• Capítulo 28 •

38 3 2
                                    

   A pesar de haber dormido apenas dos o tres horas, Namjoon compra un cargado café en un puesto callejero, y abre la clínica puntualmente a las 9 am. En un día normal, lo primero que debería haber visto al arribar hubiera sido a Jimin listo para cumplir su trabajo, saludándolo con aquella linda sonrisa que llega hasta sus ojos.

   Pero hoy es la excepción. Namjoon se encuentra totalmente solo, de pie en la entrada del lugar.

   Y no es para menos, él arrojó una bomba al muchacho, que desmoronó el suelo debajo de sus pies. Lo último que vió del recepcionista fue su espalda, antes de que este se fuera corriendo en la oscuridad de la noche.

   No es difícil para el doctor adivinar lo que hizo el rubio. Sin dudas fue a casa a buscar su bicicleta, y se dirigió a la clínica, para buscar el archivo que tiene su nombre. Como trabaja organizando las carpetas, dedujo rápidamente que la suya no podía estar entre los archiveros, dejando su oficina como la única opción factible.

   Camina con su vaso de café en la mano, y entra a su oficina. Deja el café sobre el escritorio, su portafolios sobre la silla giratoria, y luego abre un cajón en específico.

   Lo encuentra vacío. Sonríe, porque su instinto no falló.

   No le molesta que el joven haya hurgado entre sus cosas sin permiso, porque él hubiera hecho exactamente lo mismo si se encontraba en una situación de esa magnitud. Lo que sí le preocupa es el estado actual del hombre, necesita saber si está bien, así que decide llamarlo al celular.

   Luego de tres llamadas perdidas, decide dejar un audio en su conversación de WhatsApp con él.

–Hola, Jim... Jimin-ssi... Ugh.

   El doctor cancela el audio, porque estaba a punto de decir “Jiminnie”, y no cree que sea adecuado usar los sobrenombres cariñosos, ya que el hombre seguramente está muy molesto ahora. Inspira profundo para calmarse, y comienza de nuevo.

–Jimin-ssi, hola. Intenté llamarte, probablemente estés dormido en este momento... –Se muerde el labio, acongojado–. Estoy... Muy, muy apenado por lo de anoche, por haberte ocultado esto por tanto tiempo. Sé que quizás estoy pidiendo mucho, pero necesito que vengas a la clínica, y que hablemos de esto. Necesito... –El doctor se pasa una mano por el cabello antes de seguir–. Necesito verte, y saber que estás bien... Contesta cuando puedas, por favor. Espero tu respuesta.

   El mensaje es enviado, e ingenuamente espera durante dos minutos completos, para ver si el joven lo reproduce, o si siquiera se conecta. Como no sucede nada, toma su portafolios, su café, y camina hasta la recepción. Va a trabajar allí, sentado en el lugar de Jimin porque, mientras esté ausente, alguien debe atender a las personas que crucen la puerta, o los llamados que lleguen.

   La mañana no es nada agitada ni concurrida. Solo llega una persona para cambiar un turno y se va unos minutos después, y el teléfono recibe un llamado de un número equivocado, así que Namjoon tiene todo el tiempo del mundo para torturar su cabeza.

   Finalmente casi al mediodía, cuando ya está tentado a llamar al rubio de nuevo, o enviarle un segundo audio, recibe una respuesta de su parte.

   “Voy en un rato”

   Directo y sin emojis, con la frialdad suficiente para hacer que el doctor trague pesadamente.

   Guarda su teléfono, y entonces escucha el característico sonido de la motocicleta de Jungkook aparcando afuera. Un minuto después lo ve entrar con su mochila al hombro, y cerrar la puerta detrás suyo.

–¿Jimin-hyong no vino a trabajar? –Pregunta, al ver a Namjoon atendiendo la recepción–. Debí imaginarlo.

–No vino a trabajar, pero vendrá en unos momentos a hablar conmigo de lo que sucedió –Explica el doctor.

Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLWhere stories live. Discover now