Pasado

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Lo malo de este one-shot es que las experiencias son reales, son tan solo un ejemplo muy pequeño de lo tuve que sufrir y, aunque ya estoy fuera de eso, no puedo decir que mi situación haya mejorado, no he conseguido en la realidad nada de todo eso prometido.

Miró una vez más su reloj apoyada en la pared. Faltaba un minuto para que el timbre de inicio de las clases sonara, lo que significaba que era el momento de caminar hacia ese infierno diario. Aunque no quería, su necesidad de cumplir le hizo mover las piernas. Atravesó la puerta del patio. Los alumnos gritaba y corrían a su alrededor, pero ella no levantó la vista del suelo, tan solo lo hizo una vez que se colocó frente a la puerta del edificio. El gran cerezo había empezado a dejar crecer sus hojas y se le quedó mirando distraída.

—¿Qué hace esa? ¿Por qué nos mira?

No se había dado cuenta de que había unas chicas que estaban hablando cerca del árbol. Aun así no estaban en su campo de visión, si la miraran bien se darían cuenta que sus ojos estaban fijos en la copa del árbol. Hizo lo de siempre y fingió que no lo había escuchado.

—Es esa rara de cuarto, la que no habla y parece que va medio muerta.

Por suerte el timbre sonó en ese momento. Se quedó esperando mientras los alumnos entraban a empujones por la puerta del edificio. Cuando el jaleo desapareció entró. Caminó por los pasillos con la vista baja hasta su aula. Allí, sus compañeros hablaban en diferentes grupitos. Nadie la saludó y los pocos que se dieron cuenta de su presencia fue para quedar mirándosela. Llegó hasta su pupitre y se sentó a esperar al profesor mientras sacaba los libros. El resto se sentó una vez que el profesor entró. Ella, sentada en primera fila, era la única que no tenía nadie a su lado, pero era algo a lo que estaba acostumbrada e incluso agradecía.

La clase de inglés transcurrió con normalidad hasta que el profesor dijo algo que ella odiaba. Practicarían los diálogos por parejas. Por algo de suerte, formó los grupos él mismo diciendo que lo hicieran con el compañero de al lado. Eran impares, por lo que a ella le tocó hacerlo con las dos chicas que tenía detrás.

—Bueno, a ver cómo lo hacemos, que esta no habla.

Ni siquiera se había molestado en hablar bajo. Ella lo había escuchado y sabía que el profesor también porque estaba al lado, aunque, por supuesto, él se hizo el despistado, como siempre, como todos. Sospechaba que creían que ella también era sorda de verdad, sino no se explicaba que hicieran siempre este tipo de comentarios en voz alta y cerca de ella.

—Pues lo hacemos las dos solas y punto, que tampoco tengo ganas de formar equipo con ella.

Ni ella misma quería hacerlo con esas chicas. Eran las típicas pelotas del profesor, sacaban buenas notas y se acercaban de más a los profesores, muchas veces fingiendo una amabilidad y respeto hacia los compañeros que no eran reales. Todavía recordaba el día en que una de ellas había propuesto cambiarla de sitio, colocándola al final de la clase con los problemáticos, para que así no hablaran tanto.

Así que, con las lágrimas a punto de salir, se armó de valor y decidió no girarse. El profesor se acercó a ellas y las animó a decir los diálogos juntas, lo que hizo que le llamaran a ella por su nombre con esa falsa amabilidad para que se girara en cuanto el profesor se alejó. Pero ella se mantuvo inmóvil, se negaba a colaborar con ellas y menos después de lo que habían dicho. Escuchó que se habían molestado, pero enseguida empezaron a hacerlo ellas solas. Bajó la vista a su cuaderno y comenzó a dibujar a sus comfort characters de su anime preferido de ese entonces mientras se imaginaba historias suyas en su cabeza.

***

La profesora de tecnología estaba atenta en su ordenador mientras el resto de alumnos hacían sus trabajos. Se suponía que era un ordenador para cada pareja, pero ella, como siempre, se había quedado sola y la verdad era que lo prefería si no fuera porque sus compañeros se reían de ello o hacían comentarios al respecto.

Mis One-shots de Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora