Capítulo 17

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Vaya que el chico sabía fingir, esperaba la reacción de la chica ante la propuesta de su abuela.

-Se me ocurrió la idea de que te apoyara, así puedes tener gran ayuda de un conocido tuyo- la abuela del chico estaba fingiendo con él a la perfección- claro que toca saber si mi nieto está interesado. Si no pues buscaremos a alguien más.

-Muchas gracias por todo, señora Alma- la mujer se levantó para retirarse pero la chica se paró para abrazarla, la anciana sonrió, correspondió el abrazo y se retiró.

____ se sentó nuevamente en frente de Camilo, volteó a mirar a este. Él ponía cara de orgullo, como si quisiera que le rogaran, de hecho eso pensaba este. 

-Ricitos- la chica se puso a observar a Camilo, pero este no le respondía- ¿será que el gran chico de bellos rizos podría trabajar conmigo?

-Pídelo de rodillas y lo pienso- Camilo con un leve sonrojo pero con una cara completamente seria, estaba viendo qué estaba dispuesta a hacer ____. Obviamente este había aceptado, fue él quien pidió a su abuela trabajar con ____.

-Ni loca- se paró- creo que tendré que decirle a la señora Alma que me consiga a un nuevo compañero.

Pensar que ____, aunque mantenía la calma, ella se había emocionado realmente al pensar en trabajar con él, le hacía ilusión pensar en ello. La chica estaba decidida a irse, sin embargo, el chico la tomó de la mano. Él para nada dejaría escapar aquella oportunidad. La chica volteó sonriendo para escucharlo, aún estaban con la mano agarrada.

-Seamos socios entonces- dijo sonriéndole a la chica- ambos sabemos que no conseguirás a nadie mejor que este chico.

Camilo dijo aquello y le guiñó un ojo, la chica solo sonreía incrédula de sus palabras. 

-Me parece bien, entonces nos vemos mañana para ir a ver el lugar- se soltó de Camilo y revolvió su cabello, ya era algo que ella solía hacer. Ella ya había cruzado la puerta, sin embargo se devolvió para decir unas últimas palabras- Por cierto, me alegra poder seguir viéndote seguido, pequeño Madrigal.

Narra Camilo

-Me parece bien, entonces nos vemos mañana para ir a ver el lugar- soltó mi mano y revolvió mi cabello. Amaba que hiciera eso, era como su pequeña muestra de cariño hacia mi- Por cierto, me alegra poder seguir viéndote seguido, pequeño Madrigal.

Se marchó sin esperar mi respuesta.

A mí también me alegraba totalmente poder estar viéndola aún. Pensaba que cuando acabara lo de la fiesta ya casi ni nos íbamos a ver, lo que nos alejaría por completo, y podría congelar la amistad que he venido construyendo con ella. Mi pecho resonaba fuertemente, o al menos eso sentía, cuando dijo aquellas palabras.

Salí un rato después de que ____ se fuera. Me fui a sentar en la fuente del pueblo, sentía ganas de distraerme. Unos minutos después de haber estado sentado allí, percibí como alguien se sentó a mi lado, para mi sorpresa, era María.

Ella me dio una sonrisa. No esperaba para nada que ella se me acercara.

-¿Por qué tan desanimado?- me dijo lo más de tranquila, como si ya hubiera superado lo de aquel día, realmente me puso feliz que se acercara a mi.

-Para nada, me siento tranquilo, esta fuente evoca tranquilidad.

-Eso es cierto.

Nos mantuvimos unos minutos en silencio.

~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}Where stories live. Discover now