La Heredera (2#VYHLI?)

Capítulo 22

(...)
Y tuve el presentimiento de que pasaría igual con Sammy y Shane...

POV. Naira

(antes de nada advertir que este capitulo tiene partes un poco hot).

Las heridas poco a poco fueron curando mientras estaba en la cama de invitados del cuarto de invitados de la casa de Shane. Habíamos decidido ir a la casa del dios porque Jared y yo estábamos tan mal heridos que tuvieron que cargarnos. A mi me dejaron en la habitación de invitados y a mi cuendi en la habitación de Shane. Lo se, es raro esto de que tenga tres parejas eternas, pero... Para quién no? Tenía la cabeza echa un lío y unas dolorosas migrañas*.  Las preguntas que rondaban mi mente eran:

- Por qué tenía 3 parejas eternas?

- Por qué un hombre lobo, un vampiro y un dios?

- Por qué a mi?

- Que tenía que hacer?

- Que les pasaría a ellos si yo fuera herida?

Y cosas de ese estilo. Había pensado tanto que ya me palpitaba la cabeza. Unos golpes en la puerta me sacaron del ensimismamiento.

- Adelante.- dije con voz aburrida. Llevábamos allí dos horas y no había visto a nadie. La puerta se abrió un poco y dejó a la vista la cabeza de un Jared magullado. Lo miré con el ceño fruncido y él se metió a toda prisa y cojeando se metió conmigo en la cama. Abrí los ojos con sorpresa e iba a decir algo cuando me puso su dedo índice en mis labios, mandándome callar. Me tragué mis palabras y me fijé en que sus ojos destilaban lujuria.

- No he podido aguantar más Naira, lo siento pero es que tengo tantas ganas de besarte...- me dice en un gemido lastimero, como si se arrepintiese de desearme. Le cogí la cara con ambas manos y observándolo a sus ojos cerrados, junté mis labios con los suyos dulcemente. Cerré también mis ojos y ambos abrimos nuestras bocas, empezando así una guerra por el poder con las lenguas. Casi sin percatarme, me senté a ahorcajadas sobre él y apoyé mis manos en sus hombros y él las suyas en mi cintura. Podía notar como un bulto iba creciendo en sus pantalones, rozando mi sexo. Gemí contra sus labios, arrancándole una sonrisa de satisfacción. Con mis manos fui explorando su abdomen lleno de vendas hasta dar con el borde del pantalón y volver a subir hasta sus hombros. Rompí nuestro beso para ir dejando un rastro de besos a lo largo de su mandíbula y cuello hasta llegar a esa parte sensible y darle un pequeño mordisco, sacándole un gemido de placer. Me removí un poco encima de él, deseosa de más y sin querer (obviamente evitarlo) hice que nuestros sexos se rozaran de nuevo, logrando que ambos gimiésemos. Iba a desabrochar el botón de su pantalón cuando alguien llamó a la puerta. Suspiré de abatimiento y apoyé mi cabeza en su hombro. Noté cómo él reía debajo de mi.

- No te preocupes, fierecilla, acabaremos esto en otro momento.

Reí como la adolescente hormonada que era y bajé de encima suyo, sentándome a su lado. Me sentía aún muy acalorada.

- Te ves adorable con las pupilas dilatadas y las mejillas sonrojadas.- me ronroneó Jared al oído. Me sonrojé fuertemente y me aclaré la garganta antes de hablar con voz grave por la excitación.

- Adelante.

La puerta se abrió lentamente y me dejó ver el rostro de Samuel. Sonreí y le hice señas para que entrara. Él lo hizo con una sonrisa hasta que vio a Jared. Conmigo en la cama. Y los dos sonrojados y con las pupilas dilatadas. Por el rabillo del ojo vi cómo Jared sonreía triunfante y no pude reprimirme y lo tiré de la cama de un empujón.

- Mierda!

- Joder!- dijimos a la vez. Había sentido como si fuese yo la que me caí de culo. Jared se rió suavemente por mi estupidez y yo gemí. Ahora no podría pegarles a ellos sin hacerme daño a mi misma. Entonces una idea me vino a la cabeza. Abrí los ojos con emoción y una sonrisa maligna se abrió paso en mi cara. Samuel y Jared me miraron asustados.