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Una fotografía sobre la chimenea siempre se consideró una de las cosas más imponentes dentro de la residencia de los Barker; el matrimonio junto a sus hijos luciendo como la familia perfecta y poderosa de la que todos temían. Jesabella recordaba el día en que tomaron esa fotografía, estaba por cursar su cuarto año cuando su padre les informó que quería retratar a su familia, Holland mencionó lo hipócrita de la situación al verse incluida en dicha foto aun cuando en una de las paredes su nombre se encontraba tachado como si hubiese cometido el peor de los crímenes.
La mirada de sus padres y hermano se mostraban frías, la de Holland representaba el disgusto por estar ahí, pero la mirada de la menor de la familia se veía perdida, como si no supiera exactamente qué era lo que hacía ahí posando junto a esas personas, quien podía ver más allá de sus rostros sabría que los Barker eran todo menos la perfecta familia que querían mostrarle al mundo mágico.
El sonido de unos tacones llamó la atención de Jesabella de la fotografía, los ojos de madre e hija se encontraron.
— No esperaba que vinieras. —murmuró la mujer con los brazos cruzados colocándose a un costado de su hija para observar la fotografía— ¿Qué fue lo que le pasó a mi hija?
— Creció.
— Mi hija jamás nos habría dado la espalda, ella es mejor que eso.
— Una madre jamás intentaría casar a su hija con alguien solo por mantener una imagen, ella jamás la obligaría a seguir a un loco idealista.
— ¿Sabes por qué estoy a favor de todo esto? —le preguntó observando como la cabeza de la otra se movía dándole una negativa— Por nuestra familia corre un don encantador, lo tratamos como si fuera una maldición pero eso nos hace poderosos, no solo es nuestra sangre, es la sangre se la persona con la que te unirás, tu padre tiene un linaje puro, por eso fuiste propensa a obtener dicho don, no estoy tan de acuerdo con toda su ideología, de hecho, es cuestionable el estatus ideológico de Lord Voldemort, pero quedaran quienes son los más aptos, los más fuertes quienes podrán sacar lo que se nos otorgó.
— Solo buscas tu interés.
— Busco nuestro interés, el de mi familia, tu familia.
— ¿Mi familia? —inquirió— Voy a condenar a mis hijos a un don o maldición del que nadie conoce o sabe cómo tratar.
— Aprenderá, cada golpe solo la hará más fuerte.
— ¿Por qué Garrett? —preguntó.
— Cariño, no me digas que todo esto es por el chico Black. —bufó, pero el rostro serio de su hija le respondió— Los Black tienen un amplió linaje de sangres puras...
