Capítulo 33

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(...)

- No te preocupes pequeña, nosotras le ayudaremos a que las descubra.

POV. Naira

Me desperté desorientada, en una habitación que no conocía y con un espantoso ruido de fondo. Intenté abrir los ojos varias veces pero me fue completamente imposible, pesaban demasiado. Sentía el cuerpo entumecido y la cabeza me dolía de tal manera que me daba la sensación de que en el interior de mi cráneo había unas personitas desagradables dándole martillazos a mi pobre cerebro. Tras gruñir roncamente, probé de nuevo, aquella vez con mayor éxito. Pude entreabrir el ojo izquierdo lo suficiente como para ver el rostro preocupado de una niña pequeña mirándome fijamente. Fruncí el ceño debilmente antes de que los recuerdos estallasen en mi mente como bombas, provocándome una horrible jaqueca. Gemí por el dolor antes de tratar de distinguir los ruidos que me rodeaban. Sabía que Lilian estaba a mi lado en el suelo, mirándome con preocupación, pero necesitaba orientarme. A ver, estaba en el suelo de la habitación que era de mis padres en su casa de Colombia. Bien, eso era comprensible hasta cierto punto. Lilian me dijo que era su papá el que me había secuestrado y que estaba torturando a David y a Andrea, el primo de mi madre y su mate. Aquello ya no estaba bien. ¿Por qué los torturaba? ¿Por qué me había secuestrado a mi? Por qué Lilian estaba con su padre si le daba miedo? Ahogué un grito de dolor al notar cómo la niña me movía la cabeza lentamente. Abrí los dos ojos de golpe, asustando así a Lilian. Me soltó de golpe y mi cabeza estrelló con brusquedad contra el suelo, arrancándome por fin el grito que había estado luchando por salir de mis labios. Ella me miró con expresión culpable antes de apresurarse a poner mi cabeza sobre su cómodo regazo.

- Lo siento, lo siento tanto! Es que me asusté cuando abriste los ojos tan derrepente, pensaba que estabas todavía inconsciente...- masculló avergonzada. Traté de reconfortarla con una sonrisa pero ésta se desvaneció antes siquiera de llegar a elevar las comisuras de mis labios. Un grito desgarrador fue el causante de que en mi rostro no hubiera una sonrisa consoladora (no malpiensen, e.e). Asustada y preocupada, interrogué a Lilian con la mirada, la cual había palidecido. Me preocupé más todavía al reconocer la voz que gritaba tan dolorosamente fuera la de Leo. Traté sin éxito de incorporarme y la pequeña dejó mi cabeza de nuevo en el suelo (aquella vez con cuidado) antes de girar bruscamente la cara. La miré sin comprender. Ella estaba llorando, lo sabía por el resplandor antinatural de sus mejillas a la luz de la luna creciente. Traté en vano de nuevo de extender un brazo para consolarla. Mi cuerpo no respondía, era como si mi cerebro hubiese desconectado las vías para emitir órdenes al resto de mi hermoso cuerpo (modestia a tope...). Al ver mis desesperados intentos por moverme, Lilian habló con la voz ronca por el llanto.

- No vas a poder moverte en unas cuantas horas, quizás días, gracias al disparo que te metió Amanda en la cabeza.- Al ver que la observaba con incredulidad, añadió con el ceño fruncido.- En el hospital.- dijo lentamente. Entonces recordé el hospital, a mi exprofesora sonriendo de manera extraña y a Shane en el suelo, inconsciente. La niña debió ver mi expresión tremendamente alarmada porque se apresuró a añadir. De nuevo. Era como si me leyera el pensamiento o algo parecido...- Shane está bien. Después de que Amanda te trajese aquí, ellos quedaron un poco destrozados pero Leo les levantó el ánimo a todos a pesar de que era de los que peor estaban. Y... Ahora están con la manada de Belén, encerrados en un antiguo bunker a la espera de que tus padres vuelvan contigo allí sana y salva. Bueno, ahora ellos, Zack y Leo están en la sala de tortura peleando contra mi papá y contra Amanda. Zack mientras ellos peleaban fue a liberar a David y Andrea, y yo le ayudé junto con Natalia. Ella es buena, no como Amanda, ella me va a ayudar a salir de aquí con vosotros.- Añadió Lilian con una sonrisa de entusiasmo pero a la vez temor. Era extraña.

- Por que Leo ha gritado...?- le pregunté parando tras cada palabra para tomar aire y con la voz algo temblorosa. Ella palieció de nuevo tras mi pregunta. Sus ojos se tiñeron de rojo por completo, como si fuera una pantalla, y estuvo así durante unos minutos antes de lanzar un grito de horror. Sus ojos volvieron a la normalidad de pronto y ella sollozó desconsoladamente antes de llevarse ambas manos al rostro y tapárselo con ellas. Yo no entendía absolutamente nada de nada. Pero tuve la sensación de que no me gustaría saberlo.

La Heredera (2#VYHLI?)Where stories live. Discover now