Capítulo 23

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Narra T/n

El tiempo pasaba, los días pasaban, cada día podía conocer aún más a Camilo, a mi pequeño Madrigal, que realmente desearía que pudiera decírselo así en una frase, decir el "mi". 

Ha pasado ya un largo rato desde que nos conocimos y realmente ver cómo de alguna forma deposita un apoyo incondicional en mí con tan solo su presencia es algo que aprecio con toda mi alma. Desearía poder expresárselo realmente, desearía que... no lo sé, poder estar con él con otro tipo de cercanía, es como si la amistad no me bastara y eso me estaba torturando internamente.

Creo que él entró a mi corazón por su actuar, me animaba incluso en los días de tristeza como lo eran en parte, fechas que recordaba por mi padre. Camilo de alguna forma estaba allí y se preocupaba al verme triste, eso me hacía palpitar el pecho realmente fuerte.

Vaya que pensamientos de ese estilo los evitaba, me era difícil tener concreto lo que quiero y pensar cosas que tal vez solo no están sucediendo. No puedo evitar no pensar en la mejor amiga del chico en este caso, es como si me pudiera pasar lo mismo; yo podía jurar que Camilo y María podían llegar a quedar juntos, tenían una especie de intención de avanzar en la relación, sin embargo, de un momento a otro solo fue un rechazo recibido por la chica.

Realmente deseaba poder sentir la calidez de los brazos del chico, más seguido en mí. Soy feliz con la presencia del chico, soy feliz viendo cómo él se expresa tan alegremente, soy feliz viendo sus rizos, soy feliz viendo sus ojos resplandecientes y sobre todo soy feliz viendo como él decide avanzar en crear lo que es la esencia de "Camilo Madrigal", ver cómo a pesar de tener un don el ya decide hacer todo por su apariencia misma. Sin sentirse opacado por demás apariencias.

Narradora

Era una noche cualquiera, simplemente ____ se había dedicado a pensar en lo que había pasado con aquel chico, en los recuerdos, en cómo ella llegó al punto de sentir tantas cosas por el chico de bellos rizos, en cómo la relación entre estos dos avanzó demasiado, porque realmente lo había hecho. 

Por otro lado tenemos a Camilo, quién se dedica ahora mismo tarde en la madrugada a escribir. Algo que el chico notó hace unos cuantos días fue que realmente escribir le permitía expresarse de mejor manera, eso le gustaba. El chico de 15 años se encontraba escribiendo una historia de un personaje que podríamos decir que lo ayudaba a desahogarse de sus problemas, a través de este.

Pasaban los días.

Narra Camilo

Ya llevaba varios días terminando de escribir la historia, sentía una necesidad de mostrársela a ____, después de todo ella me permitía o por lo menos sentía la confianza de expresarle lo que me gusta hacer y lo que hago. La cité en el campo de flores, podría decir en nuestro lugar, el sábado en la tarde para ser exactos. Le mostraría mi historia.

Ya era sábado, llegué allí. ____ había llegado antes, no esperaba que fuera así. Me senté justo en frente de ella, le di un rápido abrazo. Me acerqué a su rostro para quitarle una pestaña, pude ver cómo sus mejillas se tornaron rosadas al estar tan cerca, podía asegurar que las mías debían estar así, podía sentir el ardor en ellas, en todo mi rostro de hecho. Vaya que no pude evitar mirar sus labios, realmente venía haciéndolo desde hace un largo rato, como me mataba internamente no haber confesado mis sentimientos hace un largo rato y poder unir mis labios a los de ella.

Camilo despeja tu mente, maldita sea.

-Bella dama, se preguntará por qué la cité aquí.

-Pequeño camaleón, claro que lo hago, espero por tu explicación.

-Me vuelves a decir a sí y me derrito- desde hace un rato llevo jugando de esta manera con ella, pero es que ser directo es realmente difícil.

-Espero que a mis pies- ella cada vez que juego de tal manera, siempre me sigue el juego.

-Bueno, quiero mostrarte un proyecto en el que he trabajado hace un largo rato- le dije finalmente, con un tono serio y saqué de una mochila negra que traía, la historia escrita- léela, quiero saber tu opinión.

-Pequeño Madrigal, no sabía que escribías- tomó de mi mano las hojas de la historia, ella se recostó boca arriba y estiraba sus brazos para leer atentamente mi historia. Pude ver como hacía expresiones distintas, ya fuera de asombro, de confusión y finalmente de alegría.

Mi historia trataba de un chico que de alguna forma se tornaba invisible con el tiempo. Dependía de cómo las personas actuaran con este. En su entorno familiar, de alguna forma siempre lo comparaban con sus hermanos, aquello hacía que lentamente este se tornara invisible, el que ignoraran su ser por completo. Un día desapareció totalmente, no le quedaba más que vagar por el pueblo viendo la vida de otros, él se podía ver a sí mismo pero nadie más lo veía, excepto por una chica, que lo podía ver a la perfección, podía ver la esencia del chico invisible. Poco a poco la chica lo ayudó a ignorar la opinión de otros, a ser él mismo, finalmente el chico recuperó su visibilidad ante todos.

Eso era mi historia de manera resumida, con más detalles pero lo explicaría así. 

Narradora

-Camilo, tu manera de escribir es preciosa, el relato es maravilloso y la imaginación que tienes para crear una historia así es simplemente sorprendente- la chica le pasó nuevamente la historia en las manos al cambia formas- aquella historia me pareció muy linda, me mantuvo hasta el final y por lo general no hay muchas historias que hagan eso en mí, no lo digo por ser tu amiga, de veras que escribes muy bien.

El chico tenía latiendo su pecho realmente fuerte. Estaba totalmente rojo.

-Seño- ____, no sabes cuan feliz me hacen tus palabras, realmente escribir esto me hizo feliz- el chico solo le dio una gran sonrisa.

Camilo puso la historia a un lado y se recostó junto a ____ mirando hacia arriba, poco a poco ambos cayeron en un profundo sueño, estaban realmente juntos. 

____ despertó antes que Camilo, ella solo se dedicaba a mirar su rostro, vaya que de alguna forma se sentía orgullosa de él. Pensar que el chico por sí mismo creó una preciosa historia, una historia llena de sentimientos, que ____ sentía que la historia se le asemejaba a algo pero no sabía a qué. El punto era que ella estaba feliz con ver a Camilo encontrar cada vez más cosas de su agrado, ver que las disfrutaba y las compartía con ella.

El chico abrió los ojos.

-¿Estabas contemplando mi rostro angelical?- dijo mientras se sentaba poco a poco.

-Lo que tú digas, ricitos- de hecho eso estaba haciendo, pero la chica de nervios no lo diría así nada más.

Ella también se sentó, ambos vieron la hora y realmente habían dormido por un largo tiempo, se dedicaron a recoger sus cosas, el bolso pequeño de ____ y la mochila de Camilo. Él estaba completamente feliz, tomó su historia que estaba a un lado de él mientras dormía y la guardó en su mochila, empezaba a cerrar esta para luego ponerla en su hombro.

-____ estoy enamorado de ti.

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Y hasta aquí el capítulo, vaya... que digo, emm... vamos con el próximo. 

Debo dejar de terminar los capítulos así, espero haya sido de tu gusto completamente.



~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora