• Capítulo 04 •

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–No entiendo nada, chicos. ¿Qué pudo haber pasado? Ugh, odio esto –Seokjin deja caer su puño en la mesa, y luego se cubre el rostro, sus codos sobre la mesa.

   Está en el departamento de Hoseok y Yoongi (se acostumbró a decirlo así, aunque Yoongi está viviendo ahí sólo temporalmente), buscando consejos de sus mejores amigos.

   Encontró a su novio, Taehyung, en la entrada del edificio de la revista donde trabaja de fotógrafo. Lo encontró besando a una chica de cabello negro muy bonita.

–Tae va todos los miércoles a entregar sus fotos de la semana para la revista, así que fui a la entrada del lugar a esperar a que saliera. Necesitaba hablar con él para arreglar las cosas, porque... Bueno, tuvimos una pelea hace como dos semanas, y no hemos vuelto a vernos o hablarnos después de eso. Casi no lo reconocí, se pintó el cabello otra vez, de un tono claro de azul. Estaba a punto de acercarme, pero esa chica llegó antes, y él la besó. La llamó “Chichu” y le sonrió.

   Jin se recuesta en su asiento, mirando al techo, rememorando el momento que vivió hace unas horas.

–Y eso no es lo peor de todo. Cuando la chica se fue al baño y lo dejó solo, caminé y me paré frente a él, y fue... Rayos, fue como si no me conociera. Me miró bajando las cejas y me dijo “Sí, en qué puedo ayudarte”. EN QUÉ PUEDO AYUDARTE ME DIJO. Ugh, esto es...

   No completa su propia oración. Vuelve a apoyar sus codos en la mesa y mira a sus amigos.

–Chicos, ¿Ustedes sabían algo de esto? No lo sé, ¿Notaron algún cambio en el comportamiento de Taehyung estos meses? ¿Algún detalle que quizás pasé por alto?

–Bueno... No, no lo sabíamos tampoco, pero... –Yoongi hace una mueca y mira a Hobi al otro lado de la mesa, quien está devorando las galletas del plato casi nerviosamente–. Taehyung es impulsivo, lo conocemos bien. No lo sé, supongo que todo tiene un final, quizás así deben suceder las cosas. Debes dar vuelta la página y seguir adelante. Frases hechas, lo sé, pero así es esto.

   Hoseok aleja su silla escandalosamente, sobresaltando a los dos hombres sentados a la mesa junto a él, y luego se va a su habitación dando pasos rápidos. Como su puerta quedó abierta, se escucha el traqueteo de cajones siendo abiertos y cerrados violentamente.

–Ay, no... ¡Hobi no, no lo hagas! –Yoongi se pone de pie al darse cuenta de lo que va a hacer su compañero de cuarto. Jin está confundido por el cambio de actitud de sus amigos. Mira a Yoongi, y luego a Hobi saliendo de su cuarto.

   Hoseok lo intentó. En serio lo intentó, llenándose la boca de galletas para evitar soltar una palabra. Pero no pudo.

   Se para junto a Jin, con las mejillas aún infladas por aquella obscena cantidad de galletas. Comienza a tragarlas lentamente, mientras alza su mano y le entrega a Seokjin una tarjetita amarilla.

   Kim Taehyung ha borrado de su memoria a Kim Seokjin. Por favor, nunca hablen del segundo en presencia del primero. Gracias por su colaboración.”

–Qu... ¿Qué es esto? –Es lo único que Jin atina a decir, leyendo una y otra vez el pequeño mensaje escrito.

–¿Por qué lo hiciste? –Recrimina Yoongi a su amigo, mirándolo con dureza–. Fue la decisión de Tae.

–¡Hice una promesa, hyong! Y no voy a romperla –Hoseok escupe pedacitos de galleta mientras habla–. Además, la tarjeta solo pide que no le digamos a Tae de la existencia de Jin, no dice que a Jin no debemos hablarle tampoco.

–Duh, ¡Eso es lógica, Hoseok! –Espeta el más bajo.

–¡¿Y por qué no lo dicen en la tarjeta entonces?! ¡¿Eh?! –Se defiende, su boca al fin libre de galletas–. Deberían especificar una cosa así, esto no es un juego.

–Muchachos, necesito que me expliquen esto ahora mismo –Dice Jin poniéndose de pie, interrumpiendo así la discusión.

   Yoongi le sostiene la mirada a su compañero de cuarto por un momento más, luego suspira y camina con pasos largos al balcón del departamento. Hoseok entiende esto como un “Yo me lavo las manos, haz lo que creas correcto”.

–Es una clínica –Suelta Hoseok, mirando a Jin–. Está en el centro, trabajan en secreto así que el lugar no tiene nombre, ni fachada siquiera. Parece que desarrollaron una técnica revolucionaria, para borrar recuerdos específicos de la mente de una persona, y Tae... Fue allí a borrar todos los recuerdos de ti –Hoseok ve a su amigo desplomándose en su silla–. Al otro día después que Tae se sometió al procedimiento, una chica vino a traernos esta tarjeta. Yo le pedí la dirección del lugar, para poder ir a averiguar, y fui esa misma tarde. Me explicaron brevemente todo esto que te estoy diciendo ahora. No me dieron muchos detalles, solo me dijeron que Tae decidió borrarte de su memoria. Fue hace casi dos semanas, al parecer más o menos cuando tuvieron esa pelea que mencionaste.

   Seokjin tiene un nudo en su garganta, se siente impotente y frustrado. Su TaeTae lo borró de su memoria.

   Su Taehyunggie. Su Voo. Su bebé.

–Necesito ir a ese lugar –Declara–. Necesito la dirección.

–Hyong, no creo que...

–No voy a hacer nada malo, solo... –Toma aire, intentando no derrumbarse. –Solo necesito averiguar más. Por favor, Hobi.

   El menor hace una mueca, pero finalmente toma un bolígrafo, y anota la dirección en el reverso de la tarjeta amarilla. Seokjin la lee, se pone de pie y sale del departamento sin decir una sola palabra más.

   Se sube a su automóvil, que aún tiene unos rasguños de aquella vez en que Tae se lo llevó y lo abolló contra un hidrante rojo, lo que desencadenó en aquella discusión mencionada antes. Conduce por unos diez minutos, y llega al lugar indicado. Apaga el motor y mira a través del parabrisas.

   Hoseok escribió una descripción también en la tarjeta. Indicaba que debía buscar un muro de ladrillos gris oscuro con una puerta negra de hierro, enfrente de una heladería. Definitivamente es el lugar.

   Inspira para darse ánimos, y sale de su automóvil. Camina hasta la puerta negra, la encuentra levemente abierta, así que se aventura a empujarla y dar un paso al interior.

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Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLWhere stories live. Discover now