Extra III

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🌠¿Quieres ser mi novio?🌠

N. A : Prepárense para gritar🤧❤️

—¡Mini pecesito, será mejor que bajes ahora o no llegaremos al cumpleaños de tu novio!

—¡Que ya voy! —Alberto dejó de arreglar su cabello cuando vió que jamás dejaría su forma rizada y salió de su habitación dando un portazo— ¡Y ya te dije que no es mi novio, Auri!

Al llegar a la planta baja notó cómo el hombre de cabello largo rodaba los ojos.

—Mejores amigos que se besan; compañeros que se quieren; novios; es lo mismo, pecesito —la burla era palpable en el tono de Aurelio.

Alberto sintió que su sonrojo llegaba a sus orejas.

—No debí de haberles contado ni a ti ni a papá lo que sucedió ese día.

El mayor rió.

—Si ya sabes cómo somos pa’ que nos invitas —dijo en un tono extraño que Alberto no identificó y mucho menos entenderlo al saber que el hombre había hablado en español—. En fin, ¿ya estás listo o quieres otra hora para mirarte en el espejo?

Alberto bufó.

—Una palabra a Giulia o a Gustavo y le diré a papá que cenamos pizza todos los fines de semana, algo que a él claramente no le gustaría escuchar.

Y sintió que sonreía victorioso al ver la cara pálida de Aurelio.

—Por eso digo, que ya nos vayamos —abrió la puerta y dejó salir primero al menor rodando los ojos cuando el chico ya había subido al auto—, bien dicen, cría cuervos y te sacarán los ojos.

Entre bromas y peleas infantiles por parte de ambos, llegaron a la bonita y acogedora casa de Giulia, dónde se celebrarían los catorce años de Luca.

Alberto sintió que su estómago se retorcía de los nervios al estar ya frente a la puerta del lugar, a la espera de que alguien les abriera.

Había decidido que ese día hablaría con el castaño y aclararían las cosas. Quería ser novio de Luca y llamarlo cómo tal. Su padre estuvo de acuerdo cuando se lo dijo, alegando que estaban en la edad de experimentar lo que era el amor juvenil.

Aunque después de los ánimos, Bruno comenzó a alegar que no quería nada de indecencias, pues aún eran muy pequeños para eso.

Alberto se sintió sonrojar hasta el cuello al escuchar la definición de Aurelio sobre a qué se refería el mayor de los Scorfano con “indecencias”.

Ni siquiera había pensado en hacer eso con Luca, lo único que deseaba era tomar su mano, darles inocentes y tiernos besos en las mejillas, frente, y si fuera posible, en la boca, además de llamarlo con libertad novio.

Salió de sus pensamientos al ver la puerta frente a ellos siendo abierta, mostrando a un arreglado y serio Gustavo que pronto cambió su expresión a una contenta cuándo vió quienes eran.

—¡Primito querido! —exclamó envolviendo sus brazos alrededor del otro—. Que bueno que llegaron, ya estaba empezando a entrar en pánico al oír a Giulia hablar sobre modales y cómo debería comportarme. Ella da miedo enojada ¿sabes? —y, cómo remarcando el hecho, un escalofrío sacudió sus hombros—. En fin, pasen.

Aurelio torció sus labios en una mueca entre disgusto y burla al ver el atuendo completo de Gustavo.

—¿Y ese traje? Estoy seguro que la fiesta no es de gala.

El joven lloriqueó.

—Fue el tío Bruno, me dijo que el cumpleaños de Luca debía ser especial y que me pusiera esta cosa para verme más guapo, ¡pero mintió, me veo terrible y la corbata es incómoda!

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora