Capítulo 8

12 0 0
                                    

T/N
Vamos de regreso a la casa, Jimin se detuvo junto a la camioneta de su
padre. Me estrellé contra él cuando la rueda trasera se levantó del suelo.
¿Qué demonios les pasa? Tan pronto como la moto aterriza de nuevo, salto y me dirijo a la casa.
Pero Jimin es rápido detrás de mí, agarrando mi muñeca nuevamente.
Me alejo bruscamente. -Suéltame.-
-¿Dónde estabas?- Nam exige, caminando hacia nosotros.
Pero sigo caminando, poniéndome la franela para cubrirme.
-Necesito darme una ducha.-
No hice nada malo.
Sin embargo, Nam no me deja pasar. Me agarra la parte superior del brazo y exige una respuesta.
-Necesito una ducha-, le digo de nuevo, girando lentamente fuera de su agarre.
Él se eleva sobre mí y yo lo miro.
-¿Qué demonios hubiera pasado si no te hubiéramos encontrado?- Jimin dice.
-¿Qué crees que habría pasado?-
-Ambos se veían muy cercanos-, señala. Luego mira a su padre. -Estaba en el lago con Tae.-
-Te dije que te mantuvieras alejada de los chicos locales-, me dice Nam.
Sacudo la cabeza, con la mochila en un puño. -Me fui de excursión-, explico en voz alta. -No lo invité. Él se presentó. ¿Ya terminamos?- Y luego miro a Jimin. -
Quiero decir, ¿Jungkook y un rifle? ¿En serio?-
Me doy vuelta, caminando hacia la casa otra vez.
-¡Dejaste el rifle en la playa!- Jimin dice. -Te quedaste desprotegida.-
-¿Qué crees que iba a hacer?- Pregunto, dando vueltas. -¿Atacarme?-
La mandíbula de Jimin se flexiona y no puedo evitarlo.
-Puede que no hubiera tenido que hacerlo-, le digo, deslizando mi mochila sobre mi hombro. -Me estaba gustando.- Avanza como si fuera a venir a por mí, pero Nam mueve su mano y lo detiene. Casi
sonrío.
Mi tío se da vuelta, su paciencia se ha ido. -Ve a darte una ducha-, me ordena.
Me doy vuelta y subo las escaleras, escuchando el ladrido enojado de Jimin detrás de mí. -¡Eres una Kim aquí!-, grita. -¡Si le das a ese imbécil un pedazo de culo, juro por Dios que me aseguraré de que no te sientes durante una semana!.-
Jimin.
Tranquilo, agradable, feliz Jimin.
Qué sorpresa. Es un gilipollas.
El caballo se arrastra sobre sus pies mientras le cepillo el pelaje de color óxido. Es meditativo, como cocinar. Los trazos largos y suaves. Mis auriculares están puestos, pero no suena música, porque olvidé encender mi lista de reproducción
cuando entré al granero hace una hora.
La cepillo con una mano y la acaricio con la otra, prestando mucha atención a la chica. Me gustan los animales.
Y Colorado en realidad fue agradable hoy. Salir al bosque. Ni siquiera fue tan malo cuando apareció Tae. Por supuesto, él era un idiota. No estaba delirando. Me jodería y presumiría y nunca volvería a hablarme a menos que quisiera más, pero ...
No lo sé.
Él bromeó conmigo y yo bromeé. No había ilusión sobre lo que quería. No tuve que jugar ni fingir.
Y una parte de mí quería que fuera así de fácil. No tener que vincularse para
conectarse.
Sí, estuve tentada.
No puedo hablar bien o decir las cosas correctas, pero tal vez puedo ser suave, dulce y feliz en la cama. Tal vez podría ser amada allí.
Mis ojos duelen por las lágrimas, pero las parpadeo mientras cepillo la melena .
Me odian, me odio y los odio.
No, me detengo y pienso que no los odio. Solo sé que fracasaré. No puedo
conectarme.
Dejando el puesto, arrojo el cepillo sobre la mesa con las otras herramientas de aseo y camino de regreso a través del taller hacia la casa. Me quito las botas de lluvia lodosas, pero me pongo mi sudadera negra mientras abro la puerta de la
cocina y entro. La tarde se está enfriando y siento la lluvia en el aire.
Escucho un silbido cuando entro. -Ese jodido gilipollas...-
Me giro para cerrar la puerta, pero echo un rápido vistazo. Jungkook está plantado sobre la mesa, con la nariz ensangrentada y su padre tratando de limpiarlo, pero le quita el trapo de la mano a su padre y se lo lleva a la nariz. Sus labios están grabados
en un gruñido.
¿Tae le hizo eso? Estaba un poco preocupado por la escopeta que
tenía Jungkook , pero sospechaba que todo era para mostrar. No había policías aquí, después de todo.
Jimin abre y cierra el refrigerador, saca una bolsa de hielo y yo camino por la cocina hacia las escaleras.
-Comienza a hacer de cenar-, me dice Nam cuando paso.
-No tengo hambre.-
-Nosotros si-, gruñe.
Me detengo y giro la cabeza, los dos se apiñaron alrededor de Jungkook, y noté la variedad de otros rasguños, suciedad y sangre en la mandíbula, el hombro y la cadera. Una punzada de culpa me golpea, pero el otro tipo probablemente se ve
peor, y no le pedí a Jungkook que hiciera esto por mí.
-Ese no es mi problema-, le respondo, mirando a mi tío. -Quieres un sirviente,
contrata una.-
Él mueve su cabeza hacia mí.
-Y como no voy a hacer lo que me dicen-, agrego, -envíame a casa.-
Yo no pertenezco aquí. Por eso estoy mejor sola. No tengo que sentir todas estas cosas todo el tiempo. Vergüenza, culpa ... Si no te expones, no te duele.
Jimin y Nam solo se quedan allí por un momento, y miro a Jungkook , incapaz de detenerme. -No me siento mal por ti ni un poco-, le digo. -Obtuviste lo que
merecías, porque me usaste como una excusa para comenzar una pelea. No estabas defendiendo mi honor.
Me mira furioso.
-Como cualquier hombre troglodita, te mueres por golpear algo. Lo disfrutaste.-
Salta de la mesa y me nivela con los ojos mientras da un par de pasos hacia adelante como si fuera a venir hacia mí.
Pero Nam avanza primero. -No nos conoces-, afirma. -No vienes aquí y faltas al respeto a mi casa.-
-He estado aquí tres días, y me han intimidado, amenazado y se han burlado de mí. Han actuado como matones -, les digo. -¿No es esto lo que querían? ¿Qué grite? ¿Pelee? ¿No es eso lo que dijiste?-
-Dije que te beneficiarías de algún tiempo aquí, ¡y tenía razón!- Nam contraataca.
-No tienes idea de cómo trabajar dentro de una unidad. Ser parte de un equipo.
Una familia.
Él avanza, y yo regreso a la sala mientras él cierra la distancia entre nosotros. -
Déjame educarte, niña-, gruñe. -Tú eres la niña. Soy el adulto Haces lo que te dicen y no hay problema. Ese sistema funciona para nosotros.- Él se eleva sobre mí. -Sólo. Haz. Lo. Que. Se. Te. Ha. Dicho!-
Me encojo por un segundo, pero luego sacudo la cabeza, murmurando:
-Eres imposible.-
-Y tú eres una malcriada.-
Dejo caer la cabeza y aprieto los ojos contra su ataque. Nunca me han gritado antes.
Nunca. Se me ocurre ese hecho y me tiemblan las manos.
Es degradante me siento como una mierda -No hay doncellas aquí-, continúa, -No hay mayordomos.-
Mi espalda golpea la pared mientras aprieto los dientes y la ira me arde en el estómago.
Él continúa: -No hay asistentes para limpiar tu puto trasero.- ¡No hay acceso fácil a tu psiquiatra para obtener las píldoras que necesitas para mitigar el dolor de lo superficial que es su vida!
-¡Ese es tu problema!- Grito, finalmente mirándolo y devolviéndole. -¡Tus problemas con nuestra familia no son mi problema!-
¿Qué me importan las criadas, los mayordomos o las píldoras? Él está trayendo su mierda personal a esto.
-¿Algo es tu problema?- él replica. ¿Te importa una mierda cualquiera que no sea tú misma? Tú no nos haces preguntas sobre nuestras vidas. Apenas comes con nosotros. No te sientas con nosotros. ¡No tienes interés en quiénes somos!
-¡Porque siempre estoy en la cocina!- Le grito, mi pecho casi rozando el suyo.
-Eres una mocosa-, exhala, hirviendo. -¡Una pequeña mocosa absorta en sí misma, presumida!-
-¡No lo soy! Sólo soy...-
Me detengo, frunciendo el ceño y mirando hacia otro lado. Maldita sea. Maldita sea
No soy una mocosa Soy...
-¿Tu eres solo qué?- Él exige. -¿Huh?-
No estoy malcriada las lágrimas me queman los ojos y me tiembla la barbilla. No me importa el lujo. O dinero. No soy hostil porque viven aquí y viven de manera diferente. No es eso. Sólo soy...
-¿Sólo qué?- grita de nuevo. Ahora callas, ¿no?-

El secreto en la cabaña by BTS   🔴+18Where stories live. Discover now