Epílogo

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Había creído que era feliz, tenía a mi madre y a mi abuela siempre apoyándome en todo, tenía a mis amigos quienes estaban para mí siempre que los necesitaba, tenía a Adrien quien siempre pensé que era honesto y sincero conmigo, lo tenía a él.

Y cuando estaba a punto de perderlo me di cuenta que lo necesita para ser feliz, porque sin su presencia no era nada más que una simple chica que fue engañada durante dos años, estando a su lado se sentía totalmente diferente, no me había dado cuenta de lo mucho que lo necesitaba en mi vida. Creí que de verdad era la más feliz del mundo pero no era así hasta que no estuvo conmigo esos nueve meses que estuvo en coma.

Cuando lo vi por primera vez ese día que Juleka me dejo entrar a verlo supe que él era la cura para sanar todas mis heridas que tenía en el corazón, a su lado ya nada dolía. Supe que era feliz cuando acepte ser su novia aquella navidad en casa de Chloe, cuando acepte casarme con él aquella vez frente la Torre Eiffel, cuando supe que una nueva vida crecía dentro de mí.

Lo supe cuando vi a Mar por primera vez, cuando la escuche llorar en el parto. Supe que era feliz cuando lo tenía a ellos, cuando por fin había cumplido aquel sueño que tenía siempre de conocer al amor de mi vida, casarme y formar una familia, sin embargo conocí al amor de mi vida cuando vi sus lindos ojitos azules por primera vez.

Me enamore de ella, Mar es la bebé más hermosa del mundo, tenía el color de nuestros ojos, tiene un gran parecido a su papá, mis amigos siempre hacen bromas de que yo la tuve nueve meses en mi vientre y Mar haya salido más parecido a Luka que yo.

―¿Tardaras mucho? ―pregunto mi madre detrás de mí.

―Solo lo necesario ―conteste poniendo mi celular en mi bolso.

―¿Mar irá contigo? ―cuestiono al ver que Rosita tenía a mi bebé.

―Sí ―mi madre resoplo y pude ver su cara de preocupación, me acerque a ella y le tome de los hombros― debes estar tranquila mamá, Rosita me acompañara y nada nos va a pasar.

―Esa mujer te odia y no quiero que les haga algo sobre todo a mi pequeña ―en ese momento le acarició el cachete a Mar y ella solo se retorció como gusano.

―Solo serán unos minutos mamá, descuida.

Sabine volteo a verme y suspiro asentando con la cabeza.

―Bien ―Rosita tomo la pañalera y salió de la casa― las veo más tardes.

Me acerque a ella y le di un beso en la frente, después de eso seguí a Rosita y subimos al auto, ella iba en la parte de atrás con Mar y yo en la parte del piloto. Rosita ha sido la niñera de Mar la cual mi hija está acostumbrada a ella. Eche andar el carro y fuimos directo a mi destino.

Estaba nerviosa, tenía tiempo que no iba a ese lugar, desde aquella noticia que le dimos que estaba embaraza y nos corrió de su casa, no hemos puesto un pie en ese lugar, pero era necesario que fuera aunque mi esposo no estuviera de acuerdo, tenía que hacerlo.

Después de unos quince minutos llegamos y deje el coche estaciono, le pedí a Rosita que permaneciera ahí hasta que la llamara, ella acepto y me baje junto con mi bolsa. Camine a aquella puerta y toque el timbre dos veces y al tercer toque Anarka Couffaine abrió la puerta.

―¿Qué haces aquí? ―bramo molesta― ¿No te quedo claro que no te quiero cerca de mí? ―estaba por cerrar la puerta pero con mi brazo lo impedí.

―Por favor señora Couffaine, solo serán cinco minutos ―Anarka me vio de pies a cabeza y luego a los lados.

―¿En dónde está él? ―pregunto al no ver a su hijo.

MENTIRAS [✔]Where stories live. Discover now