⌜26⌟

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Ya habían pasado más de tres días de lo sucedido. Me habían cambiado de habitación más de una vez con la excusa de hacer una limpieza en ella.

Afortunadamente, el dolor y debilidad que sentía en mi cuerpo cada día disminuía un poco más, aunque aún las criadas me prohibían cambiarme las vendas por mi mismo, aunque ahora que lo pienso, tampoco podría hacerlo solo por más acostumbrado que estuviera a hacerlo antes. Supongo que ya perdí ese conocimiento.

Hablando de la comida, todos los días, tres veces al día, estofado de gemas. Las veces que pedía algo más, me decían que no tenía el derecho de hacerlo, decían que debía estar agradecido de recibir comida todos los días.
Realmente extraño a la persona que se jugaba su pellejo por mi.

- Su agua está lista. -

La voz de una de las empleadas me despertó de mis pensamientos, avisándome que era tiempo de bañarme.

Asentí con la cabeza, apoyándome con mis manos para sentarme en la camilla y esperar a que lleguen las sirvientas a retirar mi vendaje del cuerpo.

Para eso no tuve que esperar mucho tiempo. Como la rutina de siempre antes de entrar al agua, una empleada, o mejor dicho, enfermera, por su vestimenta, entró a la habitación cerrando la puerta a su paso.

- Buenos días. -

Aclaró su garganta.

- Buenos días. -

Voltee a verla lo suficiente como para que ella se diera cuenta que lo hice, después volví a bajar mi mirada, jugando con mis manos.

- Ya puedes levantarte tu solo, ¿No? -

Negué con la cabeza.

- Bien. -

Se acercó a mí y me ayudó a levantarme de la cama, poniendo delicadamente sus manos bajo mis axilas, para evitar tocar la zona de el pecho.

- ¿Te duele la cabeza verdad? -

Asentí con esta misma, hablar me dolía más que sólo asentir.

Abrió un cajón y de este sacó una bata de baño que colocó sobre su hombro, luego me tomo de la mano y el hombro para ayudarme a caminar, pues, aunque no estuviera lesionado de la pelvis hacia abajo, el dolor de cabeza era tal que con cualquier movimiento me dolía y hacia que mi vista se nublara.

Ya en el baño me ayudó a quitarme la bata de hospital que siempre llevo, levanté mis brazos para que así ella pudiera quitar las vendas que rodeaban mi torso.

- Parece que está sanando bien. Con el baño te vas a sentir más cómodo y mucho mejor. -

No le dirigí la palabra, ni siquiera una mirada. No es que no quisiera hacerlo, simplemente no sentía la energía, a pesar de estar todo el día en cama.

Ella colgó la bata en un tubo de el baño y dijo:

- ¿Necesitas ayuda para entrar a la bañera? -

- No. Puedo hacerlo solo. -

No lo hacía por pudor, desde que llegué aquí he decidido dejar eso de lado, ya que no me serviría de nada seguir teniéndolo.

My Favorite Person    ⌜Xingyun⌟Where stories live. Discover now