4.1 Aún más por ganar.

825 53 116
                                    


|| ☤ ||

El reloj colgado en la pared más alejada de su oficina hace tic-tac siniestramente, haciendo eco contra el silencio absoluto de la habitación vacía. Es casi contundente, la forma en que los segundos pasan sin descanso, duros e implacables. Cada segundo por sí solo como un punto que termina con otra frase prolongada sin respuestas, sin alivio.

Se acerca un nuevo día, pero Louis no ha pasado de la noche anterior, atrapado y cautivo por una serie de recuerdos que preferiría olvidar. Pero no puede olvidar y no puede seguir adelante y Louis se ve obligado a esperar y dejar pasar los largos minutos, asfixiándolo con la anticipación.

Si llega la mañana, si se rompe la luz y el sol naciente da paso al inicio de un nuevo día, y Harry ya no está respirando en esta tierra, Louis está seguro de que la oscuridad que seguirá lo consumirá de la peor manera. Ensombrecerá cada rincón de largo alcance y cubrirá hasta la última célula funcional de su cuerpo, tan vigilante y cruel como un virus mortal. Nunca conocerá la luz del día ni el brillo que viene con el amanecer de una nueva mañana fresca. Sólo habrá luto, oscuridad perpetuamente desplegándose en una abadesa solitaria.

En una escala del uno al diez, ¿qué tan malo es?

Louis ha estado tratando de cuantificar sus sentimientos, organizarlos, tal vez ponerlos en una caja ordenada y categorizada para poder procesarlos mejor, tal vez entenderlos. Pero las emociones no siempre funcionan así, el dolor no lo hace y el miedo ciertamente tampoco.

No hay nada cuantificable sobre lo que está sintiendo actualmente. Tantas veces como Louis se pregunta repetidamente cómo se siente en este momento, sigue fallando. Aunque le ha funcionado en numerosas ocasiones en el pasado, esta vez no hay una escala. Posiblemente no podría haber una escala porque lo malo que es no podría clasificarse en ninguna unidad numérica de medida.

Lo que Louis alguna vez llamó un seis, ahora se siente como un uno, un diez como un cuatro. Y el dolor que siente en este momento, ardiendo furiosamente a través de su pecho como un incendio forestal sin límites, ni siquiera comienza a registrarse. Está fuera de serie, multiplicándose a un ritmo insuperable, alimentado por una creciente incertidumbre.

Se dice que, si amas a alguien, lo amas real y verdaderamente, tiene el poder de lastimarte. No a propósito o con intención maliciosa, sino porque están tan atados y enredados como uno solo a través del profundo amor compartido juntos. Y estar tan atado a otra persona significa que compartes sus alegrías tanto como sus agonías. Si a tu amor le duele, te duele. Muchas veces el sentimiento se magnifica diez veces, porque saber que tu amor sufre y presenciar su dolor es la mayor tortura de todas.

Louis tira de las mangas largas de la sudadera con capucha de Harry sobre sus manos. Es el que guarda escondido en su oficina, el que suele usar cuando no puede llegar a casa. Mete la nariz contra el cuello y se siente reconfortado al instante por el olor persistente de la colonia de su marido atrapada en la tela. Es lo único que lo mantiene calmado, lo único que evita que se vuelva completamente loco.

Todavía tiene los dos anillos de boda apilados sobre su dedo anular, girándolos repetidamente en un esfuerzo por distraer su mente. Sentado en el suelo con la cabeza apoyada contra el hueco interior de su escritorio, las rodillas pegadas al pecho, Louis se permite desconectarse por completo. Encontrando tan fácil alejarse de hoy, su día más oscuro, de regreso a uno de sus días más felices.

|| ☤ ||
| hace 15 años |

(Champagne Kisses / Jessie Ware)

Chocando los hombros, riendo como borrachos, Harry y Louis tropiezan juntos por el amplio pasillo de un hotel. Están vestidos con trajes caros con corbatas desechas y sueltas que cuelgan de sus cuellos, dedos entrelazados con anillos nuevos.

One Breath At A Time (Traducción)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang