Nos dicen de pequeños que los lazos mas fuertes son los que tienes con tu familia, pero ¿Qué sucedería si ese lazo es lo que mas deseas destruir?
Adrien era un chico que paso la adolescencia deseando algo que se le era prohibido, mientras que Marine...
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||Musico del adiós||
No pensé que vendría de verdad.
Creí que no quería verlo partir.
Sin embargo, identificaría su figura fuera donde fuera.
La seguí después de ver partir a Adrien tras el anden de embarque.
Su andar me llevo a la azotea del aeropuerto.
Camine hasta ingresar.
Viéndola ahí.
Sentada frente a la enredadera que la separaba del vacío.
Su espalda daba pequeños saltitos y al acércame, note sus dedos enredados en el metal. Aferrándose fuertemente, mientras lloraba de manera desconsolada.
—N-No te vayas —susurro entre gemidos y lagrimas reprimidas contra su mano libre.
Marinette lloraba otra vez de forma desconsolada, mostrándome lo rota que estaba luego de ver partir el avión de Adrien. Ahí estaba, volando hacia un lugar donde ni ella, ni yo seriamos capaces de alcanzarle.
—A-Adrien..., no te vayas... —dejo caer sus dos manos en el suelo.
Empapando el suelo con sus triste lágrimas.
Me agache a su tamaño, abrazándola desde atrás.
Empecé a llorar con ella.
Ambos habíamos perdido a alguien importante este día.
—Estarás bien... —murmure contra su cabeza, mientras esas cascadas corrían por mis mejillas.
Estaremos bien, Mari.
Marinette gritaba entre lagrimas el nombre de Adrien.
Llorando.
Rompiéndose frente a mí.
Adrien se había ido.
Arrebatándonos el alma a ambos.
Nuestros corazones seguirían su camino, pero nuestros cuerpos seguirán acá en Paris.
Estaba roto.
Ahora con la idea de Adrien era capaz de aceptarlo.
Sin embargo..., la que estaba más rota en ese instante y seguiría fragmentándose.
