• Capítulo 21 •

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   Son aproximadamente las 3 de la madrugada, Namjoon tiene sus ojos pegados al monitor frente a él, buscando incansablemente esa huidiza nebulosa gris. No sabe cuánto tiempo lleva buscando, pero no se rinde.

–¿Es muy difícil, Namjoon-nim? ¿Puedo ayudarte en algo? –Ofrece el rubio recepcionista, sentado en la orilla de la cama de Jin.

–No Jiminnie, gracias. En realidad solo se trata de tener una buena visión y estar atento.

   Namjoon mira a Jimin un segundo, y vuelve a ver la pantalla.

–Se me acaba de ocurrir una explicación bien simple: Imagina que abres en Google Maps el plano de un país que no conoces. Si te nombran una provincia o Estado de dicho país, solo debes hacer un poco de zoom y en un momento relativamente rápido lo encuentras –Sigue mirando incansablemente la pantalla–. Lo que hice cuando llegué aquí fue eso. Lo que estoy haciendo ahora es como buscar una ciudad en ese mapa, es cuestión de hacer un poco más de zoom y mirar atentamente.

   Jimin sonríe, inclinando la cabeza.

–¿Cómo lo haces? Siempre tienes una comparación bien práctica para explicar las cosas –Dice el recepcionista–. Así aprendí todo lo que sé sobre el procedimiento, gracias a ti.

–Tú también eres muy inteligente, no te quites mérito –Namjoon no puede evitar mirar al rubio un instante, aunque no debería apartar la vista de las pantallas ni un segundo–. Podrías aprender cualquier cosa que quieras.

   Jimin responde sonriendo tímidamente, mirando a la alfombra de la habitación.

–Am... –Jungkook carraspea–. Quieres... ¿Un café o algo así, Namjoon-nim?

–Pues, considerando lo difícil que nos está poniendo la noche este hombre... Sí, un café vendría muy bien Jungkookie, gracias.

   El técnico va a la cocina un momento a conectar la cafetera, y luego vuelve a la habitación.

   Y justo cuando se sienta, ve en las pantallas que Namjoon encontró finalmente el centro de conciencia.

–¡Ahá! Te tengo –Festeja Namjoon sonriendo, llevándose de nuevo la nebulosa gris adonde debería estar.

   Jungkook se levanta despacio, con intenciones de ir a apagar la cafetera.

–No– Lo detiene el doctor–. Voy a quedarme. Es un paciente difícil, necesita todo el monitoreo que sea posible.

   El pelinegro asiente, y vuelve a sentarse. Saca luego su celular del bolsillo para distraerse un rato.

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   Están cocinando en la casa de Tae. El menor adora cuando puede probar comida hecha por su novio porque es muy bueno cocinando, pero debido a su pesado horario de trabajo casi nunca tiene tiempo de preparar algo.

   Jin mira a su alrededor, y suspira con tristeza.

–No funcionó –Declara, revolviendo la humeante olla frente a él.

–Lo sé –Secunda el pelinaranja.

   Este deja el cuchillo con el que estaba cortando verduras, se limpia las manos y se aleja de la mesada, colocando ambas manos en su cintura, mirando hacia abajo.

–Tiene que haber una parte de tu cabeza en la que puedo esconderme, hyong –Analiza–. No debemos rendirnos hasta intentarlo todo.

   Se acerca a su novio, y lo gira para verlo de frente.

–Piensa, Jinnie –Frota sus hombros, mirándolo con una cara seria–. Concéntrate, busca bien en tu interior. Debe haber un lugar, algo que esté tan, tan escondido en tu subconsciente que no puedan encontrarme.

Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLWhere stories live. Discover now