Capítulo 66

614 41 43
                                    

Natalia.

Ahora que no hay más amenazas de que Matías y yo estemos juntos, podemos salir a la calle sin necesidad de escondernos o temer por quién nos pueda ver.

Ha pasado una semana desde que terminó la batalla entre mafias en Rusia y éstos días me he sentido tranquila junto a mi familia excepto por la parte en la que me presiono para contarle todo a Matías.

Los dos hemos hablado sobre nuestro futuro, ambos deseamos ser papás, queremos continuar la tradición que cuenta Héctor pero antes, queremos estudiar y aprovechar nuestra etapa de novios. Él quiere ocuparse de su bar y yo del hotel para perros.

Matías me invitó a desayunar en su bar, quiere que los dos estemos sólos y tener al alcance cualquier bebida que se nos disponga.

Me he estado torturando cada día porque aún no le digo nada de lo que pasó cuando lo creí muerto pero me he prometido que se lo diré hoy, si no lo hago estaré perdida.

Salí de la habitación nerviosa pero también emocionada porque hoy hablaremos en dónde vamos a vivir.  La mansión que Héctor nos compró nos encanta pero es demasiado grande para los dos y queremos algo más privado para ambos.

—¿A qué hora llegarán? —me preguntó mi papá asustándome como siempre.

—No lo sé —Respondí tocando mi pecho—. ¿Por qué?

—En la noche me regreso a Japón junto con Samuel.

—¿Samuel se va contigo? —Pregunté preocupada. Si él se vá no tengo a quien me ayude con el hotel.

—¿Tienes algún problema? —Levantó una ceja.

—No —miré el reloj que tenía en mi muñeca—. Debo irme, papá, hablamos más tarde.

Le dí un beso en la mejilla y cuando estaba por salir me habló.

—Natalia...

—¿Si? —Me dí la media vuelta para verlo.

—¿Crees que puedas ir con nosotros a Japón? Será sólo una semana.

Una semana se me hace eterna sin Matías.

—¿Puede ir...?

—No —Me interrumpió—. Matías no puede ir.

—Está bien, me voy contigo.

Salí de la mansión para irme ya al bar. A Matías le gusta la puntualidad y digamos que precisamente eso no se me dá.

Me subí a su camioneta y salí de ahí.

Durante el camino fuí acomodándome el vestido de los pechos, quería que se me viera provocativo pero no en exagerado.

Decidí dejarlo ya como estaba porque al parecer estaba empeorándolo.

Matías me llamó cuando estaba a 2 calles de llegar.

—Ya casi llego, amor —Le dije antes de que hiciera cualquier pregunta.

—Te dije que puntual.

—Lo sé pero...

—Castigada.

Sonreí imaginándome el gran castigo que me daría.

—¿Me amas? —Pregunté en susurro.

—Te amo, Damisela.

Suspiré enamorándome más.
Y es que cuando me dice eso siento que podemos contra todo y lo que pasamos es una gran prueba.

—Llegué —Le dije estacionandome enfrente del bar.

Mafia vs Mafia (Completa ✓)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon