CAPÍTULO 14

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Night of the Hunter- Thirty seconds to Mars

Los días pasan como si fueran un simple plumazo. Divido mi tiempo en mi club, manteniendo mi papel como araña, revisando papeleos y encargos, y también ejerzo un total de cuatro días a la semana como stripper en el club de Roy. Necesito hacer progresos porque sino dudo que aguante mucho tiempo con este ritmo de vida. Mis pensamientos están divididos constantemente, el ritmo de mis días es acelerado y temo que un día de estos colapse.

Por no hablar de todas las preocupaciones que sacuden mi vida personal. Por un lado, tenemos el hecho de que soy incapaz de pegar ojo por las noches, me despierto entre un mar de sábanas sudadas a causa de las pesadillas que no tienen intención de abandonarme. Creo que me mantengo viva por esos ratos fugaces en los que me quedo dormida en casa de Aiden. Cuatro días a la semana, después de acabar con las labores en el club de O'Kelly, marchamos a ese pequeño (o no tan pequeño) gimnasio que oculta Aiden en el sótano de su casa. Hemos avanzado bastante, cada vez se me hace más fácil responder a las maniobras, asentar los golpes con eficacia y mantenerme firme para recibir un golpe de vuelta. De vez en cuando después de esas sesiones intensivas de golpes y patadas, mi cuerpo no puede más y caigo dormida en cualquier parte. Da igual que sea una cama, un sofá o una silla de la cocina. Si a Aiden le molesta, no me lo dice. Simplemente me deja descansar y lo agradezco, porque parece ser el único sitio donde las pesadillas no quieren atormentarme.

Por otro lado, está el tema de Cassie, me preocupa. Lleva toda la semana sin aparecer por clase alegando que ha contraído la gripe. La verdad es que está a la espera de que los moretones desaparezcan y que su estado psicológico le permita salir del cuarto. Hemos hablado, aunque no tanto como me gustaría. Los recuerdos de esa noche permanecen difusos en su memoria. Dice que no consigue recordar las facciones de su rostro, la oscuridad le impidió captar algo que fuese significativo. No me importa, en algún momento rezo porque sus recuerdos me den alguna pista porque sé con toda seguridad que no dejaré impune al que se atrevió a poner una mano encima suya. Dentro de lo malo, agradezco que todo quedara en un intento, no sé cómo de lejos habrían llegado las secuelas psicológicas si el asunto hubiese llegado más allá.

Y a pesar de todas estas cosas que me atormentan y me hacen el día a día más complicado, he decidido que hoy es un buen momento para continuar vigilando a Aiden. Ahora sé más cosas, se de la existencia de las armas, de esas plantas subterráneas debajo de su casa y también de la existencia de Lev. Aún no sé como de estrecha es la relación entre ambos, pero ya se algo más que la semana pasada.

Llevo alrededor de quince minutos conduciendo sin rumbo fijo, solo siguiendo sus pasos. Nicole está en el asiento contiguo y presto bastante atención a la conversación.

-Últimamente no pasamos tiempo juntos, Aiden. -La voz de ella suena triste. -¿Tanto trabajo te encarga tu padre?

A pesar de parecer triste y algo indignada, la comprensión también se encuentra en sus palabras. La mención de su padre hace que me concentre más en la conversación, pensando que tal vez Nicole sepa algo sobre su relación padre e hijo que tal vez yo desconozca.

Nicole, ya te he dicho que estoy muy ocupado, te lo compensaré más adelante.

¿Cuándo será más adelante?

No estoy de humor, Nicole. -No puedo ver la escena pero estoy casi segura de que ese músculo de su mandíbula que tantas veces he visto tensarse en estos días, tiene que estar tenso como la cuerda de un arco. —Te dije desde un principio que no tenía tiempo para la relación que tu quieres. No tengo tiempo para citas, cenas y flores.

¿Te estás acostando con otra? -La pregunta sale directa como una flecha.

¿Qué te hace pensar que tengo tiempo para follar con otra? -Escucho como una carcajada se forma en su pecho. —Sino tengo ni tiempo para follar contigo.

El Juego de la ArañaWhere stories live. Discover now