Tareas del hogar

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Itachi se hartó de tener que darle órdenes a su novio, un hombre adulto, así que empleó la pizarra que usaban de calendario para escribir las tareas en un cronograma semanal.

Parecía buena idea.

Hasta que Shisui se quejó. «Son demasiadas cosas, Itachi, nunca vamos a acabar. Mejor hay que dejarlo así».

Bien.

Algunas de las tareas podían hacerse con un día de por medio sin alterar el orden. Así que Itachi fue un poquito complaciente y marcó con rojo las tareas que debían hacerse todos los días: tender la cama, lavar los platos, alimentar a los gatos, limpiar la arena.

Pero a la comadreja se le olvidaba (¡Vaya que se le olvidaba!) que para Shisui las cosas eran muy… literalmente.

Cuando lavaba los platos, solo lavaba los platos. Las cucharas, tenedores, sartenes y demás se quedaban ahí, acumulando mugre y ahora polvo.

Cuando tendía la cama, no conforme con hacerlo con la cobija volteada del lado contrario (total, a nadie le importa; pero a Itachi le importa), cualquier cosa que haya estado encima de la cama antes de que Shisui tire todo al piso, se queda en el piso.

Cuando alimentaba a los gatos, dejaba el bote abierto y las pequeñas bolas de pelo glotonas tiraban todo para poder comer. Obviando el hecho de que a veces quedaban cosas al azar dentro del bote de alimento.

Con la arena era un cuento de nunca acabar. «¿Para qué las limpio dos veces al día? Se va a ensuciar de todos modos». «No había más espacio en el bote de basura, así que no limpié». «Se me olvidó».

E Itachi se preguntaba «tal vez yo soy el tonto aquí»; no de manera ofensiva. Piensa que seguramente Shisui ya despertó su tercer ojo y él simplemente no lo entiende.

—¿Cómo hacías limpieza en tu casa cuando vivías solo? —le pregunta, genuinamente confundido. Lo único que podía pensar es que Shisui vivía en un chiquero.

—No limpiaba —y se reía, como si la cara de Itachi fuera un completo chiste.

Pero la comadreja no reía con él.

—Ok, te explico. Tenía únicamente lo indispensable: una almohada, una cobija, una cucharada, un plato, un vaso. Entonces me obligaba a mí mismo a hacer las cosas. Tampoco tenía mascotas. Y no tenía novio, entonces no tenía que preocuparme por verme bien.

Eso tenía mucho sentido y explicaba demasiadas cosas. Aún así Itachi no lo entendía. La cantidad de cosas que tienen ahora se había multiplicado por dos, nada más. Y Shisui fue el que insistió en qué tuvieran gatos porque su madre tenía uno, a Itachi ni le gustaban.

—También limpiaba a fondo una vez a la semana.

Silencio.

—Tú tienes demasiadas cosas y todo lo quieres limpiar el mismo día.

—Es más práctico así. Limpiar al momento.

—Nooo, qué flojera. No quiero terminar de comer y tener que lavar mi plato.

.
.
.

Pero Itachi no se rendiría en su intento por encontrar el perfecto equilibrio de las cosas, ese estado inamovible de la limpieza.

Harían las tareas en equipo.

Itachi cocina y Shisui lava los platos.

Pero la vida de Itachi no se vuelve más sencilla:

—¿Sabes qué? Ya estoy harto de lavar platos. A partir de aquí cada quién lavará su propio plato.

El menor alzó la vista para ver a su novio enojado, con su delantal empapado, las mangas de su camisa larga arremangadas, y la decisión en su mirada.

—Ok. Pero a partir de aquí, cada quien cocinará su propia comida.

Y es ahí cuando Shisui se rinde y vuelve a su tarea. Si hay algo que odia más que lavar trastes, es su comida insípida.

Itachi limpia el arenero de día y Shisui lo hace en la noche.

Pero al rizado "se le olvida" hacerlo en la noche e Itachi pega el grito en el cielo en las mañanas. A veces se asusta, ¿Cómo sale tanta mierda de un animalito?

Pero no se queda con los brazos cruzados, descubrió las mañas de su novio y antes de que a la noche siguiente le diga que ya se va a dormir, le recuerda que tiene que limpiar la arena. Y aunque el otro refunfuña, se queja, lloriquea y chantajea, la comadreja no cambia de opinión y más importante, no lo deja dormir hasta que se levante a limpiar.

Y con la división de la cama, pues Itachi tiene su propia cobija y tiende su lado. Que Shisui haga lo que quiera con su mitad.

Y ni hablar de cuando Itachi está trapeando el piso y Shisui lo olvida. Casi siempre termina resbalando.



❤️❤️❤️

Heeeey, en este capítulo les quise compartir un poquito de la carga mental que es para Itachi el TDAH de su novio.

Es entre divertido y me lleva la vrg.

Por cierto, ¿En su país le dicen trapear o mapear? ¿¿Fregar el piso??

Yo le digo trapear, pero creo que en España "trapear" es, pues, hacer trap ¿Saben?

Y para mí "mapear" es tomar un mapa y marcar puntos xD

Y fregar es solo en el fregadero, o sea, friegas los trastes y la ropa, no el piso. Pero me puede estar equivocando jajaja.
Aunque en México puedes "estar fregando" y sería más bien como estar molestando :A

Por cierto! Este capítulo surgió de la recomendación de IChilysa (Ojalá se haya etiquetado, me siento como una anciana usando wattpad :A)

Cortos ShiIta: Fallas en la mente de ShisuiWhere stories live. Discover now