Capítulo 11

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Narra María

Quedaba un día para la fiesta del pueblo, de alguna forma esperaba ansiosamente que ese día llegara. Solo pensaba en pasar esa noche con él, con Camilo. Aquel chico que había iniciado a gustarme desde hace 3 años y que luego me enamoré de él.

Supongo que era su personalidad lo que me atraía, lo divertido que era. Sin embargo, estaba pasando algo en los últimos tres meses. Nos estábamos alejando cada vez más, o por lo menos ya no estaba tanto conmigo como antes.

Esperaba pasar el día con él hoy, así que me dirigí a su casa.

No esperaba verlo con ella, con aquella chica que lo estaba apartando de mí. Entiendo que Camilo puede hacer otros amigos además de mi, pero... ver esa mirada deslumbrante en su cara mientras miraba a la chica y yo solo los miraba a ambos a lo lejos, se sentía como una punzada en mi pecho. Tenía la costumbre de que esa mirada fuera solo mía, pero mientras pasaba más tiempo con ella, se intensificaba más aquel brillo en sus ojos. Podía ver felicidad en su mirada, felicidad que no demostraba al estar con nuestros amigos. Dolía realmente.

-¡Hola Camilo!- dije abrazándolo por la espalda, tratando de mostrar mi presencia. Los celos de alguna forma me hacían estar más con Camilo y podría decir que no me quejo.

Inmediatamente retiró la vista de ____ y ahí estaba él, mirándome con sus hermosos ojos.

-¡Hola Mari!- dijo y me dio un corto abrazo, que con toda el alma hubiera deseado que durara más.

-Hola María- dijo la chica, ella nunca ha sido grosera conmigo, debo admitir de que a pesar de que sabe que entre Camilo y yo hay cierta tensión, ella nunca se ha interpuesto entre nosotros, siempre que me acerco a Cam ella saluda y se retira, supongo que para dejarnos a solas. Creo que no hay nada de malo en marcar territorio cuando se conoce a alguien nuevo. 

Esta vez como las anteriores, la chica se iba a retirar- Espera, despídete bien señorita ____- dijo aquel chico y la tomó del brazo para luego envolverla en sus brazos. Pude notar como ella le susurraba algo y se marchaba. Aquel sonrojo en la cara de ambos chicos era destacable. Esto dolía, como odio sentirme así.

-No sabía que ya se abrazaran- ahí mis celos tomaron el control y las palabras salían solas.

-Olvídalo, no te preocupes por eso- dio una pausa larga y se puso a mi lado- entonces ¿nos vamos Mar?- dijo mientras extendía su brazo para que yo lo tomara.

-A veces olvido que me llamas Mar- dije mientras ponía mi mano en su brazo para salir un rato por el pueblo, como solemos hacer.

Llegamos a sentarnos en la fuente del pueblo y nos pusimos a conversar, pasó un largo rato.

-Por cierto, ya que mañana es la fiesta...- di una pausa, no me estaba prestando atención, estaba mirando a la nada, estaba inmerso en sus pensamientos- ¡María llamando a Madrigal a la tierra!

Puso su mirada de vuelta en la mía.

-Lo siento, me distraje un poco.

-¿Qué te tenía tan inmerso en tu cabeza?- dije con un tono coqueto y me acerqué a él, quedando a pocos centímetros de longitud, evitar mirar sus labios me era imposible, pude notar como el chico se puso rojo, no sabía si era porque me acerqué o por lo que acababa de decir.

-Bueno, como sea- se alejó inmediatamente, sentí en ese momento que lo puse nervioso.

Narradora

~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}Where stories live. Discover now