Capítulo 14

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jimin
La motosierra zumba afuera, y yo me siento en la cama, balanceando mis piernas,
por un lado. Me paso una mano por el pelo. ¿Peleará conmigo si no quiero salir de
esta maldita habitación hoy?
jungkook nos abandonó y se fue de caza otra vez ayer, y nam apenas me ha dicho tres
palabras en las últimas cuarenta y ocho horas. Diversión, diversión. Es como en los
viejos tiempos otra vez.
Sacudo la cabeza y me levanto, me pongo unos vaqueros antes de salir de la
habitación. Me voy de esta casa. Fuera de esta ciudad. En medio de la noche como
un cobarde, porque no puedo soportar la confrontación, pero me voy. Tal vez se dé
cuenta de lo fantástico que fui, una vez que ya no me tiene que presionar. Porque
ciertamente no se pondrá en la cara de jungkook
Y tal vez jungkook finalmente pronuncie una palabra cuando yo no esté aquí para
hablar por él.
No puedo pasar otro invierno con ellos. Me volveré loco.
Bajando las escaleras, voy a la cocina y voy directo a la máquina de café, viendo a
nam entrar en la tienda. Agarro una taza y luego la cafetera, viendo que está
vacía justo cuando él se detiene a rellenar la suya también.
Suspiro, mi dolor de cabeza aumenta.
-Sólo...- Empuja su taza y se aleja. -Haz otra olla-.
Levanto una ceja pero hago lo que me dijeron. ¿Cuánto tiempo lleva levantado?
Arroja una barra de pan, un poco de tocino frito, y un par de cajas de cereales en la
mesa con la leche y la mantequilla, y yo tiro el filtro de café usado, reemplazándolo
por uno limpio.
Una vez que los granos de café están cargados, lleno el contenedor de agua y
empiezo la preparación, cogiendo una Oreo del paquete que está en la encimera.
¿Qué hago hoy? Más de lo mismo, pero siempre hay cerveza. Tengo que esperar
eso, al menos ahora que perdí mi oportunidad de patrocinio de Delta Corps.
Y ahora que la casa vuelve a estar jodidamente silenciosa, porque...
Se sienta, se hace un sándwich, y yo me dejo caer frente a él, dándole un mordisco
a la galleta.
Pero al probarla, mi estómago inmediatamente se revuelve. Obligo a morder, pero
tiro el resto de la galleta sobre la mesa.
Me siento como una mierda.
-Esto es una mierda-, me quejo.
La extraño. Todos la extrañamos. Incluso jungkook, también, creo. Llegó a casa hace
veinticuatro horas con un ave acuática, la encontró perdida, y se fue de nuevo poco
después, desapareciendo en el bosque de nuevo por otro maldito día entero.
Echo de menos bajar las escaleras y ver las luces encendidas. A las chicas les gusta
lo acogedor y cálido. Me gustó el toque que le dio a la casa. Y verla fuera o en el
granero o alrededor con los pies descalzos en nuestra cocina... La casa se sentía
bien. Incluso su mal humor me divertía.
La puerta se abre y jungkook entra, arrancándose la camisa, ensangrentado por lo que
sea que esté almacenando en nuestro congelador para el invierno. Casi puedo ver
a T/N llevándose el dorso de la mano a la boca, pareciendo que estaba a punto
de vomitar cada vez que lo veía así.
Me duele un poco el corazón.
-Ve a buscarla-, le digo a nam, pero no lo miro.
jungkook llena un vaso con agua, y espero la discusión de mi padre, porque no hay
mérito en nada de lo que pienso o digo. Nunca escucha, sólo responde en el sentido
contrario de lo que yo quiero.
-Está lidiando con la muerte de sus padres-, dice, tragando su comida. -Ella es
una adulta. No puedo decirle qué hacer-.
-No es una adulta-, respondo. -Su lugar está aquí. Es tu opinión. No la de ella.-
Se sienta en su silla, dejando caer su sándwich al plato. Sé lo que está pensando.
Sueno como un maldito loco. ¿Realmente querría que la arrastrara de vuelta aquí
pataleando y gritando?
No.
Tal vez.
-El funeral fue ayer-, me dice. -Ella todavía podría volver-.
Sí, claro. Peleamos con ella como idiotas, y no tardó en decidirse a irse. ¿Por qué
volvería? No lo haría.
Me acerco y recojo el jugo, destapo el recipiente y lo llevo a mi boca.
Pero entonces una puerta se cierra de golpe arriba, y escucho un crujido de las
tablas del suelo.
Me quedo paralizado, mirando fijamente a nam.
Sus ojos se estrechan.
-¿Vino alguien a casa anoche?- me pregunta.
-No-.
Yo bajo el jugo, los dos afinamos nuestros oídos.
Tal vez jungkook tenía a alguien...
Pero antes de terminar el pensamiento, oímos pisadas en las escaleras y todos
giramos la cabeza, viendo a T/N balancearse alrededor de la barandilla, vestida
con pantalones vaqueros holgados, mi camiseta, el pelo hecho un desastre y gafas
de sol protegiéndola de la luz de la mañana mientras se abraza contra el frío del
aire.
¿Qué carajo?
-Buenos días-, dice ella a través de un bostezo.
Me levanto de mi silla, abriendo la boca mientras pasa por la mesa hacia la máquina
de café.
-¿Buenos días?- Exploto. -¿De dónde has salido?-
Ella sólo entra, como si nunca se hubiera ido. ¿Esto es un sueño?
-¿Cuándo llegaste?-, pregunta mi padre antes de que pueda responderme.
Se pone las gafas de sol en la cabeza y vuelve a bostezar. jungkook la mira fijamente
mientras ella está de pie junto a él, sirviendo una taza de café.
-Anoche-, responde ella.
-¿Cómo llegaste aquí desde el aeropuerto?-
-Uber-, le dice.
-Volviste-, le digo, todavía aturdido mientras mi corazón late.
¿Ella está realmente aquí? ¿Estuvo en su habitación todo el puto tiempo que estuve
haciendo pucheros aquí abajo?
Gira la cabeza sobre su hombro, mirándonos a los dos como si fuéramos idiotas.
Definitivamente no soportará un abrazo ahora mismo.
-¿Alguien puede mirar el cambio del tractor?- pregunta, cambiando de tema. -
Se está pegando. ¿Y la aspiradora? Es muy, muy fuerte.- Vierte un poco de crema
en su café y lo remueve. -Sólo porque construyan motocicletas no significa que
todo en esta propiedad deba ser modificado para que suene como un auto
deportivo.-
Recoge su taza y empieza a salir de la habitación.
-Me encargaré de Bernadette, alimentaré a los caballos y perros, y recogeré todos
los tomates antes de empezar a desayunar-, nos dice. -¿Le importaría a alguien
traer un montón de leña a mi habitación en algún momento del día? Hace mucho
frío por la noche-.
Ella sale de la habitación, sube las escaleras, y yo miro a nam, con la boca un
poco abierta.
-No te voy a dar de comer hasta que los establos estén hechos y Shawnee se haya
ejercitado-, grita mientras sube las escaleras. -¡Vámonos!-
Los ojos de nam se abren mucho y se levanta de su silla, metiendo el último
trozo de tocino en su boca mientras yo me río, bebiendo un enorme trago de zumo
de naranja antes de salir corriendo de la cocina. Sí, señora.
Termino de poner una manta sobre la yegua y paso mi mano por su cabeza, entre
los ojos, antes de cerrar la puerta y salir corriendo del granero.
Me da escalofríos. Mierda, hace frío. El sol se ocultó detrás de la cima hace una hora, y aunque no es del todo oscuro, echo de menos su calor. Agarro mi sudadera cubierta sobre los troncos, la pongo sobre mi cabeza, arreglando mi gorra de nuevo.
-¡T/n!- Grito, viéndola salir del invernadero y tirar de la manguera hacia un lado. -¡Vamos a emborracharnos!-
Me muestra una pequeña sonrisa, y yo inhalo, oliendo los filetes en la parrilla.
Ella sube corriendo los escalones de la casa, sus botas de lluvia cubiertas de barro seco de la última vez que las usó, y yo corro tras ella, los dos nos dirigimos a la parte de atrás de la casa.
Agarro dos cervezas del cubo, sacando el hielo y quitando las tapas. Le doy una mientras nos detenemos junto a nam.
-Hace frío-. Rebota de arriba a abajo.
Me quito la sudadera y se la doy. Ya lleva mi vieja franela azul y blanca, pero no discute. Coge el jersey azul marino, se lo pone y toma la cerveza extra que le ofrezco.
-Nunca está demasiado frío para asar-, señal nam.
Ella sonríe. -Huele bien. Me muero de hambre-.
Él carga los filetes en un plato, yo tomo el maíz asado, y T/N corre adentro para tomar la ensalada de macarrones y las papas fritas.
Dejamos todo en la mesa de picnic de la tienda, las puertas se abren y la música suena mientras el aire de la noche se vuelve más fresco. La cerveza adormece mis venas, y vacío la botella mientras me pongo detrás y cojo la botella de Patrón19 de la mesa de trabajo.
Nos sirvo a cada uno un trago, dándole uno a T/N.
-Uh, no-, dice ella, poniendo los condimentos en la mesa.
-Sí-. Asiento con la cabeza, poniéndola junto a su plato. -Nos lo estamos tomando, quieras o no-.
jungkook se acerca, toma asiento, y yo trago mi shot, soplando un aliento en la quemadura. Doy un golpe al vaso y dejo escapar un aullido cuando golpea mi estómago, saltando alrededor de la mesa, levantando a T/N y dándole la vuelta por encima de mi hombro.
-¡Porque eres nuestra todo el invierno!- Doy vueltas, escuchando su chillido.
-¡jimin!-, se queja.
Pero se ríe de todos modos. Gracias a Dios que este día está terminando mejor de lo que empezó. Puede que hubiera tenido que pelear y salir de aquí para siempre.
Tenerla cerca hará que esta casa sea soportable. Ella hace a mi padre soportable.
-Por el amor de Dios, siéntense -, ordena nam. -Coman como una familia-.
La puse de pie de nuevo, riendo y empujándola en su silla.
Tomando otra cerveza, veo como sus ojos se fijan en el tequila y ella levanta una ceja.
Vamos. Nam nunca bebe lo suficiente como para emborracharse, y jungkook podría beber mi peso en Jack, Jim y José 20 juntos y aún así no sentir nada.
Ella respira hondo y toma el vaso y lo inclina hacia atrás, tomándolo todo de un solo golpe, mientras mi padre reparte los filetes.
Y sin entrenamiento. Buena chica.
Relleno mi vaso y luego el de ella.
-Detente-. Ella extiende su mano. -No necesito vomitar.-
-Te diré algo-, le digo mientras ella nos sirve la ensalada en nuestros platos. -
Te haré una apuesta. Si limpio mi plato de toda mi comida antes que tú, tienes que tomar dos shots más.-
Ella mira el corte de carne T en su plato que es más grande que su cara.
-¿Y si limpio el mío primero?-, pregunta.
-Entonces tomaré los dos shots-.
-De todos modos ibas a tomarlos-.
Yo resoplo. Sí, es verdad.
-Te lavaré la ropa esta semana-, me ofrezco.
-Nadie más toca mi ropa interior, gracias.-
-Sí, eso está claro como el día-.
Sus ojos se agrandan, y mi padre se ríe en silencio, él y ella comparten una mirada rápida justo antes de que ella se calle.
Ella frunce los labios y me mira fijamente.
-Vale, vale-, digo, poniéndome serio. -Si limpias tu plato primero, tengo que preparar el desayuno el resto de la semana.-
Lo reflexiona un momento y luego asiente con la cabeza una vez. -Trato hecho- .
Cojo mi cuchillo y mi tenedor para carne, ya que ambos tenemos el mismo corte de
carne y la misma cucharada de ensalada de macarrones.
Sus manos permanecen en su regazo.
-¿Listo?-, pregunta.
-¿No necesitas utensilios?-
Sacude la cabeza, con una sonrisa inquietante en el rostro. -No-.
Está bien. Estás haciendo estos dos shots.
-¡Adelante!- Yo grito.
Picoteé un bocado y miré, viéndola tomar su plato y ponerlo en el suelo.
¿Eh?
Me quedo helado, viendo a Danny y a Johnny tragarse todo lo que había en su plato, uno cogiendo el filete y el otro arrancando la mitad mientras ambos escapan a una esquina para saborear su botín.
¿Qué carajo?
-¡Ese no era el trato!- Le digo, la comida casi se me cae de la boca.
-Dijiste que tenía que limpiar mi plato-.
-¡Tú!- Lo reitero. -¡Tú tenías que limpiar el plato!-
-Semántica-. Toma un trago de su cerveza, una mirada de auto-suficiencia en su cara.
-Esa era tu cena, cariño-, le advierte nam.
Se encoge de hombros. -Ahorrando calorías para el desayuno de la mañana-. Y luego me mira. -Panqueques, por favor. Con salchichas y tostadas-.
Ella se ríe, y yo gruño en voz baja.
Al menos todavía puedo darle dos shots.
Nos sentamos y comemos, T/N coge un pepinillo dulce del pequeño tazón y lo
muerde.
-La nieve llegará pronto-, nos dice nam, levantando su cerveza mientras mira a T/N. -Iremos a la ciudad un par de veces más, tal vez te consigamos algún
atuendo informal que te quede bien.-
-Ella puede usar mi mierda-. Mastico mi comida. -Tengo mucha-.
-Se está ahogando en ella-. Y luego la mira de nuevo. -Encontraremos unos vaqueros que le queden bien y que no cuesten trescientos dólares-.
-Tres-. Cientos. Dólares.- Le arqueo una ceja. -¿Qué demonios te posee?-
Frunce el ceño y abre la boca para responderme, pero luego se detiene, haciendo una pausa cuando ve que jungkook pone un nuevo plato delante de ella, que tiene la mitad de su filete ya cortado en trozos del tamaño de un bocado.
No hace contacto visual y vuelve a comer y beber como si nada hubiera pasado.
-Eh...- Busca sus palabras. -G-gracias-.
Pongo los ojos en blanco y bebo mi cerveza. Debería haber pensado en eso.
Le toma un minuto recordar dónde estábamos, pero luego me mira fijamente otra pvez. -En primer lugar-, dice, -el comprador personal me compra
la ropa... o compró mi ropa... y en segundo lugar... se ve bien-.
-No necesitas verte bien-, interviene nam. -Verse bien por aquí significa terminar casado y embarazado a los dieciocho años.-
-Tu y ellos definitivamente saben lo que es un condón y yo también.-
Yo resoplo.
-Además-, añade, -no he tenido un solo novio. Cuando haya tenido tres
entonces puedes preocuparte de que termine embarazada y casada-.
-¿Tres?- Murmuro sobre mi comida.
Duda, parece que prefiere no dar explicaciones. -Mi madre dijo que ninguna
mujer debería casarse hasta que hayan tenido al menos tres...-
Ella agita su mano como si yo supiera cómo terminar esa frase.
-¿Tres...?-, le dice nam.
-Amantes-, dice ella. -Novios, lo que sea.-
Levanto las cejas. -¿De qué demonios estás hablando?-
Deja escapar un suspiro, enderezando su columna vertebral y pareciendo
visiblemente incómoda. Finalmente, toma la salsa Heinz y la botella A.1.,
moviéndolos uno al lado del otro.
-Desea, aprende y ama-, dice, colocando los condimentos y tocando con el dedo
el kátsup. -Mi madre dijo que el primer chico - u hombre - es un enamoramiento.
Crees que los amas, pero lo que realmente amas es cómo te hacen sentir. No es amor. Es lujuria. Lujuria de atención. Deseo de peligro. Lujuria de sentirte especial-. Ella mira entre nosotros. -Estás necesitada con el número uno.
Necesitas que alguien te ame-.
Nam olvida la comida que está masticando mientras la mira tontamente.
-La segunda es aprender sobre ti misma.- Ella toca el Heinz. -Tu primer enamoramiento ha sido aplastado. Estás triste, pero sobre todo, estás enfadada. Lo suficientemente enfadada como para no dejar que vuelva a suceder-, explica. -
Para no entregarte tanto esta vez. Para no renunciar a tu poder de ser su botín a medianoche y estar ahí esperando cuando decida aparecer-.
Nos está describiendo, supongo.
-En el número dos es donde finalmente aprendes de lo que eres capaz-,
continúa, metiendo un mechón suelto de su cola de caballo detrás de su oreja. -
Empiezas a ser exigente. Te vuelves audaz, no tienes miedo de tomar algunas decisiones. Tampoco tienes miedo de ser más codiciosa en el dormitorio, porque se trata de lo que quieres y no de lo que él quiere. Número dos es para ser usado.
De cierta forma Nam se aclara la garganta, y yo me río para mí mismo mientras dejo caer mi tenedor y le doy toda mi atención. Ella dijo dormitorio.

-¿Qué jodidos te enseñó?-, nam murmura.
Pero quiero que siga adelante. -¿Y el número tres?- Pregunto, recogiendo el A.1.
-Amor-. Ella arrebata la botella. -Cuando las lecciones de tu debilidad con el número uno y tu egoísmo con el número dos se hunden, y encuentras un medio.
Cuando sepas quién eres y estés listo para acoger todo lo que él es, y ya no tengas miedo.- Pone la botella en su lugar. -Puede que aún no tengas un final feliz, pero
tendrás una relación sana y te manejarás de una manera que te enorgullezca.-
-¿Y crees que tu madre es a la que tienes que escuchar?- nam responde.
-Fue un fracaso como madre-, señala T/N. -Pero nada más. Es el único consejo que me dio, en realidad, así que me aferro a él-.
En realidad no es un consejo terrible. Estoy tan contento de no haberme casado con mi primera. O mi quinta. La gente aprende sobre sí mismo a través del sexo. Es verdad. Y a veces puede tomar mucho tiempo para convertirse en la persona que
quieres ser. Estoy feliz de que mi futura esposa no tenga que experimentar el completo idiota que yo era a los diecisiete años. Yo era mucho peor. Mucho peor.
-Bueno, suena como si ya supieras lo que necesitas saber-, le dice nam. -
¿Por qué pasar por tres hombres para conseguirlo?-
-Algunas lecciones no se pueden enseñar-, dice, tomando un bocado del filete que jungkook le dio. -Acabo de aprender. ¿No lo crees?-
Observo con diversión como él no puede responder, porque tiene razón. A veces la gente tiene que cometer sus propios errores y sentir el dolor.
Ella toma su cerveza vacía y se pone de pie. -De todos modos, no hay nada de qué preocuparse-, le asegura. -No tengo ningún interés en el drama de las relaciones, e incluso si lo tuviera, muy pronto estaremos con nieve durante meses.
El cinturón de castidad perfecto-.
Camina hacia la basura, tirando su botella vacía y metiendo la mano en la nevera para coger otra.

Nuestros ojos la siguen, apenas respirando mientras la vemos inclinarse en sus vaqueros de trescientos dólares para encontrar una nueva botella.
Me muevo en mi asiento, el repentino bulto entre mis piernas se hincha.
-Sí-, murmuro sarcásticamente mientras me llevo la botella a los labios. -
Porque aquí no hay ningún peligro en absoluto-.
Nam me echa un vistazo.
Estoy seguro de que ya sabe que va a ser un largo y jodido invierno.

El secreto en la cabaña by BTS   🔴+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora