Epílogo: Gia

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-¿Me prometes que vas a visitar a nuestra sobrina por mí?

-Te lo prometo -asegura sacando una pelusa de mi (antes suya) remera de Los Lakers.

-¿Y te vas a sacar fotos? Por favor, quiero conocer a Pía.

-Un par de fotos, pero tampoco la exageración. Además, a ella ya la viste.

-Sí, solo que considero que vos te verías muy tierno sosteniendo a un bebé en brazos -agrego pellizcando sus mejillas.

Antes de que él pueda responder algo se escucha por los altavoces que llaman a mi vuelo. Tengo que despedirme y no quiero hacerlo. Me desplomo un poco y Chris me abraza con fuerza.

-Despedite de tus padres primero, anda.

Desde que ellos se enteraron que tenía novio, a fines de noviembre, empezaron a pasar más tiempo conmigo. Tal vez se dieron cuenta de que no habían perdido dos hijas, sino una sola, y la otra estaba esperando con los brazos abiertos a que volvieran a recibirla. En estas cortas semanas que tuve de vacaciones salimos mucho juntos (los tres, los cuatro o los seis, si se sumaban los padres de Chris).

-Te vamos a extrañar, querida. Cualquier cosa que necesites nos avisas y cuando vamos te lo solucionamos, ¿sí? -me dice papá mientras me da un fuerte abrazo. Aunque ahora voy a volar sola, antes de que empiecen las clases, ellos van a viajar para visitarme y asegurarse de que esté cómoda.

-Sí, pa, cualquier cosa te aviso -le aseguro al separarme de él y dejarle a mamá su turno de estrujarme.

-Estás tan grande, cielo -susurra en mi oído con la voz quebrada y a mí también se me cristalizan los ojos. No pensábamos que yo iba a ser la primera (y única) en ir a la universidad, para este punto, Gabs tendría que estar más que recibida. -Ay, mi amor. -Me suelta de a poco y posa sus manos en mis hombros. Se me queda mirando fijamente por unos segundos para después secar las lágrimas que ruedan por mis mejillas. Me acaricia los brazos y me toma de la mano antes de decir: -Te va a ir fantástico, mi amor. La cabeza siempre en alto, demostrales lo poderosas que pueden ser las latinas.

Ese comentario me arranca una sonrisa y me abalanzo sobre los dos. Suelto un suspiro y siento que, después de mucho tiempo, las cosas mejoran de a poco. Los libero y me acerco a Chris, quien tiene mis valijas. Avanzamos hasta estar a solo unos metros de la puerta de embarque.

-"La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar. Y es que el amor se siente con el corazón, no con el cuerpo." Podemos hacerlo, hermosa.

-Más vale que podemos. Solo falta... un mes y medio para volver a vernos -informo poniendo un puchero.

-Sé que parece mucho tiempo, pero en realidad no lo es. Solo tenemos cuatro horas de diferencia horaria y vos vas a estar tan ocupada con tus clases en inglés que se te va a pasar volando. Vas a ver -me asegura poniendo la mejor de sus sonrisas y se me hace imposible no inclinarme hacia delante para poner mis labios sobre los suyos.

-Te voy a extrañar mucho, mucho, mucho -digo separando cada "mucho'' por un beso. Me abraza con fuerza y me da un beso en la cabeza.

-¿Por qué mi novia tenía que salir tan inteligente que consigue entrar en universidades extranjeras? La próxima vez me voy a buscar una que no sea tan estudiosa.

-¡Christian!

-Obviamente es una broma -explica revoleando los ojos como si eso no fuera una obviedad. -Te amo demasiado, Gia.

-Yo también, Chris.

Como siempre, parece que el tiempo se detiene y solo somos nosotros dos. Sus ojos grises y los míos marrones. Mis manos en su pelo, sus labios sobre los míos. Una melodía insonora que lo llena todo. La burbuja explota cuando vuelven a llamar al embarque. Chris me acaricia la cara con delicadeza.

-Te descargué una canción, escuchala cuando puedas -me informa entregándome mi celular.

-¿Okey...? -respondo dudosa.

-¿Me prometes que la vas a escuchar?

-¿Me prometes que te vas a sacar fotos con Pía? -él asiente. -Entonces sí.

-Bueno...

-No quiero irme.

-Vas a cumplir tus sueños, Gia, tenés que irte. Además, en un abrir y cerrar de ojos ya vas a estar de vuelta acá, comiendo helado y viendo "La Sociedad de los Poetas Muertos" por enésima vez.

-Sí, es verdad. Pensamientos positivos, pensamientos positivos, pensamientos positivos... -repito evadiendo las inmensas ganas de llorar que tengo en el momento. Entrelazo sus dedos con los míos. -Te amo.

-Yo más, hermosa. -Me da un apretón y lo suelto con delicadeza. Avanzo a paso lento, pero seguro, alejándome de él. -Nos vemos pronto.

Cuando llego a la puerta de embarque lo veo saludándome con la mano y yo replico el gesto. Estoy segura de que recién se va a ir del aeropuerto cuando sepa que mi vuelo despegó sano y salvo. Paso el umbral, avanzo unos pasos hasta que ya no puedo verlo.

***

Llevo cinco horas de vuelo cuando me acuerdo de la canción que me descargó Chris. Dejo a un lado el libro que estoy leyendo y agarro mi celular. Conecto los auriculares y busco en las descargas, la encuentro en menos de un minuto. "Never Be Alone" de Shawn Mendes, nunca la escuché. Le doy play y escucho atenta.

You'll never be alone

When you miss me close your eyes

I may be far but never gone

When you fall asleep tonight

Just remember that we lay under the same stars

[...]

And take a piece of my heart

And make it all your own

So when we are apart

You'll never be alone

(Nunca estarás sola

Cuando me extrañes, cierra los ojos

Puedo estar lejos, pero nunca me iré

Cuando no puedas dormir en las noches

Solo recuerda que estamos bajo las mismas estrellas

[...]

Y toma un pedazo de mi corazón

Y hazlo tuyo

Así cuando estemos separados

Nunca estarás sola)

Me saltan las lágrimas. Cierro los ojos y sonrío, traigo a mí sus ojos grises, su pelo oscuro y su sonrisa. Los recuerdos surgen uno a uno. Todo empezó por una nota, eso es obvio, pero estoy ansiosa por ver qué nos depara el futuro

Por una NotaWhere stories live. Discover now