Capítulo 38

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Eowyn no supo que esperar cuando un soldado le dijo que su tío la esperaba en la Sala Grande. Pero lo que no se esperó, fue ser despachada con tal facilidad junto con el resto de mujeres y niños.

—Os resguardareis en las cavernas. Es el lugar más seguro— iba diciendo el anciano hombre, su tío; su rey. Sin embargo, todo lo que Eowyn oía era un nuevo recordatorio de que ella no lucharía junto a él.

—Pero tío —de nuevo, aquel reclamo sonó casi repetitivo en sus labios —, puedo luchar.

Los orbes claros de su tío, idénticos a los suyos propios, se clavaron en ella con dureza.

—No.

Y, como siempre, lo siguieron las mismas palabras: «Tu deber está con tu pueblo, Eowyn» «Debes lideradlos, protegerlos» «Si algo me sucediese a mí...». Y, como siempre, acabó por rendirse. Asintió, acató y dejó la estancia en silencio.

Una vez más, Eowyn de Rohan no formaría parte de la lucha.

—¿Y bien?

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—¿Y bien?

Blyana miró a Aragorn, que se encontraba apoyado contra la pared, y cerró la puerta de la habitación que le habían asignado.

Tras la reunión con el rey y la deliberación sobre cómo defenderían la fortaleza, tanto al montaraz como a la mercenaria les guiaron hasta las que serían sus alcobas temporales. Les dieron tiempo para cambiarse, curarse las heridas, y volver al poco tiempo junto a Théoden para organizar a la población. Blyana se había ofrecido a ayudar a Eowyn con la reunión de las mujeres y los niños, para luego guiarlos hasta las cavernas.

Por ello, se sorprendió al encontrar a Aragorn esperando en la puerta de su habitación.

—¿Y bien qué? —inquirió ella dándole la espalda y encaminándose al exterior, dispuesta a encontrar a la princesa. El hombre se colocó en dos zancadas a su lado.

—¿Qué ha sucedido con Legolas? —preguntó él. Blyana lo miró perpleja y no pudo más que abrir la boca, dispuesta a reclamarle.

—¡Por Eru, Aragorn, eres peor que mi padre!

El hombre irguió una ceja y le dedicó una sonrisa ladina.

—Pensé que tu padre era una gran persona— le picó. Ella bufó.

—Una gran persona, pero un cotilla- zanjó ella. —¿A qué se debe este repentino interés por saber qué ha sucedido con Legolas?

—Oh, por favor. Ambos lleváis desde Rivendel rondándoos el uno al otro. Y luego discutisteis, y luego dejasteis de hablaros, y luego nos caímos por un maldito acantilado, y luego hemos vuelto. ¿Crees que no vi cómo le cambió la cara cuando me vio con vida? —Aragorn la sujetó con delicadeza del brazo, deteniendo su caminar. Ella lo dejó hacer y lo observó con los labios apretados en una fina línea. —¿Crees que no vi cómo le cambió la cara al comprender que estabas viva?

Blyana {El Señor De Los Anillos ~ Legolas} // #PGP2023Where stories live. Discover now