Capítulo 54 (final)

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Cheryl Blossom:

Ya era miércoles, ayer no salí de mi oficina por el resto del día pero sé que Jessica vino y se quedó a dormir.

Lo he estado pensando mucho y creo... Creo saber que hacer.

En la mañana las chicas se fueron al colegio, claro, yo aún no salía de mi oficina así que no me hablaron o algo.

Ya era de tarde, pronto Toni llegaría del colegio.

– ¿Cheryl? – salí con el corazón agitado, todo en mí era una locura en estos momentos. – Hola Toni – sonreí un poco y sus ojos brillaron con emoción.

– Hola cher... – me dio una sonrisa hermosa y se acercó a pasos lentos. – Si quieres un abrazo no te lo voy a negar, Tee-tee... – murmuré. Ella se puso muy feliz y me abrazó con mucha fuerza.

– Te amo tanto – suspiré. – Y yo te amo a ti, Toni – murmuré contra ella.

– Creí que podríamos hablar... Ya sabes – se separó de mí y vi un pequeño rubor en sus mejillas.
– Ir a un lugar para hablar, solas – se encogió de hombros y asentí.

– De acuerdo, ¿a dónde quieres ir? – tomé mi bolso y me puse unos tacones rápidamente. Ya estaba bañada y con una ropa decente así que no habría problema en salir ahora.

– Hmm... ¿Te puedo pasar la dirección? No sé como explicar donde queda el lugar – sonreí y ambas salimos hacia afuera. Quería besarla pero eso no ayudaría mucho en estos momentos. No quiero arruinar nada.

– Ven te ayudo – le puse el cinturón de seguridad y ella se sonrojó. Joder, la amo tanto.

– Wow, queda a dos horas de aquí, ¿estás segura que es en ese lugar? – dije mirando el GPS. Ella asintió con emoción

– De acuerdo, pequeña serpiente – murmuré tomando el volante. Hace arto no la llamaba así, sentí su mirada en mí por mucho tiempo pero decidí ignorarlo.

//

– Es aquí – El camino había sido algo... Tenso. Ninguna volvió a hablar y sólo escuchamos algunas canciones de la radio. No era tan incómodo el silencio, era pasable.

Salimos del auto y me sorprendió ver lo que había.
Había una cabaña muy linda y detrás de ésta habían muchas luces.

– Ven – ella tomó mi mano y me guió hasta llegar detrás de la cabaña.

Al ver lo que había sentí un nudo en mi garganta, uno horrible, de esos que sabes que son malos.

– Y-yo... Quería pedirte disculpas por todo, sé que esto no va a compensar lo que hice pero quería que habláramos en un lugar tranquilo, sólo tú y yo – me quité los tacones para poder caminar bien y miré a Toni.

– No tenías que hacerlo – susurré. Detrás de la cabaña habían muchas luces bonitas al rededor de una manta de picnic, había comida, vino, y el atardecer pronto saldría.

– Es algo pequeño... Oh y podemos quedarnos un rato más para entrar a la cabaña, no sé... Si quieres – volvió a sonrojarse y asentí suavemente.

Ella tomó mi mano y ambas nos sentamos en la manta, un poco alejadas de la otra pero viendo con cautela como se iba el sol.

Ninguna de las dos comió absolutamente nada, creo que ella esperaba que yo dijera algo o no lo sé.

𝐌𝐲 𝐬𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐌𝐨𝐦𝐦𝐲 // 𝙲𝚑𝚘𝚗𝚒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora