Capítulo 21: Un Buen Golpe

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Dedicado a: Sophi1226😗✨

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—Me duelen mis pies de correr ―Gustavo hizo un puchero antes de caerse de sentón en uno de los asientos del auto, pues Massimo había pisado el acelerador al ver que algunos hombres los perseguían, ocasionando que el pobre muchacho callera.

―¿Cómo...? ¿qué...? ―murmuraba Bruno mirando desconcertado a todos los presentes.

―Aunque no sé cómo llegaron a encontrarnos ―sonrió Luca―... pero me alegro de que vinieran a ayudarnos.

―¡Aun no canten victoria! ―exclamo Giulia al ver como unos de aquellos hombres se colocaba a lado de ellos en su motocicleta― ¡Papa cuidado!

―¡Sujétense fuerte! ―ordeno Massimo dando la vuelta al volante y entrando a una calle angosta.

―¡Woah! ―Alberto miro asombrado al gran hombre― ¡esto es increíble!

Gustavo negó en desacuerdo con su primo haciendo una arcada.

―Creo que voy a vomitar ―murmuro el pobre chico apoyando su cabeza en el hombro de Luca siendo empujado al instante por Alberto lo que hizo que chocara con Giulia quien lo volvió a empujar hasta que el pobre de Gustavo termino de cara al piso.

―¿Cómo escaparemos de esos hombres? ―pregunto Luca al ver con pánico como las motocicletas se acercaban hacia ellos.

―No te preocupes ―dijo Giulia, restándole importancia al asunto―. Tus padres nos ayudaran con eso.

El pequeño abrió su boca en un gesto sorprendido.

―¿Cómo...?

―¡Giulietta! ―exclamo Massimo llamando la atención de la pelirroja― ¡Hazles la señal!

Entendido ―asintió haciendo una pose al estilo militar antes de abrir la ventana del asiento del copiloto, sacar su cabeza y gritar a todo volumen:― ¡Los peces van a pasar por el arroyo!

Luca y Alberto miraron incrédulos a la chica.

Giulia bufo.

―Fue idea del tonto de Gustavo que dijéramos esa absurda frase.

Y como si la voz de la pelirroja fuera un interruptor, el joven se sentó sobando su cabeza por el golpe anterior y sonrió de lado a los menores.

―Sonaba cool en mi mente.

Luca iba a preguntar de que se trataba cuando diviso frente a ellos, a cada extremo de la calle, a sus padres levantando sus pulgares en dirección a ellos.

―¡Ja! Mira Luca, son tus papás ―comento Alberto mirando con cierto asombro a aquella pareja.

Cuando pasaron por a lado de Daniela y Lorenzo, el pequeño Luca frunció el ceño, observando como sus padres tiraban algunos barriles con peces dentro sobre la calle y haciendo que los que los perseguían se resbalaran y cayeran dolorosamente al pavimento.

―¡Si! ―exclamaron los cuatro jóvenes chocando las palmas de sus manos.

―Aun no es momento de celebrar ―dijo Massimo―, falta llegar a la estación del tren.

Bruno, quien se había mantenido callado en todo el trayecto, hablo con la voz temblorosa mirando con cierto temor al hombre al volante.

―¿Cuál es el plan?

Massimo miro por el espejo retrovisor al padre de Alberto por unos segundos antes de volver su vista al frente, respondiéndole a Bruno de forma tangente:

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoWhere stories live. Discover now