Chris Evans | One Shots

O.S 40: "The noice in my head"

|Chris Evans|

(Recomiendo escuchar la canción
mientras leen 👆)

Unas voces agudas parlotean cerca mio pero no logro entender de qué hablan.
Se notan emocionadas, expectantes, y me recuerdan a como estaría ella.
Una leve neblina de recuerdos se abre paso por mi mente y no puedo evitar sentir una punzada en el pecho.
Las comisuras de unos labios suaves, los cuales pierden un poco el color al ser mordidos, me revelan una sonrisa que hace semanas extraño.
Quiero sentir las yemas de sus dedos recorrer el interior de mi muñeca hasta encontrar el destino correcto. Ahí, entre los míos. Encastrándose perfectamente como si hubieran sido diseñados para estar así por la eternidad.
El dulce pero leve aroma a frecias desaparece con el paso de los días y aun me puedo ver abrazando aquel pedazo de tela al lado de mi almohada que a duras penas lo conserva.
¿Cómo es que se puede extrañar tanto a alguien? ¿Cómo es que los mínimos detalles se quedan grabados en ti como si fueran un tatuaje?
Hay veces que deseo dejar de extrañarla de esta manera, que deseo... ¿olvidarla?
¿Pero cómo podría? Si ella es lo que por tantos años busqué. Lo que jamás creí que podría tener.

El pasillo hacia aquella habitación llena de desconocidos comienza a aparecer delante de mi y antes de poder arrepentirme de estar allí, me encuentro en una butaca.
Apoyando a un amigo, si.
Pasando tiempo en familia, si.
Pero viviendo un momento que se suponía que pasaría con ella.
Una sonrisa actuada se escabulle por mis labios y puedo oirla decir: "¿Qué ocurre?"
¿Cómo podía leerme de aquella manera? ¿Acaso eran los seis años juntos que la hacian una experta sobre mi? ¿Yo sabía leerla con tanto detalle? ¿Le prestaba suficiente atención? Acaso... ¿olvidé cómo amarla?
El ruido era fuerte. Las dudas, las decisiones, los miedos y los hechos estaban ahí.
Perturbando y dañando.
Recordando lo que hice y lo que no.
Recordándola.
Triste y furiosa. Desesperada pero decidida.
Libre pero atada también.

Más adelante, solo a unos pocos metros, una castaña de largo cabello se acomoda ansiosa en su lugar mientras poco a poco despierta en mi una nueva imagen que solo me hará lamentarme.
Observo la gran pantalla que se impone frente a mi pero no puedo darle la atención que merece. Solo puedo enfocarme en aquella silueta borrosa que pasea con libertad por el lugar que ella solía llamar hogar.
Murmura divertida algo sobre la cena que tuvimos con nuestros amigos, los cuales terminamos ebrios pero felices por la reunión, y lentamente noto que su imagen ya no es tan borrosa como antes.
Grabo la forma en que su ceño se frunce por no poder alcanzar un libro de la estanteria e intento no reír por el tonto intento de sus pies al ponerse de puntillas.
Presiono suavemente los costados de su cintura, disfrutando la leve sorpresa de su cuerpo al tenerme tan cerca y sin mucho esfuerzo la ayudo a alcanzar lo que quiere.
<<¿Por qué no podemos alcanzar juntos lo que queremos? ¿Por qué me alejas>>
Sacudo la cabeza. No quiero ver la desilusión brillando en ese mar café donde tantas veces nadé sin pensar. Donde tantas veces nadé sin miedo.