CAPÍTULO 16

38.1K 2.4K 2.7K
                                    

Narrado por Cassie

A rush of blood to the head-Coldplay

Ha pasado más de una semana desde que pasó lo que pasó, la mayoría de los días, cuando despierto en mi cama con el cuerpo sudado y las piernas liadas en las sábanas, revivo pequeños fragmentos de esa noche. Quiero ser fuerte, quiero intentar tomar las riendas de mi vida e intentar salir de esta bola de autodestrucción en la que se ha convertido mi mente.

El sonido de su voz susurrándome palabras en el oído me persigue a cada segundo del día, como si lo tuviese detrás mía, esperando a que me quede sola para abalanzarse sobre mi.

Los primeros días fueron un infierno, quitarme la ropa y ducharme era todo un esfuerzo. No podía ver mi reflejo más de cinco segundos seguidos, viendo esas marcas de dedos sobre mi piel. Las secuelas no se quedaron solo ahí, los primeros días sentí un dolor punzante entre las piernas y aunque sé que tal vez debería haber acudido a un médico, el miedo a que mi familia se enterara de lo que había sucedido era mayor. Así que soporté el dolor hasta que mitigó.

Mentirle a Kath también ha sido duro, ella se está preocupando mucho por mi y no quiero hacerla sufrir más con el tema. Solo quiero olvidar, aunque se que esto no es algo que se pueda olvidar. Me acompañará siempre.

La puerta del dormitorio suena sacándome de mis pensamientos, cosa que en parte agradezco.

—Cass, ¿Cómo te encuentras? -Dice mi madre asomando vagamente la cabeza a través de la puerta.

Fue doloroso ver la cara de horror de mi madre cuando vio las marcas de mi cara pero conseguí convencerla tanto a ella como a papá de que soy tan patosa que mientras hablaba de cosas de chicas con Kath, resbale por la escalera y me golpe la cara con la barandilla. Las bofetadas eran más fáciles de excusar que las marcas de dedos que me decoraban los brazos, así que las oculté con manga larga.

Los hematomas del rostro ya casi han desaparecido al igual que las marcas de mis brazos que empiezan a ser meras motas verdosas sobre mi piel. Yo seguiré viéndolas, aunque desaparezcan.

—Mucho mejor, creo que volveré esta semana a clase.

La semana pasada inventé estar enferma para evitar ir, no quiero tener que explicar mi aspecto y mucho menos encontrarme con nadie.

—Genial hija, ha vuelto a venir Jules preguntando por ti.

Ahí está el otro motivo por el que no quiero volver a la realidad. No quiero encontrarme con el, que me mire con lástima, que me pida perdón. Simplemente no puedo. Una parte de mi está resentida con el, la otra me dice que es inútil, no es el quien me ha hecho esto.

—¿Qué le has dicho?

—Lo que me pediste. -Cierra la puerta tras de si y se sienta en el filo de la cama. —No puedes huir de el para siempre, Cassie. No sé que ha pasado, pero tendrás que hablar con el en algún momento.

—Solo fue una pelea de amigos. -Digo para tranquilizarla. —Cuando vuelva a la universidad, tendremos una conversación.

—No hace falta que finjas conmigo. -Me acuna la mejilla con la mano y disfrutaría del gesto de mi madre sino estuviese tan asustada. —Te gusta Jules.

—¿Cómo lo sabes?

—Hija, soy tu madre. He visto la sonrisa que pones cuando hablas de el y por cierto, te da un tic en ojo cuando viene a casa. -Se ríe y su sonrisa ahora mismo es como una canción de cuna para mi. Me encantaría contarle la verdad y apoyarme en mi madre, pero tengo miedo a romperla. Porque lo que me ha pasado es algo que rompería a cualquier madre y si puedo evitarle ese dolor, lo haré. Me lo tragaré entero para mi. —¿Qué hay de Katherine? ¿Vendrá hoy a verte?

El Juego de la ArañaWhere stories live. Discover now