Capítulo 26

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-En lo que ibas, Camilo.

¿Ahora qué hago?, mi familia no sabe del campo de flores al que escapaba cuando sentía estrés. Tampoco que aún voy pero ahora principalmente a encontrarme con mi novia, basta, me encanta pensarlo. El punto es, mi novia, de la que no saben nada y no puedo decirlo aún sin saber la opinión de ____.

Piensa, Camilo, piensa. El tiempo pasa y a tu madre le está dando más rabia. Hasta mi padre me miraba con seriedad.

A ver, puedo decir que... miércoles no tengo ni idea, mi creatividad sirve para crear una historia pero no para salvarme de un regaño, gracias cabeza.

Me estoy desesperando, no sé qué decir. No me queda más que decir que estuve en casa de ____ con la madre de ella. Vaya que esta mentira me saldrá caro, pero tengo mis razones. Supongo que mañana les diré que estoy en una relación con ____, espero la opinión de mi señorita antes de decirles.

Mañana será un día realmente pesado. Solté un suspiro y me dispuse a hablar.

-Mamá, emm... yo entiendo que te preocuparas por tu angelito- mi hermana rodó los ojos incrédula, pero mentiras no estaba diciendo- pero no es nada, de hecho me quedé en la casa _____, incluso su madre estaba allí.

-Oh, entiendo- Dolores frunció el ceño y me miró de manera sospechosa, su mirada me estaba matando, si ella quiere, suelta la verdad y ya-entonces supongo que cenaste allá, si quieres puedes pasar a tu cuarto, debes tener el estómago lleno.

Asentí, maldita sea, estaba muriendo de hambre, no como desde el almuerzo. Eso me pasa por mentir, tras de todo metí a la suegris en esto. Eso suena muy gracioso, sería interesante decírselo.

Esperé a que todos se durmieran, menos mal mi madre me mandó al cuarto, así no tener que dirigir la palabra con alguien y que lamentablemente se me salieran palabras que aún no debía decir.

Es que... aún no me creo que ____ sea mi novia, es que, es simplemente increíble. Pensarlo hace que una energía recorra mi cuerpo.

Llegué a la cocina y encendí la luz.

Vi a Dolores allí parada mirándome fijamente. Sentí que mi corazón se paró. Maldita loca.

-Maldita loca- susurré ya que todos estaban dormidos, y claramente dije exactamente lo que pensé.

-Camilo, Camilo, Camilo- ella avanzó hacia mi, susurraba también- así que con hambre... yo creí que quedaste muy lleno donde tu suegra.

-¡Dolores, cállate!- dije susurrando un poco más fuerte, le tapé la boca porque empezaba a alzar el tono de voz, y tras de todo dice "suegra". Miércoles, me mordió- ¡Agh! ¿Qué es lo que quieres?

-Hermanito, me entristece realmente que no me hayas dicho lo que ibas a hacer.

Ella se recostó en el borde del mesón de la cocina.

-Dolores.. ni yo tenía idea que haría eso. Y esa es la verdad, sentí simplemente un impulso por hacerlo, simplemente lo solté- Ni siquiera yo esperaba que pasara esto, realmente creía que iba a ser algo planeado pero no, solo se dio así. Claro que no me quejo- Pero, creí que tú ya sabías eso.

~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora