18.

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jaemin estaba tratando de escapar de la fiesta de sus amigos, no la estaba pasando tan mal pero de todas formas no le gustaba estar entre tanta gente que no conocía o que no soportaba. además, ya eran las once y media de noche, no había vuelto a hablar con renjun pero por alguna razón sentía que tenía que verlo antes de que se acabara el día de la navidad, algo en su pecho lo golpeaba gritándole que tenía que irse pronto. cuando por fin pudo huir del grupo de sus amigos corrió por las frías calles hasta el edificio mirando la hora en su celular al estar en el ascensor, cinco minutos para las doce de la noche, cinco minutos para que se acabara la navidad.

apenas el ascensor llegó al piso del departamento de renjun se apresuró a la puerta notando que no estaba del todo cerrada y podía escuchar a la madre del rubio hablando al parecer caminando por el largo de la sala del departamento hasta llegar a la mesita de centro dejando algo sobre esa misma haciendo algo de ruido contra el vidrio.

—seguro ya no llegará, mejor hay que cantar antes de que se haga tarde y haya acabado tu día. —sonrió la mujer y prendió las velitas del pastel que había preparado en la tarde con ayuda de su hijo, la crema del pastel estaba decorada con dibujitos y dulces, cada pequeño detalle en ese pastel cargaba demasiado amor que no podía expresarse con palabras. —estoy muy feliz de estar aquí contigo hoy, eres lo más hermoso que ha pasado en mi vida y te amo más que a nadie en este mundo. te prometo que nunca te voy a dejar solo.

y ahí jaemin se quedó congelado, pues la mujer empezó a cantar el feliz cumpleaños para su hijo permitiendo que el coreano entendiera porqué esa fecha era tan importante para huang renjun. dió un par de pasos dentro del departamento alcanzando a ver a ambos extranjeros de espaldas a él arrodillados frente a la mesita cantando frente al pastel hasta que renjun sopló las velas mientras derramaba lágrimas que corrían los dibujos de moomin que su amorosa madre había hecho en sus mejillas con pinturas faciales que había comprado en el centro comercial para jugar con su pequeño como lo hacía cuando era muy pequeño.

—renjun..—susurró jaemin volviendo a mirar la hora en su celular, las dice de la noche con un minuto.

el chino se dió la vuelta rápidamente intentando sonreír pero en su lugar empezó a soltar lágrimas inconscientemente, a él en ese momento no importaba para nada que haya llegado tarde, de pronto estaba feliz porque el estaba ahí y su cuerpo se calmó cuando los brazos del coreano lo abrazaron recargándolo en su hombro bajo la atenta mirada de la mujer que suspiró despacio. por primera vez veía a su hijo tranquilo ante el tacto de alguien más, dejó a ambos jóvenes solos levantándose para ir a la cocina tomando tres platitos, tres tenedores y un cuchillo para partir el pastel separándolo en los tres pequeños platos.

—coman un poco, chicos, no me dejen engordar sola..

WINTER THINGS. |RenMin|Where stories live. Discover now