• Capítulo 03 •

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   Dos desconocidos eran esta mañana, pero ahora se siente como si se conocieran desde siempre.

   Una frase bastante cliché, pero no hay otra forma de describirlo. Seokjin se pierde una y otra vez en los preciosos ojos café de Taehyung, mientras ambos disfrutan los ricos platillos que ordenaron en aquel restorán, y sonríe enternecido cada que el peliazul no resiste más y baja la vista. Taehyung aún sostiene su teoría de que Seokjin tiene el rostro más atractivo que había visto en su vida, sus facciones son perfectas, simétricas, armoniosas, y piensa que aunque retratara esa cara decenas de veces en sus lienzos y cuadernos, lamentablemente jamás podrá plasmar la belleza que sus ojos perciben en este momento.

–¿A qué te dedicas? –Le pregunta Seokjin, probando otro bocado del jjajamgyeon frente a él.

–De todo un poco en realidad. Soy fotógrafo en la revista “Daily Hangug”, un músico independiente también, me contratan para comerciales y esas cosas –Toma un sorbo de agua antes de continuar–. También pinto, y en mis ratos libres reparo zapatos y lucho contra el crimen.

   Jin sonríe con esa respuesta. Tae corta otro pedacito de su chuleta de cerdo mientras se ríe.

–Bien, de acuerdo, estoy mintiendo... En realidad no reparo zapatos.

   Mientras se mete el pedacito de carne a la boca, Jin lo observa. En serio no puede creer que este hombre sea más y más encantador a cada momento.

–¿Y tú de que trabajas o lo que sea? –Pregunta el peliazul.

–Oh, lo mío es mucho menos dinámico que lo tuyo. Solo soy un oficinista en la central de “KT” desde hace cinco años.

–¿KT? ¡No puede ser, la empresa me pide que componga canciones para sus comerciales desde hace siglos! –Cuenta efusivamente el menor.

–¿Cómo puede ser eso? He visto las canciones de los comerciales de la empresa, pero nunca vi tu nombre.

–Porque para mi música y mis pinturas uso mi nombre artístico: Vante.

–Ah, así que tú eres Vante. Sí, recuerdo haber leído ese nombre en algunos papeles... Tu música es genial, cada canción es siempre tan pegajosa que la tarareo durante días.

–Muchas gracias, Jin-hyong... –De repente, Taehyung abre muy grande sus ojos–. Perdón, puedo llamarte hyong, ¿Verdad? Ya me dijiste que tienes veintisiete. No te lo dije aún, yo tengo veinticuatro.

–No hay ningún problema, Taehyung-ah, si me permites decirte Taehyung-ah también. Si vamos a usar los honoríficos de confianza, hagámoslo los dos.

–Claro que sí... Hyong –A Tae le encanta la intimidad en el ambiente. Si no fuera porque debe ir a su casa y alimentar a Yeontan, se quedaría toda la tarde en esa misma mesa con Seokjin.

   Jin insiste en pagar el almuerzo completo, ya que es el mayor. Taehyung se contiene de protestar, y deja que el castaño saque su billetera. Un minuto después ambos salen del restorán.

–Al menos déjame llevarte a casa. Tengo mi auto en un garage aquí cerca –Pide el de cabello azul claro, inclinando la cabeza adorablemente para que el castaño acepte. El gesto le saca una risita y un sonrojo al mayor.

–De acuerdo, vamos.

   Entran al lugar indicado, caminan entre los automóviles, y rápidamente Tae se detiene junto a uno bastante descuidado, con claras señales de haber sufrido varios pequeños accidentes. Taehyung lee los pensamientos del mayor en toda su cara.

–No vas a morir, tranquilo. Sé que se ve descuidado, pero creo que le da personalidad.

   No es mentira, pero tampoco es la verdad completa. Tae ha conducido alguna vez con unas copas de más, y se la dio contra un poste o algo así, pero no quiere asustar a Jin. Quiere pasar tanto tiempo con él como sea posible.

Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLDär berättelser lever. Upptäck nu