa para darme una ducha, la necesito urgente. Al salir me coloco mi pijama; sin más me meto entre las sabanas.

__ Bianca... mi querida Bianca. —susurro mirando el techo. Está decidido mañana iré de visita.

La alarma de despertó justo a tiempo, me levanto y estiro mi cuerpo. La voz de mi hermana inunda mi habitación.

__ Hermanito el desayuno está listo te espero.

Sin demora me ducho y me visto con un pantalón negro y una camiseta azul marino, bajo la escalera y veo a Ana con una sonrisa de oreja a oreja.

__ ¡Buenos días querido! —rápidamente llego a ella. —te prepare un café y algunos biscochos. —colocando todo lo nombrado sobre la mesa.

Sangre y Aullidos.Where stories live. Discover now