Capítulo 14: ¿Un Beso?

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Capítulo dedicado a: Natalia_976
Por llegar primero al capítulo anterior 😗✨

—¿Tienes idea de adónde ir? —preguntó Luca nadando a la par de su amigo.

—La verdad —contesto Alberto, riendo nervioso—, no.

Luca suspiro.

<<Típico de Alberto>> pensó el pequeño sonriendo de lado.

—Supongo que iremos hacia donde el destino nos indique —sonrío el moreno emocionado.

—Podemos ir a algún pueblo cerca de aquí.

—Luca, no hay pueblos en el mar.

El nombrado tomó el mentó de Alberto y giro su cabeza hacia un lado mostrándole un pequeño pueblo no muy lejos de donde ellos estaban.

—Oh.

Ambos nadaron hasta la orilla donde, con mucho cuidado, salieron del agua sin ser vistos y caminaron por las calles de ese lugar, admirando las casas, puestos y personas ahí.

—Deberíamos buscar un lugar para pasar la noche —comentó Luca a su compañero.

—Si, si —dijo Alberto mirando embobado un puesto de chucherías—, primero vamos a comer.

Tomó la mano de su pequeño y juntos se dirigieron hacia un pequeño restaurante, donde cada uno pidió algo para comer.

—Pero ¿con qué pagaremos?

Alberto agitó su mano restándole importancia.

—Massimo me dio unas monedas para el viaje —le mostró a Luca las monedas que tenía guardadas en su bolsillo—, dijo que eran una especie de pago por haberle ayudado con la pesca.

—¡Wow! —exclamó el pequeño sorprendido.

—Aquí tienen sus pedidos —llegó la mesera dejando la comida de ambos frente a ellos—, si necesitan algo más, háganmelo saber.

—En realidad —dijo Luca mirando avergonzado a la chica frente a él—, queríamos saber si había algún lugar por aquí donde podríamos pasar la noche.

La muchacha sonrío.

—Hay una posada cerca de aquí, a dos calles por la derecha —señaló.

—Gracias —contestó Alberto sonriendo.

La chica correspondió la sonrisa, despidiéndose de ambos.

¡Hora de comer!

(...)

—¡Pero que lleno quedé! —exclamó el mayor en un suspiro—. La comida de ahí sabía deliciosa.

Luca asintió.
—Ahora, tenemos que ir al lugar donde nos dijo la señorita para poder quedarnos aquí al menos un par de noches.

—De acuerdo.

Ambos se dirigieron hacia la posada, entrando a un pequeño bar donde había una pequeña recepción.

Se pararon frente a la mujer que atendía el lugar; una señora bajita, con el ceño fruncido, regordeta y con una cara que solo expresaba "mi vida es un asco".

Luca le había propuesto a Alberto (aunque más bien lo había obligado) a ser él quien pidiera las habitaciones.

Buongiorno! (¡Buenos días!) —saludo Alberto—. Venimos pos dos habitaciones.

—Por favor —agrego Luca en voz baja.

—¿Tienen soldi? (dinero)

Alberto sonrío de lado abriendo su mano donde llevaba el dinero.

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoWhere stories live. Discover now