Nos dicen de pequeños que los lazos mas fuertes son los que tienes con tu familia, pero ¿Qué sucedería si ese lazo es lo que mas deseas destruir?
Adrien era un chico que paso la adolescencia deseando algo que se le era prohibido, mientras que Marine...
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Casser
Siempre he tenido el mismo sueño, uno donde estoy pequeña tomada de la mano de mi padre y mi madre. Teniendo las típicas dos coletas amarrando mi cabello y el vestido rosa pastel infantil que mi madre con tanto cariño compro para mí. Íbamos caminando lentamente, viendo como todos a nuestro alrededor pasaban junto a nosotros a un paso extremadamente lento. Mis padres no decían alguna palabra, mientras llegábamos al cruce donde todos los autos pasaban rápidamente. Me sentía vacía y extraña, sintiendo que por alguna razón no debía estar aquí.
Miraba mis pies, jugando con una pequeña piedra que tuvo la desgracias de ser molestada por mi versión infante. Estuve moviéndola un buen rato, sin que la luz verde nos diera el paso. Hasta que se me dio la gana de patearla hacia la calle. Sonreí al ver cuan lejos la había arrojado, siguiéndola con mi mirada hasta al monto de personas que estaba al lado contrario de la calle. Subí mi barbilla, viendo a las personas frente de mí, fijando mi visión en una en particular.
Pude reconocerlo fácilmente.
Esos típicos pantalones cortos y desgastados, la camiseta de super héroes y una chaque combinando con sus prendas. Mientras sus hebras doradas revoloteaban con el viento que no era capaz de sentir y sus esmeraldas que no me perdían el detalle.
Adrien...
Era el. Adrien estaba frente a nosotros, teniendo sus manos en los bolsillos en su versión infante. Al igual que yo, estábamos con nuestras figuras infantiles. Pero... era extraño ¿Por qué Adrien no estaba aquí? Yo iba tomaba de la mano de mis padres, entonces... ¿Qué hacia tan lejos de nosotros?
Trate de llamarlo, hasta tire los brazos de mis padres indicándoles que Adrien estaba frente a nosotros y no venía, solo se quedaba ahí parado justo frente a la calle, mientras distintos autos pasaban por el camino. Lo llame y llame sin cesar, pero era inútil. Las palabras no salían de mi boca, era como si mi voz no existiera. Intente hacer señas, sin embargo, Adrien no era capaz de responderlas. Entonces, el solo sonrió y cerro sus ojos, girándose en su posición. Mis ojos se abrieron a mas no poder, desesperada al verlo caminar en dirección contraria... yéndose a un lugar donde no sabría llegar.
—Adri... —no podía hablar, mi voz no salía, aunque la forzara.
Intente mover mis pies, pero estos parecían pegado al suelo. Mis ojos empezaron a llorar y cuando volví a ver su figura caminando lejos de mí, la imagen cambio. Ahora, era un Adrien que vestía con el uniforme del instituto, yéndose otra vez a alguna parte donde jamás seria capaz de encontrarlo. Cerré mis ojos, forzando mis piernas a moverme. Gritaba en silencio el nombre de Adrien... "Adrien", "Adrien", "Adrien", "Adrien", "Adrien", era todo lo que decía mi mente, intentando detener el andar de mi hermano.
Por alguna razón, mis pies consiguieron soltare de ese extraño agarre y sin pensarlo, solté a mis padres para ir tras Adrien quien se alejaba cada vez más. Corrí por esa enorme calle que se hacia mas amplia por cada paso que daba. Intente gritar su nombre una infinidad de veces, pero Adrien no era capaz de oírme. El solo se alejaba más y más, sin explicarme el por que se iba.
