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🔞AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tiene contenido sensible y explícito (lenguaje mal sonante, agresiones sexuales y violencia) por favor leélo bajo tu resposabilidad, si crees que alguno de estos temas puede afectarte deja de leer a partir de la narración de James Miller (seguirás entendiendo la historia aunque te saltes esa parte); esto solo es ficción pero quiero que mis lectoras se sientan tranquilas y en un lugar seguro al disfrutar de mis historias.

LENA POV:

Abrí los ojos lentamente. Me encuentro muy mareada y siento como si mi cuerpo no tuviera energía. Me encontraba tumbada en el sofá de nuestra base, con la cabeza en el regazo de Jack que me acariciaba el pelo. Me sonrió al ver que abría los ojos.

–Ya despierta.–dijo.

La cara de Miranda apareció delante de mí.

–¿Cómo te encuentras? Madre mía te lo creíste todo, pensé que serías más inteligente Lena, claramente me equivocaba.–me decía ruidosamente, me está aturdiendo su tono de voz. – ¿Qué se siente cuando la tobillera se activa?

Parpadeé varias veces. ¿De qué está hablando? ¿Qué es lo que ha pasado?

Recuerdos de lo que acaba de pasar empezaron a inundarme la mente. Miller en el suelo moribundo y sangrando, Mustang corriendo de mí, y luego dándome la espalda, yo queriendo que diera la cara, yo disparando al techo y ¿Un momento? Era un impostor y Miller estaba vivo.

Me levanté bruscamente del sofá y me tambaleé, el sedante aún seguía en mi organismo haciéndolo pesado.

–Cuidado, no intentes moverte mucho ahora.– Miller me cogió por los hombros para sujetarme de caer al suelo.

Estaba recién duchado porque tenía el pelo mojado y llevaba una camiseta de manga corta puesta. Abrí los ojos como platos y llevé mi mano a su abdomen, dándome cuenta que no estaba herido. Miller sigue vivo.

–Lena, ¿aún no has sido capaz de darte cuenta? Todo fue una broma de muy mal gusto por parte de la Agencia Nacional de Seguridad para probar nuestra fidelidad, Miller lo fingió todo.–dijo Miranda.

–No seas tan brusca Miri, la prueba de La Carterista ha sido mucho más dura y traumática que la nuestra–dijo Jack. Yo miraba fijamente a Miller mientras él me cogía de los hombros y mi cuerpo estaba todavía medio dormido.

¿Ha sido todo una prueba? James Miller ha actuado todo. James está vivo, está bien, lo tengo delante de mí.

–Lo siento muchísimo Lena, me obligaron a hacerlo para poder tener la orden del juez y poder fingir tu muerte y con ello comenzar con el plan...–empezó a decirme Miller, con unos ojos repletos de arrepentimiento.–Sé lo mal que te lo hice pasar...–lo interrumpí y saqué toda la fuerza que tenía de mi cuerpo aún dormido y comencé a pegarle puñetazos débiles en su torso fuerte.

– ¡Miller pensé que estabas mueriéndote!¡Pensé que te perdíamos! ¿Cómo has podido hacerme esto?–empecé a decir con rabia mientras le golpeaba una y otra vez revolviéndome. Jack intentó sujetarme pero Miller le rogó que no me tocara y que yo pegara lo que hiciera falta.– James, ¡JODER! –rompí a llorar mientras le pegaba, en mi mente seguía viendo la imagen de él en el suelo blanco y el charco de sangre.– Pensé que confiabas en mí, ¿Cómo me has podido dañar así? ¿Cómo puedes hacerme esto? No puedo perder a más gente, no puedo perderte–volví a repetir mientras le pegaba y lloraba.

Quería pegarle fuerte de la rabia pero mi cuerpo no me dejaba ya que no me quedaban fuerzas. Además me ahogaba en mis propias lágrimas y mi cuerpo comenzó a temblar porque no podía seguir conteniendo todas estas emociones. Estaba asustada y rabiosa. Me encuentro mal, muy disgustada.

Lena Jennings // La segunda parte de La CarteristaWhere stories live. Discover now