TDAH y las relaciones en pareja (3)

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-Soy tonto. Puedes insultarme.

-¿Por qué?

-Porque me lo merezco.

-¿Por qué?

-Porque no hice los deberes.

-¿Y eso qué? -En ese momento, Shisui no lo entendía. -Que tú no hayas hecho las cosas no me da derecho a reprocharte nada. ¿Qué gano yo haciéndote sentir menos?

-... Nada.

-Exacto. Ya te sientes mal por lo que hiciste, no es necesario que yo te haga sentir peor.

-Entonces... ¿Estoy perdonado?

-No. Aún no. Me siento dolido, ¿Sabes? Como si no te importara yo y lo nuestro.

-Me importas. Y me importa lo nuestro.

Pero Shisui volvió a fallar. E Itachi ya no volvió a confiarle los deberes. Si bien quería tiempo libre, pero esperar que Shisui se pusiera a trabajar en los proyectos le generaba peores niveles de estrés.

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-Itachito, pásame la tarea, por favor, baby.

-No, Shisui.

-¿Por qué no?

-Te he pasado suficientes tareas como para darme cuenta de que no me das nada a cambio. Si sigues así, reprobarás, y ahí no podré salvarte.

-'Tachiiii, reprobé el examen. -La comadreja no emitió palabra. -¿Y bien? Esperaba un "te lo dije".

-Eso está de más, Shisui, mejor ponte a estudiar.

-¿Me ayudas?

-Solo si me invitas a comer y por un café, estoy muy cansado.

-Hey -Itachi meneó la mano frente a los ojos distraídos de su novio, aquella mosca volando parecía muy interesante. -Si sigues ignorándome, dejaré de enseñarte.

-¡No, espérame! Debería comprarme un café yo también.

-¡Listo! Continuemos -pero la atención de su novio duraba aproximadamente media hora; si le iba bien, se extendía a 50 minutos.

A Itachi le parecía raro, su completa atención duraba aproximadamente 90 minutos si la carga de información era exagerada, y dos horas normalmente antes de necesitar un descanso de 15 minutos. Después de la primera ronda, tomaba un descanso más largo.

-Terminemos la sesión aquí, no avanzamos de este punto y ambos estamos cansados.

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-No llores, Itachi; te ves feo llorando -tomó su barbilla para alzarle el rostro y limpiar las lágrimas que corrían por varios caminos en sus mejillas. Pero la comadreja le quitó la mano de encima.

-Eso es grosero. Además no me importa verme feo, estoy llorando; nadie es bonito cuando llora.

-Era solo una tarea, ¡Qué importa que el profesor la haya perdido!

-Es el 30 por ciento de mi calificación final.

-Podrás reponerte en el ordinario.

-No quiero irme a ordinario. Es todo o nada. No me esforcé tanto en el semestre para que un estúpido, viejo y decrépito profesor pierda mi trabajo.

-¿Primera vez en un ordinario?

-No. Por eso sé que es horrible.

-Te acostumbrarás. Hay gente que toma todos los ordinarios, uno tras otro, no hay tiempo de apagar el cerebro unos minutos. Eso sí es horrible.

Cortos ShiIta: Fallas en la mente de ShisuiDär berättelser lever. Upptäck nu