Capitulo. 37.

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Lucia.

Lo veo atentamente, mechones negros que le caen a la frente, rostro que parece tallado a la medida, su mandíbula sin ninguna imperfección, cejas pobladas y labios carnosos. Es muy guapo la verdad pero eso no significa que este enamorada, a Ryan lo veo como lo que es. Un hombre apuesto y casi perfecto pero hasta ahí.

Aun Ashton sigue en mi pecho y se que va a costar mucho para que logre salir de ahí.

Abre los ojos haciendo que pegue un mini salto, sus ojos negros me ven y repara mi cara hasta llegar a mi cuello, bajo la vista y se porque se nota tan feliz «Las marcas» Ando el jodido cuerpo como la pasión de cristo y eso que no note mucho ya que cuando me levante al baño seguía medio atontada.

—No se porque te alegra tanto, si me ven así pensaran que soy una sadomasoquista.

—¿Y acaso no lo eres? —Entrecierro los ojos viéndolo y ríe.

—Imbécil—Susurro mas para el que para mí pero parece oírlo porque me toma del brazo pegándome a su pecho.

—Sigue diciéndome así y cuando vuelva pasaras más de dos días en cama—Deja un beso corto en mis labios y se aparta—Iré a tomar una ducha, ¿Vienes? —Niego mientras me levanto y cojo una de sus camisa del closet.

—Si entro ahí se que saldré peor de lo que estoy—Me la abotono y camino hacia la puerta de salida—Iré por un jugo—Paso por donde el y es rápido a la hora de pegarme una nalgada que hace que chille—¡Enfermo!

Salgo de la habitación solo con su camisa y ninguno de los hombre me mira, soy como invisible para ellos «Que bien entrenados»

Llego a la puerta de la cocina y antes de poder abrirla escucho murmullos, el chisme me entretiene y por ello veo por la abertura y están las mismas mujeres de ayer, la mujer mayor y su hija discuten en silencio.

—¡¿Sabes cuanto tiempo tengo tratando de que me note!?

—Cállate! Te pueden escuchar—La mujer se acerca a ella y pone un brazo alrededor de sus hombros—Hija te dije que el no es hombre para ti...

—¿Pero para ella si? —La chica se aparta de su agarre y camina lejos de ella—Esa estúpida es una aparecida! No va a quitármelo—Se limpia las lagrimas que hasta ahora noto—No voy a permitírselo.

«Por que me sigue las locas?»

Arreglo mi postura y entro a la cocina como si nada, todas bajan la vista y me produce gracias, Ryan se cree el jodido rey del mundo.

—¡Buenos días! —Sonrió y abro la nevera. Aun de espaldas siento la mirada de la chica sobre mi—Oh tranquila, solo vengo por un jugo.

Saco la botella y un vaso empezando a servirlo.

—Mírame—Me encanta el potencial con el que sale mi voz. Ryan tenia razón­? Seré como el? Levanta la vista y sus ojos están llorosos mientras se concentra en la prenda que tengo puesta—Solo vine por esto—Levanto el vaso con jugo—Puedes seguir complaciendo a Ryan en la cocina—Su madre toma su brazo cuando aprieta los puños—Que yo lo complazco en todo lo demás—Le sonrió y dejo el lugar.

Llego a la sala y la risa brota de mi garganta. No me interesa si Ryan le hace caso o no, pero me encanta divertirme. Subo a la habitación que ahora es mía y agradezco ver la ropa que he dejado lavada y planchada, me meto a la ducha y trato de no lastimarme mas de lo que ya estoy. Salgo y minutos después bajo hacia el comedor de nuevo.

Lo veo sentado con su expresión seria que parece quiere matar a alguien hasta que percibe mi llegaday medio me sonríe. Me siento a su lado sirviendo mi comida.

Inefables [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora