iii. xii

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Silence Remus.


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— No puedes decirle a nadie, peor a él. —amenazó Jesabella hacia Remus quien la esperaba con una taza de té en sus manos, uno que siempre calmaba el malestar que sentía luego de haber dejado en el retrete todo su estómago.

— No podría. —murmuró el hombre lobo, quien probablemente estaba más decepcionado y molesto con la situación en la se encontraba su amiga, pero sobre todo con el causante.

Ella se lanzó a la cama luego de dejar la taza en la mesa y se acurrucó en las todavía cálidas mantas, con su mano dio unos golpes a su costado para que Remus pudiera hacerle compañía, él era al único que le había permitido la entrada a casa, muy para descontento de James Potter que de no ser por el hombre lobo habría tirado la puerta y entrado para ver a Ella, Lupin entonces se convirtió en el único en saber todo lo que pasó.

Tras acomodarse mejor en la cama Ella abrió los ojos para verlo, Remus tenía los ojos cerrados disfrutando de la suave lluvia en el exterior, pero podía sentir la mirada de la otra sobre él.

— ¿Sabes dónde está? —preguntó en voz baja, Remus abrió los ojos y posó su mirada en Ella, como si estuviera regañándola, pero ella ignoró la mirada, porque había pasado ya cierto tiempo desde la última vez que lo vio, pero tenía esa presión en su pecho que no la dejaba estar tranquila.

Sonaba estúpido preocuparse por alguien que no le importó desecharla como una basura.

— No lo sé, no le he visto.

Mentía, Ella lo supo, pero muy en el fondo también se lo agradeció porque tenía miedo de conocer la verdadera razón detrás de que se fuera, tenía miedo de que hubiese alguien más, de que no hubiese sido suficiente.

— Gracias por estar aquí, Rem.

— No quisiera estar en otro lugar.

— ¡Claro que sí! —chilló picando con su dedo las costillas de Remus— Podrías estar en cualquier lugar y aun así estás aquí, cuidando de nosotros aun cuando no es tu deber.

— No digas eso.

— Es la verdad, siento que estás cargando con el peso de todos mis secretos, prometo que algún día voy a pagarte todo lo que has hecho por mí y por ella o él. —susurró mientras señalaba su vientre, Remus sonrió.

— ¿Qué crees que sea?

— Apuesto mi vida a que es niña, siempre he tenido ese no sé qué y esta vez tengo uno igual. —Remus sintió una paz al ver que sonreía y sus ojos tenían ese brillo especial, la había visto llorar por Sirius durante días que tener nuevamente aquella mirada y gesto en su rostro lo habían hecho feliz también, pero eso sonido de la puerta siendo apoderada irrumpió aquella atmósfera.

— Tendrás que enfrentar a James, está preocupado por ti.

— No le digas nada del embarazo.

— Eres consciente que en algún momento se va a notar, ¿cierto? —Ella se miró en el espejo luego de levantarse y alzó la camiseta que usaba observando que su estómago tenía una pequeña hinchazón, pero no como para levantar sospechas así que con burla se lo mostró a Remus.

— Ella no quiere ser notada aún.

— O él.

— Silencio Remus. —reprochó mientras caminaba hacia las escaleras esperando a que fuera más rápida que James en tirar la puerta porque era muy tonto como para recordar que podía usar magia.

Ella abrió la puerta y James se lanzó a tomarla entre sus brazos, la fémina de cabellos castaños pudo jurar escuchar el sonido de alguno de sus huesos ante el apretón, pero no pudo quejarse porque las manos de Potter acunaron su rostro escaneándola.

— Remus dijo que tenías una gripe, ¿Como te sientes? ¿Quieres ir al hospital?

— Estoy bien, solo fue un resfriado, Remus estuvo cuidando de mí. —respondió mientras se quitaba las manos del azabache.

— Que bueno, vi a Sirius en casa de Marlene y dijo que estabas bien, pero necesitaba comprobarlo por mí mismo.

— ¿En casa de Marlene? —preguntó y ambos pudieron escuchar el sonido de una taza romperse, James se sobresaltó, pero Ella solo se quedó mirando a la nada pensando en que esa era la razón por la que Remus no le dijo nada, pero ese no fue el único pensamiento que cruzó por su cabeza.

— ¡Lunático! —exclamó James caminando hacia el hombre lobo que solo podía enfocar su atención en cualquier reacción que Ella tuviera, pero no hubo ninguna a simple vista, se dio la vuelta y caminó detrás de James quien luego de saludarlo abrió el gabinete donde escondían las galletas.

Sin embargo, Remus si pudo ver en sus ojos la tristeza y dolor que Ella intentaba ocultar bajo los regaños que le estaba dando a James por robar de las galletas.

— ¿Dónde está Lily? —preguntó Ella luego de golpearlo, pero dejar que comiera de las galletas.

— Tenía que hacer algo con la orden, nada grave solo un encargo.

— ¿Pronto tendrás que irte? —Remus asintió ante pregunta de Ella, le habían asignado una misión y no podía quedarse— ¿Qué hay de ti?

— Estaré por aquí, Dumbledore cree que debemos hacer de la vista gorda para no levantar más sospechas de ellos y de él, dicen que tu hermano es quien más difícil es de evitar.

— Caroline cree que deben cuidarse de alguien en la orden, hay un espía, pero no sabe quién es, solo él lo conoce.

— ¿Dumbledore lo sabe? —inquirió James y Ella asintió mientras extendía su mano para robarle un pedazo de galleta— ¡Oye consigue las tuyas!

— ¿Perdón? ¡Esas son mías!

— Si no hay nombre no tienen dueño.

— Y por eso es que Remus es mi favorito.

— ¡Ella! —protestó como si hubiesen regresado a la época en Hogwarts donde no importaba nada más que el siguiente juego de Quidditch, las bromas que harían y de no explotar un caldero en pociones.

Eran épocas mejores, unas que incluso se decían odiar harían lo que fuera por regresar a ellas, porque no había nada mejor que ser unos adolescentes despreocupados por el mañana, por una guerra, por un mago oscuro que pensaba en crear caos, Ella soltó una carcajada al ver rodar los ojos a Remus ante la acción infantil de James, este último lanzó un pedazo de galleta al rostro de la fémina ante la burla típica que recibía de su parte algo que Remus sabía cómo iba a terminar y que él es quién tendría que controlar.

Lupin volvió a rodar los ojos al ver a Ella reír mientras molestaba a James, era una escena que le causaba dolor de cabeza pero que no sabría cuánto iba a extrañar luego de todo lo que estaba por ocurrir.

Flicker ➳ Marauders EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora