iii. xiii

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Nothing's going to stop me.


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Eleazar Barker no sentía el mínimo remordimiento cuando se trataba de hacer daño a alguien mucho menos si eso le iba a llevar a conseguir lo que necesitaba, de hecho, se veía que disfrutaba de escuchar las súplicas agonizantes pidiendo que se detuviera. Aquella tarde no fue la excepción, las paredes de aquella casa lograban escuchar los gritos de dolor provocado por el hijo mayor de los Barker, pero ver a Caroline Dekker con lágrimas secas en sus mejillas producto de las torturas que él había proporcionado no parecían conmover ni una pizca al hombre, empezaba a aburrirse de aquel juego que había comenzado.

El sonido de los zapatos de Eleazar hizo eco alertándola de que estaba cerca, segundos después sintió una cálida mano tocar su barbilla para mover su rostro, quería que lo viera.

— No hubiese llegado a este punto si solo hubieses admitido tu error. —murmuró dejando su barbilla para sentarse en el suelo a un costado de su cuerpo— Creí que eras más inteligente.

— Ni siquiera me diste la oportunidad de hablar. —susurró con la voz ronca, Eleazar sonrió.

— ¿Vas a hablar?

Caroline volvió a mover la cabeza, sus ojos claros se posaron en el techo del salón y comenzó a hablar, todas y cada una de las cosas que hizo Eleazar las terminó escuchando, absorbiendo como si estuviera preparando un veredicto, uno en que él era el jurado, el juez y el verdugo, donde todo lo que importaba era cuanto pudiera cooperar y si aquello era útil, Dekker lo sabía, conocía perfectamente que después de todo lo que dijo su final iba a ser la muerte, pero se negaba a morir, entonces le dio la oportunidad que nadie más le hubiese dado.

Su vida estaba por encima de la de Jesabella Barker.



─ ✦ ─



Una cuna blanca se encontraba en medio de la habitación junto a otras cosas, apenas las habían llevado y Jesabella se notaba feliz de poder ver cómo la habitación vacía y sin vida se tornaba en un cuarto de bebé, su mano acarició la superficie de la cuna y sonrió.

De fondo se escuchaba una canción muggle, era una banda de la época a la que Ella le había tomado gusto, mientras acomodaba algunas cosas en aquella habitación se podía escuchar como su voz acompañaba a la del cantante en un repentino dúo, uno que luego fue interrumpido ante el ruido escalera abajo. La música se detuvo y Jesabella se quedó en silencio esperando escuchar algo más, fueron segundos de silencio hasta que escuchó el caminar de alguien.

Su mano tomó la varita en de la mesa y se aferró a ella, no era Remus, este siempre golpeaba para anunciar su llegada antes de entrar, James en cambio era más ruidoso, mientras que Lily y las pocas veces que Peter estuvo ahí preferían esperar a que abrieran la puerta. Lentamente comenzó a moverse por el pasillo, nadie conocía de ese lugar era imposible que alguien entrara, pero también conocía de alguien capaz de hacer lo imposible por llegar a ella.

Al pisar el último escalón este produjo un ruido, su respiración se quedó atrapada, se quedó quieta unos segundos antes de moverse y ocultarse detrás de la pared al ser atacada por un hechizo que pasó muy cerca de su rostro. Su mano instintivamente se puso en su vientre.

— ¡Vamos a jugar hermanita! —su sangre se heló ante la voz de su hermano— Muy inteligente de tu parte usar el mismo hechizo con el que la abuela ocultaba su casa, pero eso no te iba a proteger.

Ella guardó silencio al escuchar otra cosa romperse, necesitaba salir de ahí, vivían en medio de la nada, pero recordaba perfectamente que a pocos kilómetros estaban sus vecinos más cercanos, su mano derecha dejó de posarse en su vientre para tomar un pedazo de vidrio que había brincado en esa dirección, poniendo su varita en su boca procedió a dejar un corte en su mano uno que pudiera dejar caer la suficiente sangre.

— ¡Se que estás ahí!

Un hechizo fue recitado a base de un murmullo, uno lo suficientemente fuerte como para darle tiempo a que pudiera escapar, aún con la mano ensangrentada se levantó del suelo y formó una línea de sangre en la entrada de aquella habitación, tomó con la otra su varita y rompió algo, los pasos de su hermano se escucharon y sin darse cuenta contuvo su respiración al verlo pasar a su costado, Eleazar vio algo moverse por el rabillo de su ojo, pero Ella fue más rápida al salir de la habitación.

— ¿¡Crees que esto va a detenerme!? —gritó mientras golpeaba la pared invisible que se había formado en le entrada debido al hechizo, la sonrisa burlona en el rostro de Eleazar parecía ocultar mas que solo la burla— Nada va a detenerme, Ella.

— No, pero me dará tiempo.

El grito de Eleazar furioso fue de las últimas cosas que escuchó antes de salir de la casa y caminar por el bosque, conocía el camino de memoria hasta que pudo ver en la lejanía la estructura de una casa, sus piernas se movieron con más rapidez hasta llegar a la puerta y golpearla, fingiendo que su respiración no estaba agitada y que se encontraba huyendo.

Un hombre mayor abrió la puerta y al ver la mano llena de sangre de la fémina no dudo en dejarla entrar, se habían visto varias veces en el pueblo cercano, un hombre amable que vivía junto a su esposa.

— ¿Qué te ha pasado? —preguntó mientras dejaba que el agua cayera sobre su mano, Ella sonrió con fingida timidez.

— Tropecé y me corté, soy algo torpe.

— Debería llevarte al hospital, puede que necesites puntos.

— ¿Usted cree? —inquirió, pero eso era justamente lo que quería, alejarse de ahí, el hombre inspeccionó la herida y colocó un paño limpio.

— Es lo mejor.

Ella asintió y antes de salir de la casa observó el reloj, el pueblo estaba a 30 minutos desde ahí, el hechizo no era tan fuerte, se rompería en cualquier momento y su hermano la estaría buscando, pero era más fácil ocultarse entre los muggles por el momento, con su mano todavía haciendo presión sobre el trapo subió al auto sintiendo como la tensión en su cuerpo se iba relajando ante la distancia que empezaban a tomar.

Pero no podía estar tranquila, no cuando encontraron el escondite que mejor había preparado, no podía regresar ahí y tampoco tenía a donde ir, Eleazar se convirtió en su sombra, una de la que iba a resultar muy difícil escapar.

Flicker ➳ Marauders EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora