Dejarnos sentir

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Me separo de él. Si mirada sobre la mía. Ambos parecemos estar de la misma manera.

−Lo siento –digo totalmente avergonzada

Intento irme pero él me detiene tomándome por el brazo.

−Yo lo siento –dice− En verdad… esto… no puede volver a pasar

No, no puede. No va a volver a pasar.

−Por supuesto que no –digo de inmediato

−Tori

−Olvidémoslo

Tomo mi camino de nuevo y esta vez no me detiene. Confundida y conmocionada me encierro en mi habitación sin intenciones de salir jamás. Pero sin duda eso no es posible. Me siento molesta por lo que hice. Me siento mal conmigo misma. Pero no pude evitarlo, o más bien no quise.  Me niego a aceptar lo obvio. Y es que aceptarlo solo haría la situación más grande. Necesito sacar a Liam de mi cabeza. Sacarlo por completo.

Me despierto con un malestar horrible. No es físico, más bien es mental. Me doy un largo y relajante baño luego bajo a la cocina donde espero encontrarme con Nadia pero mi sorpresa es grande al ver solo a Liam ahí.

−¿Nadia está bien? –pregunto confundida

−Ella está bien –me responde sin despegar la vista de la taza de café que está bebiendo− les he dicho a ella y a Héctor que pueden tomarse el domingo para ir con Natalie a algún lado

−Oh, entiendo, bueno iré… voy… volveré a mi habitación

−Victoria –dice y el solo hecho de que sus labios pronuncien mi nombre me hace estremecer− Tori creo que debemos hablar sobre ayer

−Yo… no veo porque, eso no es necesario –estoy tan nerviosa que mi labio tiembla, lo muerdo intentando que se detenga− Fue algo sin importancia ¿Recuerdas?

−¿De verdad lo crees? –me pregunta serio esta vez mirándome a los ojos

Es momento de ser sincera Tori.

−No –digo casi en un susurro

−Por lo menos no soy el único que lo piensa

Se pone de pie y camina para quedar frente a mí. Me mira atento con una sonrisa en sus labios.

−Eres en verdad muy hermosa –dice y mis mejillas se encienden− Pero ambos entendemos que todo lo ocurrido no debería de haber pasado

−No, no debería

Su mano se posa sobre mi mejilla.

−¿Qué es esto? –pregunta más para sí mismo

−Yo no sé –respondo mientras disfruto de la pequeña caricia que su mano ha dejado en mi mejilla

−Lo que sea, no puedo permitir que siga, mi deber es cuidarte, solo eso

−Lo sé− digo mientras asiento dudosa

Una parte de mi quiere gritarle. Decirle que no solo quiero que me cuide. Pero es que ni siquiera estoy segura de que es exactamente lo que quiero.

−Es bueno que ambos estemos de acuerdo

Sin más besa mi frente y luego se va dejándome de pronto un gran vacío. Ni siquiera sé que es exactamente lo que me sucede. O quizá simplemente no quiero entenderlo. Debo de olvidar todo lo ocurrido, las cosas deben seguir como eran antes.

La clase de algebra me está durmiendo por completo. Agradezco cuando el timbre de salida suena.

La niña de mi vida ©Where stories live. Discover now