Capítulo 13: Cita Bajo El Agua

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Dedicado a: Valeboxel
Por llegar primero en el capítulo anterior 😗✨

Luca y Alberto nadaron hasta llegar a la pequeña isla, donde se sentaron en la orilla admirando el bello amanecer frente a ellos.

—¿Todo bien con tu papá? —quiso saber el más joven.

Alberto bufó.

—No, nada está bien con él, Luca. Piensa que, después de todo este tiempo, aún tiene el derecho de decirme que hacer y que no —suspiro, frustrado—. Es que
... ¿por qué es así? Me dejó sólo tantos años y... viene diciéndome que solo quería lo mejor para mí.

Luca tomó la mano del mayor y le dio un ligero apretón.

—No estoy de acuerdo en lo que tú padre te hizo —negó el pequeño con el ceño fruncido—, pero creo que todos merecen otra oportunidad cuando se trata de enmendar sus errores. No quiero decir que lo tengas que perdonar justo ahora —añadió al ver que su amigo iba a hablar—, solo quiero que pienses en ambos. No estuvo bien en haberte abandonado, pero al menos intenta cambiar. Tal vez, incluso, volver a estar juntos.

Alberto hizo una mueca con su boca.

—No es tan fácil, Luca.

El mencionado sonrío.

—¿Quién dijo que todo en la vida sería fácil?

El moreno rio ante el comentario de su pequeño, lo miró a los ojos y pasó un brazo por los hombros de Luca, atrayéndolo hacia él.

El más pequeño se sonrojo ante aquel acto.

—Gracias por todo, Luca —dijo Alberto, sonriendo un poco—, no podría hacer esto sin ti.

Luca también sonrío.

—Eso hacen los mejores amigos ¿no?

Hubo un pequeño silencio donde Alberto había dejado de sonreír poco a poco.

Antes esa palabra le había parecido perfecta para representar la relación de ambos, pero, ahora, ¿por qué sentía que ya no era suficiente?

—Luca, yo quiero...

—¡Hola, chicos! —interrumpió Gustavo, llegando junto a ellos y convirtiéndose en humano al salir del agua— ¡me alegra por fin encontrarlos!

Alberto rodó los ojos y Luca sonrío alejándose del moreno para saludar al más grande.

—¿Ya te vas al reino? —le preguntó el menor con curiosidad.

Gustavo asintió.

—Tengo que hablar con mi papá de algo importante. Pero primero —tomó a Alberto del brazo y dijo:— ¿podemos hablar, primo? A solas.

Alberto, aunque confundido, aceptó hablar con él, dejando a Luca en la orilla esperando por ellos sin saber que, en esos pocos minutos donde el menor estuvo solo, aprovecho cierta persona de ojos esmeraldas para hablar con él.

—¿De qué se trata? —preguntó Alberto cuando estuvieron ya lejos del pequeño.

—Necesito un favor.

—¿Favor?

Gustavo asintió frenéticamente.
—Por lo de esa vez que salve a ti y a Luca de las escamas de mi padre.

Alberto suspiro.

—¿Qué quieres?

—Mira; ese día que llegué por primera vez a Portorosso dejé mi ballena en algún lugar de estas aguas, y desde ese día no he podido llevarla a mi hogar. Por eso quiero que tú —señalo a Alberto—, vayas por mí y traigas a mi ballena a Portorosso.

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoWhere stories live. Discover now