O.S 36: "A sexy welcome"

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|Chris Evans • +18|

El calor es infernal

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El calor es infernal. Realmente había olvidado lo que se sienten 35 grados de temperatura, pero bienvenida a Buenos Aires, ______(tn), nadie te obligó a querer pasar las fiestas en casa.

—Dios, ¿por qué no me quedé en Boston?—maldije mientras ato mi cabello en un rodete desordenado.

Tomo mi celular que está tirado sobre la cama de mi antigua habitación y veo que aún no tengo ningún mensaje de Chris.
Muerdo con nerviosismo una de mis uñas y pienso mil veces en si habrá podido tomar su vuelo.
El pronóstico en Boston estos días era un asco y nada me aseguraba que una tormenta de nieve no hubiera cancelado su vuelo.
El trabajo de Chris nos había mantenido algo alejados el último mes y nuestros planes eran poder pasar estas fiestas con mi familia porque hace tiempo no lo hacíamos, pero claramente eso no había funcionado.
Como dije, el clima en Boston era un asco y por esto es que Chris no llegó para Navidad.

—¿No sabes nada?—preguntó mi papá al detenerse en la puerta de mi habitación. Negué con la cabeza y una leve mueca cruzó por su rostro. Aquel hombre sabía cuánto me había dolido no poder estar con Chris para Navidad y claramente no deseaba que su yerno no pudiera llegar para Año Nuevo—. Si tomó ese vuelo y te escribe, avisame que voy a buscarlo al aeropuerto. Voy a ir a buscar a tu hermano a Retiro con tu mamá pero no creo que vaya a tardar demasiado, ¿si?

—Si, gracias—le sonreí con total sinceridad.

El hombre de pelo canoso se acercó a mi y depositó un cálido beso sobre la piel de mi frente antes de irse.
En cuanto él y mi mamá se fueron de la casa solo pude prender el aire de la habitación, e intentar ver algo en Netflix.
Pero no funcionaba. Para nada. Cada cinco minutos me encontraba revisando la pantalla del celular y eso no estaba ayudando en nada a mi ansiedad.
Necesitaba relajarme y dejar de pensar un minuto. Tal vez no hay buena señal en el aeropuerto y por eso no pudo avisarme que ya subió al avión, si, eso es. No voy a pasar Año Nuevo sin mi prometido... ¿o si?

El agua casi fría comenzó a recorrer cada parte de mi cuerpo y como acto reflejo ahogué un gemido al sentir como mi piel hirviendo comenzaba a bajar de temperatura.
Agaché lentamente la cabeza, sintiendo como la lluvia de la ducha caía sobre mi nuca y deposité las palmas de las manos sobre la pared que tenía en frente.
Por un momento cerré los ojos e imaginé a Chris llegando a casa, maldiciendo por haber aceptado pasar las fiestas en pleno verano infernal pero recibiendome con esos abrazos que se sienten a hogar.
Dios, no sé si era el efecto de las fiestas lo que me tenía tan suceptible pero lo extrañaba tanto al punto que me dolía el pecho de solo pensar que podría no estar con él durante Año Nuevo.

Antes de que mis dramáticos pensamientos me dieran la oportunidad de llorar bajo la ducha fría, el timbre de la casa comenzó a sonar.

—¡YA VA!—grité desde el baño mientras cerraba rápidamente la ducha—. Agh maldita sea—gruñí al escuchar que seguían tocando el timbre.

Chris Evans | One ShotsWhere stories live. Discover now