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jaemin estaba sentado en su cama con sus mejillas empapadas en lágrimas mientras frente a él estaba parada su madre gritándole cosas horribles y su hermana también estaba ahí mirándolo de la peor forma posible haciendo que se odiara como nunca antes lo había hecho, sin embargo, no contaba con que por primera vez no estaba solo y no tendría que aguantarse los maltratos de su progenitora otra vez.

— ¿qué está pasando aquí? — la voz de la mujer extranjera resonó callando a la señora na, ella probablemente era más de quince años mayor que li mei pero la seguridad de la joven china no le permitía el sentirse menos que la mayor. — por favor señora, su hijo ya tiene más de veinte años, se mantiene a sí mismo sin pedirle un solo centavo a usted ¿y aún así viene aquí a amargarle más la vida? no mereces ser llamada madre si vas a juzgar a tu hijo solo por un simple preferencia y tu, niña, ¿en serio?..he criado a mi niño sola desde los diecisiete años y en ningún momento se me ha pasado por la cabeza el tratarle como basura solo por no querer mezclarse con chicas..créame que si existen mas mujeres como usted entonces hasta yo preferiría volver a ser heterosexual. ya calle esa boca sucia y fíjese en sus defectos antes de mirar los de su propio hijo, ustedes dos dan asco..

mientras la joven madre defendía a jaemin a capa y espada, renjun se encargaba de sacarlo del departamento parándose frente a él en el pasillo para abrazarlo escuchando como lloraba en su hombro pidiéndole que no lo soltara mientras lo rodeaba con sus brazos apretando su delgada cintura. con cuidado renjun lo llevó hacia el ascensor para subir hasta su departamento mientras acariciaba su espalda lentamente escuchando sus suaves sollozos hasta que estuvieron sentados en la cama del chino, abrazándose el uno al otro con fuerza pretendiendo estar así hasta cuando jaemin lo necesitara.

el coreano se calmó en un rato más, renjun le preparó un poco de té y se mantuvieron en silencio ya que no sabían muy bien cómo tocar ese terreno peligroso, fue cuando li mei entró que por fin hubo ruido en el departamento, ella se veía demasiado frustrada y su ceño fruncido era muy notorio. la mujer se apresuró a acercarse a jaemin para darle un fuerte abrazo también, repitiéndole una y otra vez que ella estaba ahí para apoyarlo y que no necesitaba a esa gente tan tóxica en su vida.

—¿quien necesita a toda esa gente idiota? que sean tu familia de sangre no significa que a la fuerza tengas que amarlos, ¿qué clase de madre se comporta así? —li mei seguía quejándose incluso cuando estaban cenando pizza en la sala del departamento de renjun, era su cena de despedida antes de que tuviera que regresar a china.

—mamá tiene razón, con nosotros ya tienes una familia que nunca te va a dejar solo ni va a juzgarte por nada en el mundo. — sonrió renjun dándole una gran mordida a su trozo de pizza después.

jaemin sonreía ante ese tipo de palabras, se sentía a salvo con su chico y la mujer, quería sentirse así todo el tiempo que se pudiera porque nunca antes había experimentado esa calma emocional. amaba ver y escuchar a renjun sentado en su regazo riendo a carcajadas de las bromas que constantemente hacia li mei, amaba que todo el tiempo el chino se preocupaba por el llegando a preguntarle miles de veces si se sentía bien solo para asegurarse de que no volvería a llorar o a sentirse mal en esa noche.

se sentía en casa..

WINTER THINGS. |RenMin|Where stories live. Discover now