EXTRA: ¿Halloween o Hornyween?

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¿Estoy preparado para ello? Obviamente no.

Decido que ya es suficiente por hoy, sacando el vehículo de las sombras donde hemos permanecido. Llevo a Lev hasta donde se aloja, un pequeño bloque de apartamentos que sin duda es muchísimo menos de lo que él puede permitirse. Si quisiera podría tener cualquiera de las mejores casas del centro de Seattle, en cambio, él se empeña en seguir siendo tan humilde como si no tuviese más de cien dólares en la cuenta. Os aseguro que el número de ceros de su cuenta sobrepasa los siete. Me aseguro de proporcionarle algunos de los mejores encargos, se lo merece.

Sale del coche, despidiéndose vagamente.

—Que no se te olvide el disfraz, no queremos romper el espíritu festivo.

—Maldito pesado. —murmura. —No quieres romper el espíritu festivo pero a mí bien que me estás rompiendo las pelotas con tus tonterías.

Río por lo bajo, disfrutando de sacarlo de quicio.

—Venga, no seas cascarrabias. —le lanzo un beso con la mano. —Ponte guapo y tal vez incluso consigas dormir acompañado.

Murmura algo más que no alcanzo a escuchar y cierra la puerta del vehículo de un portazo. Lo veo desaparecer en la oscuridad del portal del bloque de pisos y entonces decido poner rumbo al hangar, donde posiblemente Dimitri se encuentre trabajando.

Dimitri es uno de los mejores médicos y científicos que poseemos en nuestra plantilla y justo por eso, pretendo hacerle una pequeña visita. Lleva meses enfrascado en el desarrollo de un suero que ahora más que nunca llama mi atención. Sus propiedades hacen que quien lo tome olvide hasta un lapso de ocho horas. Algo digno de película de espías, pero está comprobado que muchas veces la realidad supera a la ficción.

Me adentro por los senderos en mitad de la nada, rodeado de vegetación salvaje y altos pinos que escudan los caminos, haciendo que sea difícil avistarme. Cuando llego al hangar, todo está en una sumida calma. La mayoría deben de estar aun en el sueño, aunque en cuanto los primeros rayos de la mañana comiencen a incidir, comenzarán de nuevo los entrenamientos. Veo algunas figuras en la oscuridad, todas pertenecientes a los encargados de mantener la seguridad esta noche.

Entro al pabellón anexo al principal, donde tenemos un espacio acondicionado como laboratorio. Dimitri es una persona que se concentra mejor por la noche y sé sin lugar a dudas que lo encontraré despierto entre probetas y microscopios.

El sonido de mis pisadas no lo saca de su trabajo y no es hasta que me apoyo contra la mesa con ambos brazos extendidos sobre ella, que me presta atención mirándome por encima de sus gafas.

—¿A qué debo el placer? —vuelve a bajar la vista a su trabajo. —O mas bien, ¿en qué problema tengo que ayudarte esta vez?

Levanto una de las comisuras en una medio sonrisa divertida.

—Simplemente tenía curiosidad por uno de tus trabajos.

Mi comentario hace que levante las cejas con asombro y se detenga de hacer lo que sea que está haciendo para mirarme con una mezcla de incredulidad y diversión en la cara.

—Eso es nuevo.

—Solo siento curiosidad por tus progresos con ese suero...¿cómo decías que se llamaba?

—No tiene nombre, es un suero desabrido que consigue borrar lapsos de tiempo bastante prolongados. —toma una muestra de algo y la coloca en el microscopio, mientras habla en un tono relajado. —Aún se encuentra en estado de prueba, aunque los sujetos que se han sometido, responden de una forma muy positiva. Bueno, de la forma que se espera al menos.

El Juego de la ArañaWhere stories live. Discover now