Capítulo 8: ¡Andiamo!

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⭐Leán la nota del final por favor ^w^⭐

Ambos chicos, ya dentro del agua, fueron arrojados de nuevo a la cueva escuchando como Francesco se burlaba de ellos antes de irse nadando de ahí.

Alberto miró molesto al guardia antes de regresar su mirada a la de Luca, quien no había hablado en todo el camino.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado.

—¿Eso fue todo? —hablo Luca sin prestar atención a su amigo— ¿moriremos aquí sin que nuestros amigos y familia sepan de nosotros?

Alberto hizo una mueca.

—No, Luca —negó apoyando una mano en el hombro del menor haciendo que este lo mirará—, no dejaré que te hagan daño, antes tendrán que pasar sobre mí y mi superfuerza —bromeó con lo último haciendo sonreír a Luca levemente—, saldremos de esta. Ya lo verás.

Luca suspiro y le asintió.

—Me alegra... no estar solo en esto —comentó Luca, nervioso—, tenerte aquí me da fuerzas.

—Es por eso que siempre estaremos juntos —sonrío Alberto con un pequeño rubor en sus mejillas.

—¿Lo prometes? —preguntó alzando su dedo meñique.

Alberto levantó, al igual que Luca, su meñique y lo entrelazó con el del menor.

—Lo prometo.

Ambos sintieron un leve cosquilleo al juntar sus dedos, aunque eso no impidió que se quedarán en la misma postura por unos segundos más, mirándose a los ojos y admirándose el uno al otro.

—Guau —ambos se separaron de golpe al escuchar una voz detrás suyo—, siento que me asfixio de lo empalagoso que se volvió el ambiente —hablo Gustavo, quien estaba del otro lado de la reja con una mirada burlona.

—¡Gustavo! —exclamó Luca sonriendo de oreja a oreja.

—Hola, niño —saludo el nombrado.

—Pensé que...

—¿Qué te había traicionado vilmente? —completo el mayor mirando ofendido al pequeño—. Me duele que pienses que sería capaz de dejar a dos niños solos a su suerte.

Luca rio levemente.

—¿Qué sucede aquí? —cuestionó Alberto con una ceja alzada mirando de hito en hito a ambos chicos.

—¡Ah, cierto! —exclamó Luca—, olvidé decirte que cuando encontré a los peces también conocí a Gustavo —dijo señalando al más grande.

Gustavo le sonrío a Alberto pasando su mano por entre las rejas para ofrecerla en modo de saludo al joven.

—Gustavo Colombo, hijo del rey Adriano Colombo. Un placer conocerte, Alberto —hablo con una sonrisa dibujada en su rostro.

Alberto frunció el ceño.

—¿Hijo del rey? ¿El que nos encerró aquí?

Gustavo rio nervioso.

—Mi padre solo busca lo mejor para el clan.

—Encerrando a dos niños en una cueva —completo Alberto cruzándose de brazos.

—Aún le falta mejorar un poco su actitud —justificó el chico—, además; que mi padre sea de esa forma no quiere decir que yo sea igual a él. ¿Ejemplo? Me arriesgue a bajar hasta aquí solo para liberar a dos chicos que son parte del enemigo.

—Alberto —llamó Luca haciendo que el nombrado le prestará atención—, necesitamos salir de aquí y advertirles a todos los demás sobre el plan que del rey.

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoWhere stories live. Discover now