~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}

Capítulo 4

Me dejó pensando... ¿era hora de subir de nivel con María?, llevamos mucho tiempo como amigos y hasta creo que me atrae, ¿valdrá la pena intentarlo?

Daré como límite de tiempo para analizar mi relación con María hasta el día de la fiesta del pueblo.

Narra T/n

Este es mi primer día en que iré a la casa de los Madrigal a aprender a cocinar como la señora Julieta. Agradezco que ella se hubiera ofrecido a darme trabajo.

Mientras iba llegando a ver en el camino la casa, en la entrada vi a la Señora Pepa caminando de un lado a otro repetidas veces con una enorme nube oscura que emitía relámpagos. Me apresuré para saber en qué podía ayudarla.

-Buenos días Sra. Pepa, ¿está usted bien?- que pregunta tan estúpida, de igual manera lo dije.

-Buenos días ____, no encuentro a mi esposo Félix y se suponía que teníamos que ir a una reunión con personas del pueblo, pero lleva 30 minutos de tardanza y ya lo busqué por toda la casa y-

La tomé de los hombros.

-Sra. Pepa, inhale- ella lo hizo- ahora exhale- también lo hizo- despeja tu mente lo más que puedas, disculpe entrar así a su casa pero vamos a la cocina.

Entramos mientras yo tenía mi brazo alrededor de ella, tratando de calmarla, diciendo repetidas veces lo de la respiración para que se relajara, me mojé un poco debido a la nube pero era mejor calmarla para que no hubiera un mal día.

Funcionó realmente, solo necesitaba a alguien que le despejara la mente. 

Llegamos a la cocina.

-Hola Sra. Julieta, hola Maribel- estaban allí ambas.

-¡¡____!! ¿¡Qué te pasó!?- Preguntó la señora Julieta y Mirabel miraba sorprendida.

-Digamos que me di un chapuzón, por cierto, ¿han visto al señor Félix?- dije y empezaba nuevamente a formarse una nube grisácea en la cabeza de la señora Pepa- Tranquila Sra. Pepa, no se moleste, recuerde tranquilizarse. 

Ella empezaba a calmarse pero algo lo arruinó.

-Hola ma, llegamos con mi padre y- La mujer de cabello rojo le lanzó una mirada fulminante a Camilo y a su esposo Félix, el cambia formas sabía que debía parar de hablar.

-¡¡FÉLIX!!- dijo la mujer. El cielo se puso oscuro y la nube en su cabeza comenzaba a relampaguear nuevamente- ¡¡Llevo casi una hora esperándote!!  

-Señora Pepa...- intentaba calmarla nuevamente.

-¿Qué haces aquí?- notando mk presencia dijo el cambia formas distrayéndome de la conversación con su madre.

-Por ahora intentaba calmar a tu madre- la miré mientras regañaba al señor Félix y este solo rascaba su nuca, sabía que se había equivocado, solo asumía el regaño- al parecer un intento fallido.

-Esto ya es muy normal para mí, y... sabes que estás empapada ¿no?- dijo alzando la comisura de sus labios.

-No, ¡¿ENSERIO?!- dije dándole una sonrisa sarcástica.

Él esta vez sonrió, sus dientes eran resplandecientes, una muy linda sonrisa tiene este chico.

-Tía Julieta, ¿me permite llevarme a esta bella señorita para mostrarle la casa?- mis mejillas ardieron tras sus palabras.

La señora asintió

-¿Qué- dije pero este jaló mi brazo y me llevó a la entrada rápidamente- ¿Sabes que necesito trabajar?