CAPÍTULO 38

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El anillo en la mano de Elise brillaba tanto como sus hermosos ojos verdes, en realidad todo en ella era hermoso y sofisticado, nadie podría imaginar que realmente la madre de Owen.

Maya no podía quitar la mirada del dichoso anillo, recordaba muy bien cuando Owen lo compró.

Todos los acontecimientos recientes tenían su cabeza muy confundida y ver brillar ese anillo la puso de mal humor, aunque no sabía bien el por qué.

La densa atmósfera se rompió por el sonido de del teléfono de Elise.

Owen se encontraba discutiendo unos detalle con el organizador de bodas.

Maya quedó sola en el gran salón de eventos, no había dormido bien la noche anterior y se encontraba muy cansada, así que solamente se recostó en el sillón y sus ojos se cerraron al instante.

Solo fueron unos minutos, pero sentía que no podía resistirse a dormir aunque sea por poco tiempo. La comodidad de sillón la hizo sentirse más relajada, sentía como poco a poco la envolvía un hermoso sueño, de pronto sintió un suave olor muy reconfortante, un olor conocido.

Cuando despertó, los ojos de Owen la observaban de muy cerca, tan cerca que su nariz rosaba con la suya, pero lejos de incomodarla se sentía casi hipnotizada por aquellos ojos verdes que la miraban, instintivamente comenzó a acercarse hasta que sus labios estuvieron apunto de tocarse.

" Lo siento, pero tengo asuntos que atender y tendré que dejarlos"

La voz de Elise quebró todo aquel hechizo hipnótico y ambos retrocedieron y voltearon sus rostros con las mejillas encendidas.

"No te preocupes, ya hemos terminado aquí, llevaré a Maya a su casa"

Después que Elise se fue la atmósfera quedó tensa.

Solo fueron unos segundos, pero el corazón de Maya latía muy fuerte, aún sentía coquillas en la nariz por la feromonas de Owen. Nunca antes se había sentido de esa forma.

El calor coloreo sus mejillas y el cuello.



La Búsqueda de la Mariposa ( Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora