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LENA POV:

Madre mía, no me creo que haya accedido a todo esto, es una locura. 

Me mordí el labio y alcé la vista mirando todas las pantallas que tenía delante. Menudo show vamos a montar...

Hace apenas unos días anunciamos al mundo que había muerto. La verdad que ver mi foto y mi carta de suicidio en todos los medios de comunicación me puso los pelos de punta, es como estar viendo un universo paralelo, porque aunque sigo viva para el resto del mundo estoy totalmente muerta.

Nos llevó dos semanas de trabajo intenso preparar todos los detalles antes de anunciar mi muerte. En estas dos semanas Miller ha estado trabajando codo con codo con Miranda y la verdad es que la capacidad intelectual de Miri es totalmente abrumadora, tiene absolutamente todos los detalles pensados, os los explicaría, pero sé que solo ella es capaz de explicarlos adecuadamente.

Hemos incrementado además nuestro entrenamiento físico, los seis hemos estados siguiendo unas rutinas de entrenamiento muy estrictas, es verdad que me han dado total libertad a entrenar como yo quisiera pues era uno de mis requisitos del trato, tener la libertad de actuar como yo quisiera. Por lo menos este tiempo ha servido para que todos nos conozcamos mejor y sepamos trabajar adecuadamente en equipo. Miller y Miri son capaces de colaborar incluso creo que quizás se llevan bien.

–¿Por qué estás tan nerviosa?–preguntó Jack que estaba sentado a mi lado. Le miré y me mordí el labio.  

Estábamos Jack, Marsha y yo dentro de una furgoneta de incógnito con visión de todo el perímetro mostrada en pantallas que están repartidas por toda la furgoneta. Nos encargamos un par de días antes de colocar todas las cámaras para que no hubiera ningún ángulo muerto.

–¿Me veis?–escuchamos Rufus en los altavoces de la furgoneta. Miramos hacia las pantallas y lo vimos en la entrada al cementerio civil de la ciudad.

–Si, Rufus.–dijo Marsha Paulov.

Miranda, James y Rufus se encontraban repartidos en el perímetro. Los tres llevaban pinganillo así podían escucharnos y nosotros recibíamos la señal a la furgoneta y escuchábamos el sonido por los altavoces, para escucharlos a ellos. De esta forma podíamos ver a tiempo real, gracias a las pantallas y escuchar también en directo todo lo que iba a pasar. 

–Tengo la sensación que esto no va a salir bien...–dije en voz baja moviendo nerviosamente la pierna en mi asiento. Jack me miró y me agarró de la mano acariciándola; menos mal que lo tengo a él a mi lado, si no... no podría estar aquí sentada viendo todo lo que está por pasar. 

Os voy a comentar lo que va a suceder aquí; hay preparado un ataúd con un maniquí y se va a enterrar en ese cementerio bajo mi nombre, se oficiará una pequeña ceremonia en la que solo estarán personas del cuerpo de la agencia. 

Como ya he comentado, se publicaron los datos de mi entierro junto con la noticia, hoy es el día del supuesto entierro, hoy voy a ver a través de estas pantallas, en esta furgoneta, como van a enterrarme y voy a desaparecer para el mundo general. 


Mi muerte causó una conmoción social, muchos jóvenes salieron a las calles a rendirme tributo, cosa que no entiendo muy bien... pero al parecer soy una leyenda del crimen, imagino que eso lo he heredado de John Scottson.

Tras el anuncio de mi muerte y a pesar de las manifestaciones, el crimen de la ciudad se paralizó a casi cero. Actualmente no tengo datos sobre las demás organizaciones de la ciudad, ya que lo úlitmo que sé es que Miranda hizo que tuvieran que irse de la ciudad, pero imagino que habrán vuelto tras saber que ella fue detenida.

Os voy a llevar un momento a lo ocurrido hace dos semanas, cuando me encontraba con Rufus realizando el que probablemente ha sido el entrenamiento más duro al que me he sometido en toda mi vida, y no hablo a nivel físico.

Lena Jennings // La segunda parte de La CarteristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora