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JAMES POV:

Estaba sentado en la pequeña mesa que teníamos en la cocina de mi antigua casa. Me encontraba comiendo con mi madre, la miré y sonreí, ¡Qué joven y hermosa! pero eso no era nada comparado con lo cariñosa y amable que era.

Me acuerdo que comíamos tranquilamente y ella me preguntaba sobre mi día en el colegio, yo tenía apenas 10 años, con una sonrisa le explicaba el partido de fútbol al que había jugado ese día y el gol que marqué.

–Te dediqué a ti mi gol.–decía y ella solo me revolvía el pelo riéndose diciéndome lo orgullosa que estaba de ser mi madre.

Pero como siempre, todo empeoraba cuando entraba mi padre en casa, ebrio, a pesar de ser la hora de la comida, a pesar de ser plena luz del día. Y se sentaba en la mesa demandando un plato caliente de comida inmediatamente. El rostro de mi madre siempre cambiaba, la sonrisa desaparecía rápidamente y se apresuraba a conceder las demandas exigentes de mi padre.

– ¿Esta basura es lo que me pones de comer?–alzó la voz tirando el plato al suelo y rompiéndolo en mil pedazo. Mi madre tensa solo recogía los restos del suelo y pedía una y otra vez perdón.

–Mamá se ha tirado mucho tiempo cocinando eso.–me acuerdo que esas fueron mis palabras.

Mi padre me miró y se levantó tambaleándose de su silla.

– Me importa tres cojones y medio, mocoso hijo de puta.–dijo él apestando a alcohol y abriendo la mano preparando una bofetada para mí, pero mi madre se puso enfrente de mí y la recibió ella.

–El niño no, por favor.–suplicó con los ojos llorosos. Luego se dio la vuelta y me dijo–Vete a tu habitación por favor James.

Quería evitarme ver como mi padre en aquel momento la iba a apalear y probablemente abusar sexualmente de ella.

Abrí los ojos, tenía la respiración acelerada y estaba sudando , estaba tumbado en la cama de mi habitación. Cogí de mi mesa de noche el reloj y miré la hora, las seis de la mañana, hasta las seis y media no va a sonar la alarma.

Me di la vuelta en la cama y me tapé con las sábanas haciéndome un ovillo. He vuelto a tener una horrenda pesadilla.

Respiré hondo, todo se encontraba a oscuras y en el más profundo silencio. Cerré los ojos e intenté calmarme para quitar ese horrible sueño de mi cabeza.

–Piensa en otra cosa James.–me dije en voz baja a mí mismo.

Mi mente se fue a la Carterista y nuestra discusión sobre las tobilleras localizadoras, y luego recordé su tacto, su dedo frío en mi labio y cómo tras recibir esa pequeña muestra de afecto me calmé.

Ella sin duda es una persona especial, entiendo que estuviera al frente de una organización, es una persona con el suficiente carisma y poder de reclamo para hacerse cargo y ser seguida por un montón de gente. Lena levanta en mí mucha curiosidad, porque ella resalta en todo aquello que a mí me falta. Resalta en tranquilidad y control de sus emociones, en adelantarse al siguiente paso.

Sé que no tuvo una buena infancia, abandonó su familia y se fue a vivir en las calles hasta que Mustang la encontró, hizo de mentor y le dio una nueva vida. Aunque sé que Lena es fuerte, me da pena, mucha pena saber que la persona que ella admiraba y quería la dejó totalmente abandonada. Sé que esta operación va a ser muy dura para ella, por mucho que diga que "odia" a Mustang, todos sabemos que eso no es del todo cierto, pero ya se ha comprometido.

Me levanté de la cama y abrí las cortinas, seguía oscuro, aunque se veía como por el fondo los primeros pequeños rayos de sol iban saliendo, estaba amaneciendo. Abrí las ventanas y salí al balcón mirando el paisaje, el pequeño jardín en la parte trasera de la casa. Hacía frío mucho frío. Metí la mano en el bolsillo del pantalón de chandal gris que tenía y saqué el dispositivo con el que los controlo a todos. Una foto con la cara de cada uno apareció en la pantalla, presioné la foto de la Carterista y el dispositivo comenzó a enseñarme sus parámetros, se encontraba a dos metros de distancia de mí, y sus pulsaciones eran bajas así como su tensión arterial, eso me indicaba como Lena estaba durmiendo en la habitación de al lado. Luego volví hacia atrás y seleccioné el mapa y las tres fotos aparecieron muy juntas dentro del mapa, los tres estaban dentro de esta casa. Controlarlos de esta forma es muy sencilla.

Lena Jennings // La segunda parte de La CarteristaWhere stories live. Discover now